SANTIAGO.- En el año 2009, Renzo Tissinetti (31) estudiaba Ingeniería Marina Mercante en Viña del Mar, cuando la propuesta de una prima lo hizo continuar su carrera en la ciudad de Bilbao, España. Pero durante sus primeros años de estudio descubrió que su verdadera pasión, era lo que había aprendido desde pequeño junto a sus padres: la gastronomía.
Su padre, quien murió cuando él tenía 18 años, era cocinero marino mercante y viajaba en buques civiles traspasando sus conocimientos de gastronomía. Renzo pasaba la mayor parte del tiempo junto a su
madre, una dueña de casa que se distinguía por sus
innovadoras recetas y técnicas para la cocina, que para él son como para "montar un monumento".
En su casa junto a sus
cinco hermanos, de los cuales una era su melliza,
todo giraba en torno a la cocina. En las juntas familiares no se estilaban las papas fritas, primero se pensaba qué se iba a cocinar y luego se preocupaban del resto.
"Si yo no hubiese tenido la
base y la influencia de mis padres en el mundo gastronómico, quizás no me hubiese dedicado a esto en ningún momento", asegura en conversación con
Emol.
Después de un año y medio de estudiar ingeniería en
Bilbao, Renzo detuvo sus clases y decidió irse a
Leioa, para comenzar un nuevo camino profesional en la Escuela de Hostelería de esa localidad del País Vasco.
Uno de los platos cocinados por el chef.El éxito de su carrera como chef lo logró gracias a su llegada como
Jefe de Cocina al restaurante de Madrid "
El corral de la Morería", el
tablao flamenco más famoso del mundo, donde se entregan exclusivos platos junto con un espectáculo de baile típico español y que en 2018 ganó el premio más ansiado en la industria gastronómica mundial:
su primera estrella Michelin.
La internacionalmente conocida
estrella Michelin es un
reconocimiento a los restaurantes y hoteles de acuerdo a su calidad, creatividad, cuidado con los platos, decoración del lugar, comodidad en las sillas y el color de los manteles, entre otros.
Para la selección de los sitios destacados, un chef integrante del equipo que designa el premio, visita el lugar para pedir uno de los platos siempre manteniendo su anonimato, y después de degustar las mejores preparaciones, paga la cuenta y avisa su cargo.
La noticia del premio
Renzo llegó a "El corral de la Morería" debido a una
reestructuración que decidieron hacer los dueños. Contrataron a un nuevo chef ejecutivo y a él como jefe de cocina, para crear
nuevas ideas y platos innovadores. El objetivo nunca estuvo puesto en ganar la estrella, sino más bien en un mejor servicio para los clientes.
Sin embargo, en noviembre pasado llamaron a uno de los dos dueños para avisar que el local había quedado dentro de los
seleccionados para ser uno de los ganadores del tan preciado reconocimiento.
El día de la entrega del premio, ambos dueños asistieron a la ceremonia llevada a cabo en Lisboa, y Renzo junto a su equipo de cocina del restaurante siguieron cocinando para los clientes con el mismo profesionalismo que cualquier otro día.
Gracias a una pantalla que
transmitía el evento en vivo, se enteraron que fueron uno de los ganadores de la estrella
Michelin el 2018. Como debían seguir cocinando para las personas que esperaban por sus platos, al final de la jornada
detuvieran sus cuchillos para sacar una botella de champaña y celebrar todos juntos. El camino a su éxito
Su
cambio de carrera de ingeniería a gastronomía
no fue una decisión fácil de tomar,
ya que según aseguró aún existen
prejuicios en cómo las personas ven la industria de la gastronomía en
Chile, donde se sigue viendo al cocinero como alguien "
sucio" que pela papas, y no como el profesional formado que debe dirigir equipos, entre otro cargos.
"La gente ha ido entendiendo que la cocina
no es simplemente pelar cebollas,
que hay un fondo detrás, y se agradece que vayan cambiando ese pensamiento de nuestra profesión hermosa", sostuvo Renzo.
La primera persona a la que le comunicó que se dedicaría a la cocina fue a su
fallecida madre, y a pesar de no haberle gustado el hecho de pasar a tener un hijo que sería ingeniero a uno que se dedicaría a la gastronomía, lo
apoyó en toda su decisión.Lamentablemente su madre murió hace dos años producto de un cáncer y
no alcanzó a ver los logros que el joven ha tenido en el país Europeo. Pero está contento de que sus cuatro hermanos han visto su crecimiento en torno a la cocina.
El camino para llegar a España, y dejar de lado la familia y amigos en Chile, fue un proceso que aún sigue viviendo. La única compañía que tenía cuando llegó a Bilbao era una prima, quien lo ayudó a pasar navidades, años nuevos y cumpleaños acompañado.
"
Es difícil estar lejos cuando nace algún sobrino por ejemplo, pero me pasó lo peor estando acá, ya que se me
murió mi mamá cuando yo estaba en España y no pude viajar a despedirme de ella ni nada, a partir de eso
más mierda no me puede caer encima", relató el cocinero.
Posibilidades de volver a Chile
A pesar de los reconocimientos que ha recibido por su talento culinario, cree que
aún le faltan muchas cosas por lograr. Además, piensa que la gastronomía en Chile está cambiando, pero aún le faltan cosas por mejorar.
No cierra las opciones de volver a su país natal si aparece una oferta interesante donde poder desarrollar nuevos proyectos, ya que cree que hay muchas cosas que se pueden hacer a nivel gastronómico.
"Tengo 31, me falta muchísimo todavía por seguir haciendo. Tengo mil cosas en la cabeza, me gustaría llegar a
tener mi propio restaurante más adelante. Tampoco cierro las opciones de volver a Chile, pero quiero seguir creciendo, aprendiendo y formándome", contó el chef.