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“Yo le subí un poco el pelo a la farándula”

05 de Febrero de 2008 | 10:13 |
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Ítalo Passalacqua siempre quiso ser actor. De hecho tuvo una pequeña participación en la película chilena “Regreso al silencio”, de Naum Kramarenco, en 1967. “Señor, pase por favor”, dice en el film un joven Passalacqua, interpretando a un recepcionista de un hotel, con bastante más cabello que ahora y con sus ojos azules bien abiertos. Antes había sido la primera voz del grupo “Los Hidalgos”, pero su carrera musical le duró sólo un año, porque no se imaginó cantando para toda la vida.

Después de estudiar teatro en el Municipal, Ítalo descubrió que no le gustaba repetir todas las noches el mismo personaje. “Ahí me di cuenta de que estaba puro leseando con cantar y actuar”. Finalmente, se decidió por periodismo, carrera de la que se recibió en 1978, en la Universidad de Chile.

-¿Fue tu objetivo dedicarte a la crítica de espectáculos?
“Sí. Mi ídolo era la (periodista y crítica de cine) María Romero. Gracias a ella entré a la práctica en El Mercurio. En treinta años, ella nunca había recomendado a alguien, pero lo hizo conmigo. Así que todo el mundo pensó que yo era una lumbrera (se ríe con fuerza). Y lo que pasaba era que ella me conocía de chico. Vivía cerca de la farmacia de mi papá y me invitaba a tomar el té para comentar las películas. Fue la primera persona que me dijo “tú tienes que estudiar periodismo y te tienes que dedicar a comentar, porque tienes un sexto sentido”. Después me di cuenta de que tenía razón”.

-Ahora, ¿te sientes más ligado al espectáculo o a la farándula?
“Al espectáculo. Eso es lo que me fascina. La farándula la acepto como parte del periodismo de espectáculo”.

-¿No crees que el aceptarla y trabajar en ella te ha hecho perder algo de prestigio en tu carrera?
“No. Creo que es al revés, que yo le subí un poco el pelo a la farándula. En el ‘SQP’ yo recomiendo cine, hablo del ballet, del teatro, y puedo usar la farándula para hacer eso”.

Pero Ítalo no sólo se ha dedicado a hablar de la alta cultura en televisión. Desde antes de participar en el “SQP”, había participado en algunas polémicas que resonaron en la prensa. Ya en el 2002, Cristián de la Fuente le interpuso una querella, luego de que Passalacqua dijera en una entrevista: “Parece que (De la Fuente) tiene mala memoria y no se acuerda cómo nos conocimos... ¿Acaso porque te casaste ahora, eres macho recio y te olvidaste de tu pasado?”.

Pero los momentos más duros los vivió el 2004: se peleó con su amiga Raquel; fue despedido de TVN, después de decir en “Primer Plano” que no era tan terrible que un adulto gay mantuviera una relación con un adolescente de 15 años, si los padres lo permitían; y por último, se ganó dos querellas más –de parte de Patricia Maldonado e Iván Zamorano-, por haber insinuado, al igual que con De la Fuente, que eran homosexuales.

-¿En qué quedaron tus querellas?
“La de De la Fuente no siguió, porque llegamos a la reunión de advenimiento y la retiró. La de Zamorano la gané yo. Y la de la Patricia Maldonado… Ella la puso para ganar plata e ir a todos los programas, pero nunca más se preocupó de la querella. Así que se acabó”.

-¿Tomaste esos hechos como una lección?
“¡Para nada! Yo sigo siendo muy honesto en lo que pienso. Y si se vuelven a querellar, tendré que decirle de nuevo a Hernán Calderón que haga la defensa. Un periodista jamás debe dejarse atemorizar por eso”.

-¿Tampoco te cuestionaste lo que dijiste en “Primer Plano”?
“Es que ahí hay una deformación de algo que sigo manteniendo. A mí me preguntaron si yo me acostaría con un homosexual de quince años. Yo dije: ”no voy a escupir para arriba, porque tal vez un día me pase”. Eso no es pedofilia, porque nunca hablamos de alguien de 14 años y la pedofilia es hasta esa edad. Lo que pasó ahí fue un cahuín mal intencionado y un deseo de desprestigiarme con algo falso… Y yo creo que la gente se dio cuenta”.

-Entonces, el tiempo te dio la razón…
“Por supuesto. Todos los que hablaron y en un momento rajaron vestiduras, se han acercado para pedirme disculpas, porque la mayoría opinó sin haber visto el programa y eso fue bastante poco ético”.

-Después de todo, ¿crees que sigues siendo “el rey del periodismo de espectáculo?
“Lamentablemente, sí, porque en todos estos años no ha salido ningún reemplazante. Antes, a mí me criticaron mucho… Decían ‘¡este gallo es Mentolatum! ¡Cómo puede hablar de la ópera, del ballet, del teatro y del cine! Hay que hablar de una pura cosa’. Pero un periodista de espectáculos tiene la obligación de saber de todo eso. Y en todos estos años no ha salido nadie que me haga el peso y diga “sí, yo también hago ópera, ballet y teatro”.

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