El amor es una materia de estudio cada vez más popular en las ciencias sociales y estos tres pensadores internacionales son parte de esa corriente. Desde la importancia de la mañana siguiente en un primer encuentro a la relevancia del primer beso, pasando por la crisis del amor romántico, estos tres teóricos reflexionan sobre el sentimiento.
El amor nace a la mañana siguiente
Jean-Claude Kaufmann no se ha cortado el bigote desde hace varios años. Es más: lo ha convertido en su marca registrada. Tiene un logo que lo representa —un dibujo de un gran huevo blanco con grandes bigotes sobrepuestos—, el que figura en sus libros y en su página en internet. Lo del bigote sería una anécdota más si no fuera porque él siempre ha jugado con esta característica, la que, quizás, incluso ha contribuido a su fama.
En Francia, donde los intelectuales son tratados como rockstars, muchos lo conocen como el Sociólogo del Amor junto con llevar la etiqueta de “especialista en la vida cotidiana”. Ha aparecido en una serie de programas en la televisión, además de dar entrevistas en la radio y prensa. Ha escrito alrededor de treinta libros, y a sus 69 años, sigue dando conferencias sobre su tema predilecto: el amor romántico y la pareja.
No es común que los científicos sociales tomen el amor como objeto de estudio, a pesar de que pareciera ser demasiado obvio, demasiado evidente, que las vidas humanas están atravesadas, de alguna u otra manera, por este sentimiento universal. Ahí, lejos del cliché, Kaufmann descubrió un terreno extremadamente fértil para sus investigaciones sociológicas. “Quería sacudir a la sociología”, declararía al diario francés Libération.
Y esto es lo que ha intentado hacer con éxito: entender la experiencia humana del amor a través de miles de testimonios y conversaciones con parejas francesas, desmenuzando los detalles de la vida cotidiana de a dos. Es este espacio el que se ha dedicado a observar con lupa. La mayoría de sus teorías se fundan en el análisis de la intimidad que se forja a partir del encuentro amoroso.
La obra de J. C. Kaufmann es extensa. Su eje central indaga en cómo la construcción de la pareja, el amor conyugal y sus expectativas crean nuevas subjetividades e identidades. En su libro “La Mañana Siguiente: cómo nace una historia de amor”, Kaufmann se detiene en este momento único, pues es justamente allí donde inconscientemente se pondrá a prueba la posibilidad de una relación más allá del sexo.
El amor en peligro de extinción
Para Manuel Cruz (66), el amor nos define. El filósofo ha dedicado gran parte de su trabajo académico a entender al individuo y reflexionando sobre él se convenció de que el amor es una experiencia constituyente de la vida de las personas. “Probablemente se pueda decir que es la vivencia de mayor intensidad que puede tener el sujeto”, manifiesta Cruz. Su trabajo al respecto encuentra su mayor expresión en “Amo, luego existo”, donde reflexiona en torno a grandes pensadores del amor de todos los tiempos, como Platón, San Agustín y Freud.
Cruz cree que el amor, ese de las novelas románticas en que al final las parejas vivían felices para siempre, está desapareciendo. La causa, explica él, está en una sociedad de consumo a la que no le sirven los enamorados por ser poco productivos. Basta ver cómo los mensajes publicitarios promueven una visión del mundo en que no hay espacios para el sufrimiento, que es casi inherente al amor.
En ese sentido, el amor, de acuerdo a Cruz, es “demasiada vida”. Es una vivencia en la que las sensaciones como el asombro, la felicidad y también el dolor aumentan de manera casi inhumana.
El beso como medida del amor
La científica Sheril Kirshenbaum lleva años estudiando uno de los comportamientos más antiguos del ser humano: besar. En 2011 publicó La ciencia del beso, libro en el que explora su historia, por qué es tan importante para algunas culturas y ajeno para otras, y si puede determinar quién será nuestra pareja para toda la vida. Tomando en cuenta miradas antropológicas, evolutivas, científicas e históricas, para Kirshenbaum “es la forma en que tu cuerpo te dice si estás eligiendo a la persona correcta”.
Filematología es el término que la ciencia utiliza para el estudio del beso y recientemente se ha vuelto cada vez más atractivo para diversos investigadores. Esto, a pesar de que en general ha sido un objeto de análisis que muchos científicos, dice Kirshenbaum, consideran poco serio. Para ella, sin embargo, es fascinante y no sólo por lo que dice del ser humano, sino porque permite entender al mundo en sus diversas formas, revelando aspectos de las distintas culturas que lo conforman, las normas que mueven a las sociedades y sus costumbres.
Para Kirsehnbaum, el beso se revela como “una prueba decisiva para confirmar que vas por el buen camino”.
