La donación de semen parece ser un tabú en Chile. Este procedimiento que se realiza en varios países por medio de la implementación de bancos de esperma aún no existe en Chile, pese a los avances con que cuenta la medicina local. Muchas son las razones que explican esta ausencia, las cuales evidencian, a su vez, lo controversial que sería para nuestra sociedad enfrentar la posibilidad de donar semen para dar vida.
Un rápido sondeo realizado entre hombres de 18 a 35 mostró una predisposición negativa frente a la posibilidad de donar sus espermios. Dos argumentos se repiten: el poco conocimiento sobre el procedimiento de donación y el acto de entregar semen tan impersonalmente. Aparece también a la idea de procrear hijos sin saber con quién.
“No lo haría porque para mí dar vida es un acto de amor consciente entre dos personas. No es llegar y entregar algo tan importante a alguien que ni siquiera conoces”, opina Edmundo, 26 años.
El conductor de TV Nicolás Copano también se opone. “Yo no tengo problema con que haya un banco, pero yo no donaría. La persona que se condene a mis espermios tengo que elegirla yo”, agrega.
En la vereda contraria se instala el actor Néstor Cantillana, uno de los que sí donaría semen. “No tendría problema con tener hijos sin saberlo. No me cierro a la posibilidad. Tal como la adopción es una opción súper legítima, creo que es bueno que existan varias alternativas para tener hijos. Si hay gente que tiene problemas y puede recurrir a uno encuentro que es fantástico”, señala.
Actualmente 4 instituciones privadas son reconocidas por la Sociedad Chilena de Fertilidad que han funcionado, asimismo, sin una ley vigente que regule esta donación: Clínica Alemana, Las Condes, Las Nieves y de la Mujer en Viña del Mar. Ellos acuden principalmente al banco de semen
Cryobank, ubicado en California y que ha atendido 140 chilenos desde 2007, mientras que la clínica española
IVI, que cuenta con un equipo en Chile, acude a los bancos que tiene esta organización en la ciudad de Valencia y en Portugal.
Los altos estándares en el proceso de selección de donantes de semen grafican los avances que se han alcanzado en esta actividad y las altas tazas de rechazo que muestra lo estricta que es la selección. Por algo, el equipo IVI se queda con sólo 5% de quienes postulan.
Ambos bancos exigen a los postulantes que sean jóvenes-entre 18 y 35 años-y sanos tanto física como mentalmente. El proceso de selección toma aproximadamente 2 meses y cuenta con varios exámenes, encuestas y entrevistas. No obstante, las exigencias técnicas son perfectamente abordables para un equipo chileno. Esa es la visión de Carlos Troncoso, director del centro de medicina reproductiva de Clínica IVI, quien también revela que en Chile la demanda de espermios aún no es tan alta como para instalar un banco en el país.
El exigente camino para ser donante |
Este estudio profundo de los posibles donantes, quienes en su mayoría son estudiantes universitarios, toma 2 meses aproximadamente. Ellos pasan por muchos exámenes para identificar enfermedades infecciosas, crónicas y de origen genético como hipertensión, cáncer, diabetes o fibrosis quística, entre otras muchas patologías.
A eso se suman encuestas en donde se hace una nueva evaluación médica, además de una entrevista sicológica. Nada es dejado al azar e incluso se buscan posibles propensiones o antecedentes de enfermedades o malformaciones que pudieran tener un componente hereditario y sin dejar de lado el criterio de selección del semen que pone como parámetros básicos la concentración, la motilidad y la morfología.
Para ser donante, se necesitan 30 millones de espermios por ml., (el promedio es 20) según la Sociedad Española de Fertilidad, no obstante, los niveles de corte han alcanzado los 90 millones por ml., en el caso de IVI.
Finalmente, los espermios pasan por otra prueba que consiste en congelarlos y descongelarlos para medir el nivel de tolerancia, debido a que se conservaran a -196° C.
