Hasta hace pocos meses, las semillas de mango africano eran el milagroso producto al que miles de estadounidenses recurrían para bajar de peso. Sin embargo, rápidamente fueron reemplazadas por otro producto que también se hizo conocido a través del famoso doctor Mehmet Oz y que ahora es casi imposible de encontrar en las tiendas de salud del país del norte: las cetonas de frambuesa.
El suplemento, al que el médico de la TV calificó como "el primer milagro en una botella para quemar grasas", está fabricado con un extracto de la fruta, específicamente aquellos componentes que le dan a la frambuesa su aroma característico. Pero también tienen la propiedad de hacer desaparecer los kilos demás, según señaló Lisa Lynn, personal trainer y experta en fitness, en "The Dr. Oz Show".
En esa oportunidad, la especialista describió a las cetonas de frambuesa como "muy sanas" y sin "efectos secundarios", e incluso aseguró que sus resultados podían verse en sólo cinco días. Eso sí, es necesario acompañar su consumo con ejercicio y una dieta balanceada que incluya alimentos saludables y completos.
¿Cuál es su mecanismo de acción? Las cetonas de frambuesa estimularían la producción de adiponectina, una hormona que se encuentran en el tejido graso y que mejora la habilidad del organismo para metabolizar la grasa. "Hacen que la grasa dentro de las células se rompa más eficazmente, ayudando al cuerpo a quemarla con mayor rapidez. La dosis recomendada es de 100 mg al día. Para obtener el mismo beneficio a partir del fruto, tendrías que consumir 40 kilos de frambuesas", se afirma en la página web del programa estadounidense.
Hasta aquí todo resulta prometedor. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que la efectividad de las cetonas de frambuesa sólo ha sido probada en ratas de laboratorio, primero en un estudio realizado en 2005 y luego en otro que se llevó a cabo cinco años después.
La primera investigación fue hecha por científicos japoneses, cuyo propósito era aclarar si las cetonas de frambuesa ayudan a prevenir la obesidad y a activar el metabolismo lipídico en los roedores. Para ello se estudiaron dos grupos de control: uno compuesto por ratas que durante 10 semanas fueron alimentadas con una dieta alta en grasas, y entre 0,5 y 2% de cetonas de frambuesa; y otro en el que los animales consumieron una dieta alta en grasas por seis semanas, a la que luego se le agregó un 1% de cetonas de frambuesa durante cinco semanas más.
La conclusión de este primer estudio fue que las cetonas de frambuesa previenen la obesidad y mejoran el hígado graso, ya que al parecer alteran el metabolismo lipídico.
La investigación de 2010 es de origen coreano y confirmó los resultados obtenidos por la primera, al afirmar que las cetonas de frambuesa impulsan la secreción de la adiponectina.
¡Ojo! No sirve para todos
"Soy una rata de gimnasio y nunca he sido capaz de perder la grasa de mi cintura. Así que traté con cetonas de frambuesa y me proporcionó resultados inmediatos. Mi estómago se esculpió en pocas semanas", afirma Jason Smith en un foro de internet. Ésta es una de las muchas opiniones positivas que se pueden encontrar en la red sobre el suplemento para quemar grasas que ha cautivado a los estadounidenses. Pero, al parecer, no todos los que lo han usado han obtenido tan buenos resultados.
Es el caso de un hombre que se identifica como MCS en una página de foros sobre diabetes. Allí relata que su esposa se sintió atraída por las cetonas de frambuesa después de verlas en el programa de Doctor Oz y decidió comprarlas. Las consumió durante cuatro días, tras lo cual comenzó a sentirse extraña, ansiosa y sudorosa. Dejó de tomarlas y buscó información sobre posibles efectos secundarios.
"Muchos sitios web dicen que (los efectos secundarios de las cetonas de frambuesa) no son conocidos (...) Busqué un poco más y encontré unas pocas páginas que advertían no usarlas si estás con medicamentos antidepresivos, contra el asma, la diabetes, enfermedades cardiovasculares o ansiedad. (Las cetonas de frambuesa) elevan tu norepinefrina y tu adiponectina. La adiponectina no es el problema, es el aumento de la norepinefrina el que causa todos los males", cuenta.
La norepinefrina también se conoce como noradrenalina y es un neurotransmisor. Rodrigo Montagna, jefe de la Unidad Coronaria de Clínica Alemana, explica que un incremento en sus niveles provoca un aumento de la frecuencia cardiaca (número de latidos por minuto) y de la fuerza contráctil del corazón (se contrae en forma más vigorosa).
En la red también es posible encontrar la opinión de diversos especialistas sobre las cetonas de frambuesa. En ABC News, por ejemplo, Robert H. Lustig, profesor de la Universidad de California en San Francisco y experto en obesidad, afirmó que estudios en animales son insuficientes para que los científicos puedan decir con certeza cómo las cetonas de frambuesa actúan en las personas. Por esto, prefirió no opinar hasta que no haya estudios hechos en humanos.
Dawn Cooper, nutricionista clínica y especialista en suplementos naturales, coincide con esta postura y afirma que los estudios que existen sobre la efectividad de las cetonas de frambuesa necesitan más revisión, ya que -según lo que se ha publicado en revistas científicas- es cierto que tienen contraindicaciones.
En este sentido, Cooper compara la situación de este suplemento con la del elaborado con las semillas de mango africano, cuyos beneficios están probados por investigaciones serias. "El uso de la irvingia, que se saca del mango africano, es más antiguo y actúa a nivel de la leptina, hormona secretada por los adipocitos que nos ayuda a tener más saciedad y a transformar los triglicéridos en energía. Además, ayuda a mejorar la resistencia a la leptina", explica.
Sin embargo, la nutricionista no desconoce las bondades que tienen las frambuesas, los arándanos y otros berries. "Son ricos en fitoquímicos, está demostrado que ayudan a mantenernos más sanos y son importantes para prevenir. También contienen buena cantidad de antioxidantes y últimamente estudios demuestran que son potentes anticancerígenos cuando se consumen frecuentemente", concluye.