El Observatorio Europeo Austral (ESO) alertó sobre la amenaza que podría significar para el funcionamiento del observatorio Paranal, la construcción de un proyecto para desarrollar hidrógeno y amoniaco verde debido a la contaminación lumínica.
Los científicos levantaron las alarmas frente al inicio de la tramitación ambiental de un "megaproyecto" para producir hidrógeno y amoniaco verde por parte de la empresa chilena AES Andes.
"Las emisiones de polvo durante la construcción, el aumento de la turbulencia atmosférica y, especialmente la contaminación lumínica, tendrán un impacto irreparable en las capacidades de observación astronómica"
Director general de ESO, Xavier Barcons
El proyecto estaría ubicado en Taltal, región de Antofagasta, a una distancia de entre cinco y 11 kilómetros de Paranal, donde se encuentra el Very Large Telescope, uno de los instrumentos ópticos más avanzados del mundo. En el mismo lugar se está levantando el Extremely Large Telescope, que contará con una capacidad aún superior.
"Las emisiones de polvo durante la construcción, el aumento de la turbulencia atmosférica y, especialmente la contaminación lumínica, tendrán un impacto irreparable en las capacidades de observación astronómica", advirtió el director general de ESO, Xavier Barcons, en un comunicado.
Paranal fue inaugurado en 1999 y se ubica en pleno desierto de Atacama, el más árido del mundo, un lugar ideal para la observación astronómica por su clima seco, altitud y ausencia de nubes y lluvia.
El complejo forma parte de la red de observatorios astronómicos de Chile, que incluye el radiotelescopio ALMA y el telescopio óptico de La Silla, ambos situados en el norte del país.
A fines de diciembre, la compañía AES Andes informó que el proyecto incluye "la producción de hidrógeno y amoniaco verde, así como el desarrollo de energía solar, eólica y de almacenamiento en baterías", en concordancia con el objetivo de Chile de expandir la participación de energías renovables en su matriz energética.
Itziar de Gregorio, representante de ESO en Chile, señaló que "es crucial considerar ubicaciones alternativas para este megaproyecto que no pongan en peligro uno de los tesoros astronómicos más importantes del mundo".
Desde octubre de 2024, entró en vigor en Chile una nueva normativa lumínica destinada a proteger las áreas cercanas a los observatorios, así como la salud de las personas y los animales.
La regulación impone límites de luminosidad, restringe los horarios de funcionamiento de las pantallas publicitarias y fomenta la adopción de luz cálida, una opción menos contaminante.