SANTIAGO.- A partir del
1 de enero empezó a regir una
nueva norma en Bélgica, la que se prohíbe realizar
matanzas de animales sometiéndolos a sufrimiento.Según informó
The New York Times, las regulaciones de la
Unión Europea (UE) exigen a los mataderos
aturdir al animal antes de ser sacrificado, con algún método como gas o shock eléctrico, y así otorgarles un mejor trato,
sin sufrimiento. Esta ley les permite solo a las
comunidades religiosas eximirse de la obligación, cuando su forma de vida se los exija.
La mayoría de los
países de la UE, permiten realizar este ritual a las
comunidades musulmanas y judías y solo unos pocos prohíben las
excepciones religiosas, como Dinamarca, Suecia, Noruega, Islandia y Eslovenia, a los que ahora se sumó Bélgica.
En enero de 2018, varias
organizaciones judías religiosas presentaron una
demanda en conjunto al Congreso Judío Europeo y al Congreso Judío Mundial, con el fin de
frenar esta nueva norma y que se levantara la prohibición que, según argumentan,
viola las libertades de religión.
En el
rito musulmán se debe matar al animal de un corte en el cuello, mirando hacia la Meca mientras se invoca a Alá, en tanto que el
rito judío exige sacrificarlo con un corte profundo en la garganta utilizando un cuchillo afilado.
Ambas
prácticas de matanza ya no estarán permitidas en Bélgica. Para el
Halal (alimentos que se aceptan dentro de la ley islámica) y el
Kosher (alimentos ajustados a las regulaciones judías),
se exige que el animal debe estar en
perfectas condiciones previo a la matanza y que esta se haga de un solo corte en la garganta.
El rabino belga
Yaakov David Schmahl, aseguró que esta y otras normas que se han impuesto, hacen más
difícil vivir bajo las tradiciones judías en el país. "Definitivamente me vienen a la mente
situaciones similares que se vivían
antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando este tipo de leyes fueron introducidas
en Alemania", sostuvo el religioso.
Mientras las
asociaciones animalistas, las que estuvieron detrás del proyecto,
celebran esta nueva ley aprobada por el parlamento, el
Congreso Judío Europeo la calificó como "
el mayor ataque a los derechos religiosos judíos desde la ocupación nazi",
en tanto que
las comunidades de judíos y musulmanes aseguraron que es un atentado contra las libertades religiosas.