Si bien el reality show es un formato que se instaló hace casi cinco años en Chile, está lejos de ir en retirada. Claro está que ya no provoca el mismo furor de los precursores como “Protagonistas de la fama”, pero aún da de qué hablar y, en el caso de “Pelotón I”, marcó unos considerables 20 puntos de rating promedio.
Juan Pablo Matulic lo sabe y es claro a la hora de explicar este fenómeno, del cual ha profitado al máximo.
-¿Por qué aún los realities tienen tanta convocatoria?
“No sé, las personas que conocí adentro tenían motivos súper diversos para meterse. Claro, muchos querían potenciar su carrera televisiva. Yo lo vi como un desafío personal y por el premio, no porque me quería quedar en la TV. Ahora, si me he quedado más tiempo es porque estoy aprovechando, lógico, nunca tan tonto de no hacerlo”.
-¿Te sigues viendo con tus ex compañeros de encierro?
“Sólo veo a mi polola, que ya llevamos seis meses, a Marengo, que la quiero mucho, es como la hermana chica que nunca tuve y es tan amorosa, siempre me llama, además a su pololo, Huerta, que trabaja junto a mi novia en el programa “Yingo” de CHV”.
-¿Mala onda con el resto?
“La recluta Grassi terminó haciendo comentarios que no me parecen adecuados. Con el resto tampoco hablo mucho. Si los veo los saludo, nada más”.
-¡Eras como el ogro del reality!
“Es que trataba de escudarme en ser serio y se me vio como pesado porque tampoco estaba dispuesto a mostrar todos mis sentimientos, ser como un libro abierto, hay que guardarse algo para uno. Igual me pegué unos lagrimones dentro de la base pero siempre bien escondido”.
-¿A veces no se te olvidaban las cámaras? ¿Estabas todo el rato pendiente?
“Nunca se me olvidaron. Siempre supe dónde estaba cada una”.
-¿Qué es lo más fuerte de estar en un reality?
“Lo que más echaba de menos y pensaba era en mis viejos, soy súper regalón de ellos. También mi hermano y mi sobrino. Entré pololeando, llevaba dos semanas. Salí para ver qué me pasaba con ella y no me pasaba nada así que terminé”.
-¿Te costó salir a la realidad después de ganar?
“Fue súper fuerte, al principio no quería ni salir de mi casa, estuve como un mes encerrado. Todo el mundo me conocía, caminar por los mismos lugares de siempre no era lo mismo. Entonces esperé que pasara un poco el revuelo de “Pelotón”. Cuando salí de la base estuve tres días sin dormir, nada. Nunca tuve la noción de victoria, fue como haber ganado una competencia más. De ahí llegué a mi casa en la madrugada, al otro día me llamaron del matinal, después de “Pasiones”, de ahí “Rojo”, luego mis amigos. O sea, tuve que apagar mi celular y cuando lo prendía tenía 60 llamadas perdidas y 20 mensajes de texto”.
-Me imagino que con el premio aparecen amigos nuevos de la nada.
“Claro, aparecieron amigos que no había visto hacía ocho años, entonces salir tan bruscamente… por eso preferí encerrarme en mi casa y de a poco asumir lo que me había pasado. Me preguntaban qué sentía por haber ganado el premio, pero aún no lo asimilaba. De programa en programa y todos saludándome… fue bien frenético”.
-Pero a algunos les encanta eso.
“Claro, a mí me da risa. En ese minuto fue ‘shockeante’ pero ahora es divertido”.
-Insisto, ¿no pensaste, antes de entrar, en el tema de la exposición,?
“Bueno, estaba claro que si me iba a meter a un reality en el que filman 24 horas. Depende de lo que cada uno quiera mostrar”.
-¿Y qué sentirás cuando se acabe, de verdad?
