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Rayuela, palo ensebado y volantín: cómo los juegos típicos chilenos han sobrevivido a cambios históricos y prohibiciones

Una académica explica el origen de algunas de las tradiciones que siguen vigentes en el país y que resurgen con fuerza en los días de Fiestas Patrias.

18 de Septiembre de 2019 | 15:09 | Redactado por María José Hermosilla, Emol
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El Mercurio (archivo)
Durante las Fiestas Patrias, e incluso algunos días antes de ellas, es común ver a personas elevando volantines, jugando con trompos guardados y lanzando el tejo de la rayuela en fondas o celebraciones familiares.

A pesar de que juegos como el emboque, el palo ensebado, la pallalla o la gallina ciega ya son parte de las tradiciones dieciocheras, no son muchos los que saben de dónde vienen, a quiénes pertenecían en primer lugar y en qué consiste cada una.

Macarena Sánchez, directora de la Escuela de Historia de la Universidad Finis Terrae, cuenta que existe un amplio repertorio de juegos típicos chilenos que reaparecen durante las Fiestas Patrias y que muchos de ellos fueron introducidos al país durante el período colonial, instalándose con gran fuerza en la cultura popular de la época.

Estos juegos se arraigaron tanto en las comunidades que incluso lograron sobrevivir a las reiteradas prohibiciones de distintas autoridades, civiles y eclesiásticas de la época, especialmente a fines del siglo XVIII, señala la experta, agregando que su práctica estaba siempre bajo vigilancia debido a su supuesto vínculo con el desorden y superstición.

Un ejemplo de los que no quedaron instaurados, es el intento por incentivar las corridas de toros y la lotería, los que en la colonia fueron abierta y fuertemente apoyados por funcionarios de la Corona, por ser una importante fuente de ingresos para la real hacienda.

Pero, para el caso de las prácticas taurinas, su fomento colonial no dio los frutos esperados al igual que sus ganancias y ya a fines del período fue vista con recelo por algunos letrados.

Con el advenimiento de la República, se presentó como una afición poco ilustrada, bárbara e incivilizada, muestra clara del atraso de la cultura propiamente hispana, por lo que no tuvo mayores objeciones para iniciar su erradicación de Chile, señala Sánchez.


Crédito: EFE

Por otro lado, en la cultura mapuche también existe un amplio repertorio de juegos tradicionales practicados por niños y adultos, y que están descritos en documentos y crónicas hispanas, como el palín o juego de la chueca, indica Sánchez, agregando que, "estos tenían un carácter deportivo, pero también religioso".

El palín, para algunos considerado un rito social instituido antes de la llegada europea al territorio, pero para Sánchez igual que otros juegos coloniales traídos por los españoles, sufrió distintas prohibiciones durante el período colonial.


Crédito: El Mercurio (archivo)

"En 1764, durante el sínodo de Santiago de Chile, se denunciaba su práctica como un juego que daba ocasión a la promiscuidad, pues lo jugaban tanto hombres como mujeres, y a la violencia. A pesar de ello, el palín, al igual que otros juegos, sobrevivió en la tradición local. A finales del siglo XIX se practicaba tanto Santiago como otras regiones del sur", explica Sánchez.

Otros juegos, en especial aquellos de mayor predilección entre niños, fueron promovidos y difundidos ampliamente durante el período hispano, como las escondidas, la gallina ciega o el luche.

Juegos típicos vigentes


- El volantín: A América llegó durante el período colonial, en el siglo XVIII. Se atribuyó su introducción a los monjes Benedictinos y durante la Colonia, el juego se volvió muy popular, entre niños y adultos. Se practicaba con mayor fuerza entre los meses de agosto, septiembre y octubre, por las condiciones de viento que permitía encumbrar con mayor facilidad, señala al académica.

- Palo ensebado: Consiste en un palo bastante alto, lijado y cubierto de cera que debe ser escalado hasta su parte superior. El competidor intenta subir resbalándose una y otra vez hasta que uno de los participantes logra atrapar el premio, que puede consistir en dinero o alimentos.

Según el escritor y folclorólogo chileno, Oreste Plath, su origen viene de Nápoles (Italia), durante los siglos XVI y XVII, donde se practicaba en las fiestas populares y se conoció con el nombre de cucaña. En la principal plaza del pueblo se instalaba el palo que imitaba una montaña que representaba el monte Vesubio.


Crédito: El Mercurio (archivo)

- Rayuela: Consiste en lanzar un tejo metálico circular, de poco más de un kilo de peso, sobre una caja inclinada de 1x1 metros, rellena con arcilla, desde una distancia de 14 metros. Este receptáculo está dividido por la mitad por una línea trazada con una tira tensada dispuesta a lo ancho de la cancha. Los jugadores, que participan en pareja o en dos equipos, se van alternando los tiros y el tejo que queda más cerca de la lienza obtiene los puntos.

Es un juego que se conoció desde el período colonial. Llegó de la mano de los españoles, pero fue popularizado en forma temprana entre sectores criollos y mestizos.

- Trompo: Es un cuerpo cónico de madera con una púa de metal en la punta y una cuerda que se enrolla en esta. Girar durante el mayor tiempo posible, hacer piruetas en el suelo, sobre la mano, con la ayuda de la cuerda o simplemente resistir al embate de los contrincantes es la esencia del juego, dice Sánchez. También de origen europeo, su uso es registrado varios siglos antes de su llegada al país.


Crédito: El Mercurio (archivo)

- Carreras a la chilena: A diferencia de las carreras de hípica de origen inglés, el jinete va sin montura, sin espuelas y agarrándose sólo de las crines del caballo hasta llegar a la meta. Sus inicios se remontan a la Colonia y hoy tienen especial presencia durante las Fiestas Patrias.

- Pallalla: Consiste en ponerse piedrecillas en la palma de la mano y tirarlas hacia arriba, momento en el que se debe gira la mano y se trata de agarrar la mayor cantidad de piedras posibles y así sucesivamente.

- La gallina ciega: Es un juego infantil de origen europeo. Consiste en que un jugador, con los ojos vendados, debe atrapar a alguno de los participantes, guiándose por las voces de los otros jugadores. No hay límite de jugadores. Durante la Edad Moderna, este fue un juego de salón muy popular entre los adultos de la clase alta europea.

- Las bolitas: Sus primeros registros en Chile datan del siglo XIX, comenta Macarena Sánchez. El juego consiste en que cada participante debe tener canicas de vidrio. Luego, se tira una bolita y el otro niño debe tratar de impactarla, si lo hace la gana, pero si queda a una distancia cercana, puede recurrir a la "cuarta".
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