(paternidad), se refiere a la tendencia de los nuevos padres a publicar en sus redes sociales, algunas veces de manera pública y otras privada, fotografías y videos de sus hijos cuando son menores de edad.
Desde el momento de la ecografía, los primeros pasos, palabras, risas y situaciones
, son muchos los videos e imágenes que los padres no pueden evitar publicar para sus amigos y conocidos que los siguen en Instagram, Facebook, Youtube o Twitter.
. Miles de fotografías impresas puestas en álbumes familiares, donde muchas veces cada integrante tenía su sección, era lo que los padres hacían para guardar los recuerdos.
Videos en VHS que muchas familias aún conservan, donde se ve el registro de la niñez de cada persona y que muchas veces puede llegar a avergonzar a más de alguno. Sin embargo, hoy la situación es totalmente distinta y expuesta. Pero,
¿qué sucede con el derecho de la imagen de los niños y adolescentes?, ¿qué pasará cuando esos niños crezcan, y no les gusten los videos y fotografías que están circulando en la web acerca de ellos?
La psiquiatra infantil de la Clínica Universidad de Los Andes,
Andrea Aguirre, cree que antes de publicar una fotografía los padres deben preguntarse: ¿me gustaría que hubiesen hecho lo mismo conmigo? Además, es importante recordar que la opinión de una madre o padre puede ser distinta a la del niño, por lo que si publica alguna imagen que a ellos les gusta, podría no ser del agrado de los hijos.
"
Es bueno tener empatía, porque uno puede estar muy orgulloso con los niños, pero después esas imágenes quedan en las redes y es difícil sacarlas. No es necesario publicar fotografías en situaciones vergonzosas, niños en paños menores, exponiendo su intimidad, ya que al haber sido difundidas y cuando crezcan eventualmente les puede traer un problema", sostiene Andrea.
La doctora explica que hoy en día existe la
identidad digital, y esto se podría entorpecer en cada adolescente cuando los padres publican cosas que no saben si los niños quieren o no mostrar en la web. Se producirá una diferencia en
cómo ellos se quieren mostrar al mundo y en cómo los padres lo hacen. "
Las personas deben tratar las redes sociales como si fuera la vida real, en esta no estarías mostrando fotos todo el rato de tus hijos, expandiéndolos", asegura Aguirre.
Recuerdos versus seguridad
Por otro lado,
Vladimir Garay, Director de Incidencias de la Fundación
Derechos Digitales -la que se encarga de incentivar un internet más seguro y abierto en torno a los derechos humanos de las personas-, cuenta que una de las preocupaciones basadas en las imágenes públicas de los niños en la web, es que cuando se sube la información a internet es
difícil volver a tener control sobre ella.El experto asegura que es crucial antes de publicar algo de los menores de edad, hacerse preguntas como
¿esta imagen podría resultar humillante en el futuro?, ¿quiero realmente que un grupo de empresas privadas recaben información personal y sensible sobre mis hijos?, ¿es esta la mejor decisión que puedo tomar como papá o mamá?
Además, Vladimir asegura que es un tema preocupante la
"liviandad" con que las personas comparten fotografías y videos de menores de edad en internet. Muchas veces a los padres se les olvida que sus
hijos también tienen derechos, incluyendo el de la privacidad y el control de su propia imagen, relata el director.
"Es importante que los padres, y en general, todas las personas, tomen conciencia respecto a
qué estamos haciendo cuando subimos imágenes a internet y cuáles pueden ser las consecuencias de estos actos, en términos de privacidad, dignidad, autonomía, seguridad, etc.", aseguró Garay.
A pesar de que el experto asegura que muchas veces el compartir hechos importantes en la vida de los hijos en las redes sociales se hace para demostrar su cariño y con el fin de generar recuerdos familiares, no se puede ignorar que
otras personas pueden acceder a estos y usarlos, incluso, en contra de sus intereses o de sus hijos, exponiéndolos a un riesgo.
"El problema no es tanto la imagen, sino su posibilidad de circulación entre aquellos que nunca estuvieron considerados como destinatarios de esas fotografías o videos en primer lugar", señala Garay.
Sin embargo, Vladimir asegura que este no es el único problema al que se enfrentan los padres a la hora de publicar la vida de sus hijos, ya que cuando estos crecen y son capaces de generar un juicio crítico sobre estas acciones,
podrán sentirse incómodos con el modo en que fueron presentados a desconocidos.
Crédito: APEsto puede generar un problema en el niño al considerar que su
dignidad fue violentada. Además, está la posibilidad de que una fotografía particular adquiera notoriedad de una manera que sea humillante o dañina para el menor de edad, señala el experto.
Negocios con datos de niños
Vladimir asegura que el modelo de negocio de las grandes empresas en internet, se basa en la
acumulación de datos personales, los que son posteriormente ofrecidos a firmas privadas para tomar decisiones sobre las personas.
Algunas de las estrategias se utilizan para cosas que no influyen incorrectamente en la vida de las personas, por ejemplo mostrar publicidad de un producto, pero hay otros donde se manipulan para tomar otro tipo de decisiones en torno a algún plan de salud, oferta de empleo o cuentas en los bancos, por ejemplo.
"Si una compañía es capaz de acumular todo tipo de datos de una persona desde que nace,
el control que se puede realizar sobre ese individuo es mucho mayor y puede usarlo incluso en contra de sus intereses", relató Vladimir.
"Es súper importante que tomen conciencia y se pregunten por las consecuencias que puede tener compartir imágenes de ello en internet, hoy y en el futuro: ¿Es necesario? ¿Con qué frecuencia? ¿En qué plataformas sí y en qué plataformas no, y por qué? ¿Qué tipo de fotografías?
¿Quién tiene acceso a ese material? ¿Cuál es la configuración de privacidad de este material? ¿Se lo mostraría a un desconocido en la calle? ¿Estaría de acuerdo mi hijo que lo compartiera con desconocidos? ¿Qué pasaría si en el futuro mi hija quiere eliminar ese material de internet? ¿Es factible hacerlo realmente? ¿Cuánta información está recabando el servicio que uso para publicar este material?", planteó Garay.