Partieron como secretos de abuelas o conocimientos ancestrales utilizados por algunos excéntricos y simpatizantes de la vida natural, pero silenciosamente comezaron a ganar respeto. Pasaron de sencillas terapias para complementar los tratamientos oficiales, a técnicas avaladas y reconocidas en la última década bajo el rótulo de salud alternativa. Una corriente que según la Organización Mundial de la Salud está creciendo notoriamente en los países desarrollados.
En Estados Unidos, el 36% de la población las utiliza para tratar desde dolores musculares hasta trastornos del ánimo, además de aplicarlas en pacientes cada vez menores. ¿La razón?: son poco invasivas.
La medicina alternativa posee una visión más global de las personas y sus problemas. Su propuesta es equilibrar los aspectos síquicos y emocionales, antes de recuperar el bienestar físico. En Estados Unidos se la conoce como CAM (complementary and alternative medicine) y existen 27 tipos oficialmente reconocidos. El listado incluye desde el uso de hierbas y productos vegetales hasta tradiciones orientales como la meditación trascendental y la acupuntura.
En Chile, aunque la mayoría de los terapeutas ofrecen opciones para adultos, existen algunos tratamientos para la salud infantil. La tradición ayurvédica, la medicina china, la homeopatía y la meditación-yoga son las opciones más populares para tratar problemas respiratorios, conductuales o simplemente para ayudar al desarrollo de los niños.
Medicina Ayurveda
Se puede traducir como "ciencia de la vida" (en sánscrito Ayur significa vida, y Veda significa ciencia). Es un sistema de salud natural nacido en la India hace cinco mil años. Su idea es tratar la causa de la enfermedad en vez de atender sólo los síntomas, y permite que las personas sanas conserven su salud y que los enfermos puedan obtenerla. Para el ayurveda el organismo está gobernado por tres grandes principios metabólicos: Vata, Pitta y Kapha. Vata está relacionado con el movimiento y la actividad mental; Pitta, con la energía y el metabolismo, y Kapha gobierna nuestro sistema estructural y los fluidos corporales.
Cada principio se comporta de una forma diferente en las personas, sin importar su edad. Sus combinaciones pueden originar hasta siete biotipos distintos. En los niños, por ejemplo, el ayurveda permite entender por qué algunos son más friolentos que otros, por qué tienden a sufrir enfermedades respiratorias o se irritan fácilmente.
En Chile la única especialista que practica esta disciplina es la pediatra Susana Urrutia. Titulada en la Universidad de Chile, realizó cursos en la Escuela de Medicina Védica de Iowa en Estados Unidos y en Holanda. Por su consulta han pasado más de cinco mil personas en los últimos años, en su mayoría niños. "En la salud infantil el objetivo del ayurveda es evitar que se enfermen, logrando mantener un sistema inmunológico y los mecanismos de autorreparación activos para enfrentar a cualquier agente infeccioso que intente dañar su organismo".
El ayurveda no descalifica las terapias de la medicina tradicional, sino que las complementa. Para cumplir con sus técnicas básicas, es importante el compromiso de los padres, quienes aprenden a manejarlas para cuidar la salud de sus hijos. Entre estos sistemas destacan la meditación trascendental, que se practica con ejercicios adecuados para cada edad, regularizando las defensas y los niveles intelectuales, y el masaje ayurvédico, que se enseña a los padres y resulta beneficioso para despejar las vías áreas y mejorar la nutrición.
"Este enfoque médico centra mucha importancia en la alimentación de cada niño que se armoniza con los biorritmos del universo, se adecua a cada tipo constitucional y a los desbalances detectados por el terapeuta". Otro elemento que utiliza son los medicamentos ayurvédicos, con fórmulas fitoterapéuticas y libres de efectos colaterales, que permiten combatir trastornos crónicos.
Medicina China
Tiene tres mil años y está validada como una ciencia médica. Considera a los pacientes como un todo y las enfermedades como un desequilibrio entre sus diferentes elementos (cuerpo, órganos internos y espíritu). Su tratamiento, más que a la curación de un síntoma concreto, está enfocado al restablecimiento del equilibrio.
