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Una imagen vale más que mil palabras" es el dicho que muchas personas tienden no solo a utilizar, sino que también a concretar en su comportamiento en redes sociales. Sin embargo, muchas veces las consecuencias que hay detrás de publicar fotografías pasan a un segundo plano, ante la posibilidad de obtener reconocimiento y ser más popular en internet.
Hace unas semanas, un conocido influencer en las redes sociales dejó este fenómeno en evidencia cuando decidió fotografiar el cuerpo de una persona que se había quitado la vida en el Mall Costanera Center. Junto a la imagen, el usuario escribió un mensaje en el que hacía alarde de la calidad de la cámara de su celular.
El influencer, quien tuvo que cerrar todas sus cuentas en las redes sociales, recibió una lluvia de críticas por
su falta de empatía y sensibilidad ante una situación delicada, como lo es la muerte de una persona.
Otro hecho que llamó la atención en las últimas semanas, fue la presentación de la cantante
Paloma Mami en
Lollapalooza Chile,
donde el público prefirió tomar fotografías y grabar el show, en lugar de verlo con sus propios ojos.
Ambas situaciones dejan en evidencia que vivimos en una etapa en la que prima una nueva forma de comunicarse y de enfrentarse a los demás, donde todo pasa con una
nueva rapidez e instantaneidad que hace que muchas veces no se midan las consecuencias de lo que un simple acto podría tener para otra persona. ¿Estamos perdiendo la empatía? ¿Nos volvemos más insensibles?
¿Pensamos en el otro, o privilegiamos nuestro interés y beneficio?Cambios en la forma de expresarse
Para poder entender de dónde viene este fenómeno, el sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
José Ignacio Suárez, explica que a lo largo de la historia las personas siempre han tenido la
necesidad de tener una identidad para generar un bienestar emocional y psicológicamente estable.
Pero esto no se genera de forma aislada, sino que se necesita que esa identidad sea aceptada por el resto. Desde ahí, el experto explica la "fascinación" de las personas por compartir cosas en las redes sociales.
Por otro lado, Suárez señala que durante la historia de la humanidad, la
interacción entre las personas se había realizado cara a cara, y con
las nuevas tecnologías se rompe este esquema.Con la interacción cara a cara se tenía una inclinación hacia el consenso, ya sea por la gestualidad que se recibía o por un miedo a obtener feedback negativo de lo que se estaba comunicando, por lo que se tendía a decir cosas que el receptor encontrara razonable o aceptara.
Sin embargo, esto cambia con las nuevas plataformas digitales. "Con estos mensajes, que son los propios de Instagram y Facebook, al no estar dirigidos a una persona en particular permiten un mayor rango de contenido (…)
Es una forma de comunicar algo sin tener un gran costo al respecto", expresa Suárez.
A partir de esto, José Ignacio relata que ahora hay una diferencia en la forma en que la persona envía el mensaje y en qué piensa a la hora de mandarlo. "Hay un cambio social en que el acento de la comunicación y la interacción pasaron de estar más puestos sobre el receptor y cómo aquel va a interpretar el mensaje, a estar en
el mensaje en sí mismo, el mensaje es lo que importa, no tanto cómo la gente reciba lo que voy a decir", señala el profesional.
Aceptación a través de los likes
Es común ver en las redes sociales que amigos, familiares, no tan conocidos o famosos, publican a diario su día a día en plataformas como Instagram o Facebook. Almuerzos, experiencias extremas, en una playa, en una lancha, esquiando o en el extranjero...
¿por qué las personas comparten casi como una necesidad lo que hacen? "La importancia de un uso consciente es fundamental para no producir consecuencias dañinas o poco éticas que puedan afectar el bienestar de las personas"
Lionel Brossi, Universidad de Chile
Cuando alguien publica una fotografía, la comunicación que esto lleva detrás no es solamente con la intención de decir que estuvo en ese lugar como una forma de informar, sino que esa persona está en la
búsqueda de ser aceptada entre sus seguidores, y eso se logra a través de los likes, asegura el sociólogo.
"En la medida que una foto no obtenga muchos likes, no te vas a sentir tan satisfecho como si obtuvo muchos, y de alguna manera eso también es una validación social de ciertos comportamientos (…) Puedes elegir la foto más bonita de las cien que te mandaste y, ¿por qué uno hace eso?, bueno uno está buscando una mayor aceptación", explica Suárez.
Por otro lado,
Lionel Brossi, director de Relaciones Internacionales del Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, cree que muchas veces las personas tienden a sacar fotografías de los que están haciendo con el
fin de mostrar determinadas habilidades personales (esquiar, tocar piano o cocinar una torta) y así poder recibir el apoyo de amigos o desconocidos con el fin de recibir un reconocimiento.
Sin embargo, Brossi advierte que el interés por obtener más likes suele llevar a tomar fotografías que puedan asombrar a la audiencia, y esto puede incentivar un
uso "irreflexivo" de las plataformas. Es por esto que la importancia de un uso consciente es fundamental para no producir consecuencias dañinas o poco éticas que puedan afectar el bienestar de las personas.
