La investigadora de la Universidad Tecnológica Metropolitana, María Carolina Parodi, Mg. en Medio Ambiente, con mención en Tratamiento de Residuos Industriales, desarrolló un prototipo automatizado y portátil de monitoreo para investigar los residuos tóxicos que genera la actividad minera.
Éste cuantifica los metales y metaloides y modela las variables en línea y tiempo real de interés ambiental en terreno.
"La bioaccesibilidad de metales pesados y metaloides se refiere a la fracción de una sustancia (metal o metaloide ) presente en el suelo o un relave que se libera en los jugos gastrointestinales humanos y, por lo tanto, queda disponible para su absorción, por ingesta accidental. Por este motivo, este parámetro es extremadamente útil para cuantificar el riesgo real para la salud humana por exposición a estos contaminantes presentes en los suelos", cuenta Parodi.
Agrega que "esta prueba de uso internacional, permite saber efectivamente cuánto del metal o metaloide va absorber el organismo humano en los fluidos gastrointestinales (saliva, jugo gástrico, bilis y duodenal), durante el proceso digestivo completo, por lo tanto, determina la concentración que el cuerpo va a absorber del metal pesado y metaloide, lo que corresponde a una fracción menor de lo que está disponible en el medioambiente, por eso este es un ensayo tan específico".
El equipo modular simulador gastrointestinal (GI), liviano y portátil, podrá cuantificar en forma remota y tiempo real, la cantidad de metales presentes en una muestra de suelo contaminada, en especial, suelo de relave minero, que podrían estar bioaccesibles y ser riesgosos para la salud.
Esta innovación pionera en Chile y en Latinoamérica, fue ingresada para solicitar la patente de invención que otorga el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) en diciembre del año 2020.
"Actualmente para disponer del ensayo de la bioaccesibilidad, las muestras deben ser enviadas para su análisis a otros países y el resultado tarda meses, con este nuevo equipo podremos contar con información en tiempo real por lo que sin duda se transformará en un importante instrumento de gestión del riesgo medioambiental y para resguardar el bienestar de las personas que trabajan en las mineras, pero también a sus poblaciones aledañas", indica la académica.
El daño a la salud que pueden producirse al absorber estos elementos tóxicos pueden ser incluso graves. "Estamos estudiando el arsénico y el cadmio, ambos agentes carcinogénicos, pudiendo generar en largo periodos de tiempo de exposición, cáncer al hígado, a la vejiga, a los pulmones y a la próstata y para el caso del plomo es un agente teratogénico, es decir, que genera malformación en embriones en seres humanos. Los niños pequeños son especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que puede tener consecuencias graves y permanentes en su salud y afectar en particular al desarrollo del cerebro y del sistema nervioso", explica.
El proyecto contó con un equipo multidisciplinario en el que participaron 17 investigadores y profesionales, y 36 estudiantes de pregrado entre memoristas y quienes realizaron prácticas profesionales y fue desarrollado gracias al financiamiento aportado por el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDEF), de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) y de sus dos entidades asociadas , el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) y la Fundación Tecnológica para la Minería de la Sociedad Nacional de Minería de Chile (Sonami).