Según Luis Pedreros, director de la Escuela Latinoamericana de Medicina Tradicional China en Chile y con estudios en la universidad cantonesa de Guangzhou, los tratamientos más utilizados de enfoque en la salud infantil son la acupuntura y moxibustión, además del tradicional masaje pediátrico Tui-na.
En los niños la acupuntura es utilizada como tratamiento para problemas de conducta - como hiperactividad- , concentración, trastornos de personalidad, cefaleas recurrentes y problemas gástricos. Como este sistema no está comúnmente relacionado con el público infantil, los pacientes suelen ser derivados por médicos especialistas y sicólogos. "Aunque las agujas metálicas, que estimulan los canales energéticos del cuerpo y posibilitan el contacto con los órganos internos, pueden asustarlos al principio, los niños responden bien al tratamiento".
Menos conocido, el masaje Tui-na está absolutamente indicado para los niños, especialmente para los recién nacidos (en China es una tradición ancestral que practican las madres). Su nombre está formado por los términos Tui y Na, que significan empujar y agarrar. Se aplica sobre los tejidos blandos y las articulaciones, para influenciar los órganos internos. Es recomendable durante todo el crecimiento de los niños, porque previene enfermedades, activa la circulación, desarrolla los músculos y relaja. Su carácter familiar también ayuda a mejorar la relación padre-hijo.
Homeopatía y fitoterapia
Aunque muchas veces son tomadas como sinónimos, estas terapias tienen grandes diferencias. La homeopatía utiliza sustancias provenientes de los reinos vegetal, animal y mineral para crear vía laboratorio medicamentos eficaces para combatir enfermedades. Son preventivos y funcionan con un mecanismo parecido al de las vacunas. Es decir, generan el síntoma que luego atacan, estimulando el sistema defensivo del propio organismo. Además, son administradas en dosis pequeñas (comprimidos o glóbulos) para no provocar efectos adversos.
La fitoterapia busca restablecer la salud mediante el uso de infusiones sólo extraídas de vegetales. Sus seguidores creen que para cada dolencia existe en la botánica una especie que la combate. Ambas son aceptadas por la medicina tradicional y sus tratamientos, supervisados por especialistas. Aseguran que no son tóxicos ni se contraponen con los postulados de la medicina alópata, lo que es tranquilizador si pensamos que los pacientes son niños.
Según el químico farmacéutico y experto en Homeopatía de Farmacias Knop, Mario Lobos, este sistema es altamente recomendable en los tratamientos pediátricos. "Además de tener un efecto más rápido en el organismo infantil, sus medicamentos sirven para las afecciones más frecuentes, como asma, alergias, cólicos y desórdenes en la conducta. Muchos niños tienen bajas defensas y sufren infecciones recurrentes; la homeopatía actúa a nivel profundo aumentándolas. Así no se enferman tanto y desarrollan mayor resistencia a las enfermedades".
Yoga
El listado de beneficios que adquieren los niños que practican este sistema oriental, que combina la meditación con el ejercicio físico, es extenso y les sirve para toda la vida. Desde los secretos para mejorar su respiración hasta las formas de encontrar el equilibrio mental necesario para resolver situaciones conflictivas.
Como no se trata de una actividad de competición, se convierte en un ejercicio divertido y disminuye los niveles de agresividad infantil. Además, evita el estrés temprano, corrige las malas posturas y mejora una respiración deficiente. También logra beneficios como una notable flexibilidad en la columna vertebral, refuerza las extremidades y aumenta la capacidad de concentración.
Lo ideal es practicarlo desde los seis años. Para el maestro yogui Rishi, quien dirige Yoga Mukti, es importante enfocar su ejercicio y sus simbolismos con un visión lúdica. "Con su práctica los niños aprenden de la naturaleza: imitan a sus animales y a sus elementos. Imitan la fuerza del león y la firmeza de la montaña. Se alargan como árboles al cielo y respiran en silencio, o extienden su columna imitando el movimiento del gato".
Según Rishi, los beneficios se reflejan tanto en lo espiritual como lo corporal. "Aprenden a conocer su cuerpo y a actuar con calma cuando las circunstancias lo requieren. Desarrollan la flexibilidad y la coordinación con una actividad en donde la compasión hacia sí mismos y hacia los demás es fundamental".