Crédito: ReutersImportancia de la alfabetización digital
Conocer lo que está pasando en el mundo hoy, se puede lograr de forma instantánea. La llegada de internet permite que las personas estén conectadas e informadas de cosas que están alejadas de ellas. Con la llegada de los celulares inteligentes y cámaras fotográficas incluidas, esto aumentó aún más.
Presenciar un accidente o un hecho inédito toma menos de un minuto sacar el teléfono de los bolsillos o carteras, apretar un botón y empezar a grabar lo que está pasando. Además, son muchos los que utilizan este medio parta dejar evidencia una discriminación, un maltrato o para "funar" a alguien sin sentido. Las consecuencias que una simple fotografía viralizada podría traer para alguien, pueden llegar a ser fatales y muchas personas no lo dimensionan.
La socióloga de la Universidad de Chile e investigadora en Tren Digital UC,
Carolina Castro, asegura que hoy está la figura del
ciudadano reportero, cuyo funcionamiento se basa principalmente en la idea de que está ayudando al informar a otros. Además, con esto puede avisarle al resto que él estuvo presente en el lugar, lo vivió de cerca, pero no se involucra más allá con el tema ya que se podría ver afectado.
"La gente cree entender que se pueden manejar en esto, pero realmente saber usar la tecnología va más allá de poder manejar una red social o hacer un video en Youtube"
Carolina Castro, Socióloga Universidad de Chile
La socióloga señala que son las mismas redes sociales las que incentivan y motivan ese tipo de prácticas a través del funcionamiento de su interfaz y los algoritmos, los que se basan principalmente en la lógica de la popularidad.
Por otro lado, Castro cree que en parte uno de los problemas de esta falta de empatía se debe a la
escasa alfabetización que existe de manera global -y específicamente en Chile- con el uso de las tecnologías, incluso en los jóvenes que crecieron en ese mundo.
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La gente cree entender que se pueden manejar en esto, pero realmente saber usar la tecnología va más allá de poder manejar una red social o hacer un video en Youtube, tiene que ver con elementos éticos y una conciencia del contexto social y cultural para ser un uso adecuado", señala la experta, agregando que el real uso que se le da a estas plataformas son más que nada sociales y de ocio, y no se privilegia uno positivo y más adecuado, como por ejemplo para aprender un nuevo idioma o una nueva habilidad.
Desconexión ante la morbosidad
"Suicidio en el Costanera Center. Increíbles detalles y excelente iluminación gracias a mi #HuaweiP30 #RedefineLasReglas", fue lo que escribió el influencer junto a la fotografía del hombre fallecido en el Costanera Center.
Brossi, cuenta que ante situaciones delicadas como esa, en que las personas prefieren tomar imágenes,
no existe una conexión con el otro. El experto cree que más allá de las redes sociales, esto tiene que ver con las
obligaciones éticas más básicas de cada persona. "¿Qué tan libre es necesariamente bueno? ¿Qué tan bueno es realmente que tengas completa libertad de decir lo que quieras?"
José Ignacio Suárez, Sociólogo UC
"No es la tecnología la que produce este tipo de acciones, tiene más relación con cómo nos estamos formando, qué oportunidades existen para acceder a una educación adecuada, dentro y fuera de las escuelas, tiene que ver con el reforzamiento de una cultura del individualismo, del consumo, del éxito, por sobre los valores más básicos", asegura Brossi.
Por su parte, el sociólogo Suárez cree que, "se ha normalizado la idea de que uno puede compartir cualquier tipo de contenido sin que este tenga una relación directa con el emisor, es decir como una desconexión ya casi total en este ámbito, en el de la morbosidad".
Además, agrega que una de las razones de que esto suceda, es que con la pérdida de comunicación e interacción cara a cara, esa forma de pensar se ha vuelto algo normal, y se pierde la preocupación del emisor por cómo reaccionará el receptor a comunicar cierto tipo de contenido.
Con este tipo de comunicación, ante alguna situación donde al receptor no le parezca apropiado lo publicado por el emisor, no habrá un gran feedback negativo, al no estar frente a la persona no existirán golpes, por ejemplo, asegura Suárez.
"Aquí volvemos a la discusión, ¿qué tan libre es necesariamente bueno? ¿Qué tan bueno es realmente que tengas completa libertad de decir lo que quieras? En una sociedad donde más encima puedes potencialmente comunicar solamente a ciertas personas", señala el sociólogo.
A pesar de que las reacciones de las personas ante un nuevo tipo de comunicación es algo relativamente nuevo, y las consecuencias aún no están claras y se están viviendo en el día a día, algunos países ya están tomando cartas en el asunto y volviendo a la ya conocida discusión respecto a cuál es el límite de la libre expresión.
"Tiene que haber un equilibrio entre la capacidad de libertad de expresión y ciertas normas sociales al respecto, pero más importante que eso yo creo que es que cualquier tipo de mensaje tiene que ser capaz de tener un escrutinio público y eso parte por perder el anonimato, la gente tiene que hacerse cargo de las cosas que dice", finaliza Suárez.