“Me dará nostalgia por todo lo entretenido que viví y por todo lo que gané, ja, ja, ja. Pero que no me reconozcan en la calle, estoy segurísimo que no me influirá ni caeré en depresión. Estoy contento con mi premio, mis papás están felices, tengo polola, no puedo pedir nada más. Si puedo seguir con el cuento de la animación lo haré, pero no por tener pantalla no voy a aceptar cualquier invitación. De hecho, no he aceptado”.
-¿Qué rechazarías?
“Cuando salí probé de todo, hasta actué en “Pasiones” y me cargó, soy pésimo actor. Ni aunque me invitaran a hacer un protagónico en una teleserie”.
-¿Y ser opinólogo, por ejemplo?
“No, menos. Voy a ir a una fiesta “SQP” con mi polola porque ella está en “Yingo” tiene que ir a hacerle publicidad entonces sólo voy a acompañarla a ella, pero no me gusta. Además no sé mucho de farándula y no me interesa. Sólo supe lo de Egas y me dio mucha pena. Hubo comentarios que no vale la pena repetirlos. A nadie le gusta que hablen mal de uno. Cuando salí me preguntaron qué onda con mi ex polola porque apenas salí terminé y me puse al tiro a pololear de nuevo. Y como asumí todo y listo, ya no era noticia nueva y así no molestan más”.
-¿Ah, ya te manejabas en este mundo?
“Es algo muy lógico, si cuestionan la sexualidad de alguien, por ejemplo, y cuando se sabe, no hay de qué más hablar. Son las primicias, eso es lo que vende. Pero cuando es cuento repetido, no interesa”.
-Ya conociste a otros ganadores de realities, como a Ballero en “Cuanto vale el show”.
“A Egas sólo lo he visto un par de veces. Cuando lo veía en “La granja” lo encontraba como una verdadera máquina. Y Ballero lo conocí en el programa y ¡lo eliminaron! Se fue llorando, ja, ja, ja. Él no se llevaba bien conmigo”.
-Entonces, ¿aún no se acaban tus 15 minutos de fama?
“Como te dije, pensé que serían 15 pero han sido 20… quizás me sigan invitando a programas. Conocí a un especie de manager que ha trabajado con rostros importantes y que va a ver qué más puedo hacer”.
-¡No me digas que es Roberto Dueñas!
“No, ten por seguro que no, ja, ja, ja. De hecho es periodista y bueno, si tengo proyección, me gustaría estudiar animación”.
-¿¡Quieres convertirte en rostro!?
“Bueno, si así se le llama. Estudiaré para hablar bien, modular, dicción, mantener vínculo con el público. Quizás podría partir como notero. Por muy chico que sean los trabajos me preparo para todo, trato de hacer las cosas bien”.
-¿Qué tanto te llama la atención de la TV?
“Ese mundo de fantasía que se arma para que en la pantalla se vea algo maravilloso. Mi paso fue como estar en una semana del colegio que había que armar coreografías. Siento que me pagan por jugar, es un año sabático productivo”.
-¿Por qué siempre se arman parejas en los realities?
“No es por la costumbre sino que más por el nivel de confianza que llegas a tener con las personas que tienes al lado. Pasas 24 horas del día durante 4 meses. O sea, a mi pareja le sé todos los gustos, desde cómo se levanta, cómo le gusta el desayuno, qué ejercicios hace”.
-Es como si hubieran convivido antes de iniciar una relación.
“Es como cualquier relación sólo que nos conocimos en un lugar distinto. Soy muy intenso en cuanto a sentimientos se refiere y por eso no quise hacer nada adentro con ella y preferí ver qué me pasaba afuera y afuera me pasó algo mucho más fuerte al verla. La eché mucho de menos cuando se fue”.
-Y a todo esto, ¿quién crees que va a ganar “Pelotón II”?
“No lo veo, me da lata (sonríe). Creo que las segundas partes siempre son peores y no ha causado tanto boom, es más fome que el primero. Sé que yo no era el más entretenido pero había varios personajes divertidos, como Marengo o Álvarez”.