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“Cuando llegamos a Chile tratamos de montar un banco de semen con donantes nacionales porque técnicamente es algo bastante simple. Pero en realidad es más fácil, desde el punto de vista administrativo, pedir una muestra de semen a bancos que ya están establecidos que empezar a formar uno aquí. Además, no lo hemos hecho porque la afluencia de donantes no es muy alta como tampoco lo es, hasta el momento, la demanda de un banco de semen”, afirma.
Pese a que en Internet abundan las ofertas de espermios, la cantidad de donantes potenciales es muy baja. Mientras que los donantes virtuales no cuentan con los medios tecnológicos para donar sus espermios, también esta el hecho que, “no existe una cultura de donación, a diferencia de lo que sucede en España”, señala Troncoso.
Las motivaciones para incentivar la donación tampoco parecen haber existido. José Pedro Balmaceda, ex presidente de la Sociedad Chilena de Fertilidad, y quien forma parte de la unidad medicina reproductiva de Clínica Las Nieves responsabiliza, en parte, a los profesionales vinculados a este tipo de tratamientos. “Creo que ha habido un miedo por parte del personal que está en este rubro para salir públicamente a incentivar la donación especialmente entre grupos universitarios”, complementa.
Ovodonación sí
Este tipo de donación además, es un asunto con un fin mucho menos solidario, pese a algunos intentos. En este sentido, tanto en España como en Estados Unidos, los donadores reciben una compensación económica, y los estudiantes utilizan este camino para ayudarse en sus estudios.
A diferencia de lo que pasa con los espermios, la ovodonación existe hace muchos años en Chile y cuenta con un programa desarrollado en Clínica Las Nieves llamado “Una mano ayuda a otra mano”, cuya característica es que la donación de óvulos no es anónima. Según Balmaceda, es una diferencia cultural que ha repercutido en la aceptación de este tipo de donación.
“La donación de óvulos es una cuestión exitosa que se hace voluntariamente y en forma altruista. Aquí podría haber una diferencia cultural entre la solidaridad que muestra una mujer con otra y una cosa más impersonal que es en el caso de donación de espermios que ocurre por medio de una masturbación”, dice.
Todos estos factores han hecho que estos bancos no sean “económicamente viables”, según declara Balmaceda. Las razones están identificadas: “el bajo volumen de muestras con los que contaría Chile y la costosa cantidad de controles que deben hacerse a los donantes”, explica el profesional. Quizás, por este motivo también se justifique la falta de consenso de las instituciones vinculadas a la actividad de reproducción humana.
“Ha faltado acuerdo para que estos bancos existieran, se justificaran, se mantuvieran con una calidad similar a la de los extranjeros. Lamentablemente los distintos grupos de reproducción humana en Chile no se han puesto de acuerdo para instalar un banco, por ejemplo, como yo propuse que fuera”, agrega.
Asimismo, tampoco existen presiones de parte de las parejas o mujeres solteras que requieren espermios chilenos. Ellos no tienen problemas con que el semen sea extranjero y sólo buscan ser padres, sin dejar de lado la compatibilidad con el donante. “No hay problema con que el semen sea extranjero. Les importa que la asignación del donante sea similar a sus características físicas”, manifiesta Troncoso.
Pese a esto, el especialista no descarta que el centro que dirige implemente un banco en el futuro. “Nosotros queremos hacer un banco a nivel nacional porque es bueno para el país el hecho de que se vayan desarrollando estas técnicas, que desaparezcan los tabúes que hay porque al final son temas muy necesarios”.
“La patología de la infertilidad es algo que va ir aumentado cada vez más en la población chilena porque la edad de la mujer es la que va determinando todos los pronósticos. Ellas cada vez más quieren desarrollarse profesionalmente primero y han postergando la maternidad, lo que va a hacer necesario que se ofrezcan más tratamientos”, declara el profesional de Clínica IVI.