Durante la semana pasada, varios ciudadanos de países como España, Italia, Alemania y Bélgica, dejaron atrás las estrictas
medidas de cuarentena total tomadas por sus autoridades para empezar a retornar a sus actividades diarias, de forma parcial y con mucha vigilancia, en parques, calles e, incluso, visitas a la peluquería.
Algunos sectores de grandes ciudades de
España se repletaron de ciudadanos que salieron a pasear y hacer deporte, después de haber pasado cerca de siete semanas de cuarentena total encerrados en sus casas para prevenir contagios de coronavirus. A pesar de que las autoridades recordaron que el virus continuaba amenazando la salud de las personas, la posibilidad de
reencontrarse con la calle y naturaleza fue más fuerte para varios. Sin embargo, también se ha dado otro fenómeno que los medios españoles llaman el
"síndrome de la cabaña" y que es definido como el miedo de algunos a tener que retomar actividades y salir de sus casas después de pasar varias semanas resguardados en estas.
"Estado anímico, mental y emocional que se ha estudiado en personas que, tras pasar un tiempo en reclusión forzosa, han tenido
dificultades para volver a su situación previa al confinamiento", lo define una psicóloga al medio ABC. "Miedo, incluso pánico o fobia, por volver a salir a la calle; queremos quedarnos en casa, que es un lugar en el que nos sentimos seguros", lo explica otro.
Esto, lo relacionaron a la
sobreexposición a la información, algo que si no se realiza de forma equilibrada puede generar incertidumbre, y a su vez, fácilmente llegar al miedo. Pero, ¿realmente existe este fenómeno? ¿A quién podría sucederle?
Angustia y fobia
Lister Rossel, psiquiatra de Clínica Las Condes, explica a
Emol que el "síndrome de la cabaña" se conoce clínicamente como
"angustia fóbica". "Una descripción conductual de los fenómenos en medio de la cosa traumática y de la incertidumbre", lo define.
"La angustia fóbica siempre lleva conductualmente a la
evitación. La evitación de lo que nos imaginamos, o lo que es objetivamente, un foco de peligro y de riesgo. En este caso, es la calle y peor aún a la calle, los otros. Obviamente que esto da pie para que hacia adelante la cosa sea una
complicación mayor a nivel psicosocial", advierte Rossel.
El médico explica que esta
evitación fóbica se conoce desde hace mucho tiempo, y que se da en gente que no sale de sus casas, que se mueven a pocos radios de estas o que incluso evitan salir de vacaciones, y que con el escenario actual "habría razón para que sea mucho mayor". Pero, hoy "hay un hecho de realidad que es innegable y que puede ser magnificado y llevado como a que esto es todo lo que ocurre en mi vida", añade.
Sin embargo, explica que existe una
segunda arista, que se relaciona a lo que muchos psiquiatrías ven a diario, el
burnout (definido por la OMS como el síndrome resultante del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito). El estar 24/7 en alerta y que, antes de la pandemia, ya estaba comenzando a tener una expresión clínica. Pero, ahora con la costumbre de una nueva vida desde la casa podría cambiar algunos hábitos en muchas personas.
"Evitar salir también es una vertiente de
descubrir que la vida puede ser en la casa, vivida con algún aspecto que se lo habían saltado las personas, comiendo en la casa, almorzando en la casa, también hay una vertiente de decir:
'la vida también me gusta en esta dimensión'", indica Rossel.
El especialista indica que las personas con
predisposición a la ansiedad, es decir gente que ha tenido crisis de pánico o algún problema de trastorno de ansiedad, están más
vulnerables a sufrir este tipo de fenómeno. "Una población que no es tan pequeña", añade. Además, personas que se vieron
expuestas a cosas traumáticas. "A quienes le tocó un familiar que murió por la enfermedad o algún cercano", indica.
Cómo evitarlo
El médico explica que en la actualidad el
exceso de información afecta a la salud mental de las personas. "El estar conectados a cada informe y exponerse vía pantalla a la idea de que estamos todos al borde del precipicio,
puede ir mucho más allá de la realidad de la pandemia", agrega.
"La recomendación es informarse hasta las 10 de la mañana y después que no se vuelva a conectar hasta el otro día en la mañana", aconseja, advirtiendo que "si las vemos (noticias) cerca de la noche, empieza a haber trastorno y complicaciones del sueño, y de la ansiedad".
Respecto a los
niños, Rossel indica que estos tienen una capacidad de "reacción emocional hacia todos lados", y que cuando los padres están con una "neurosis" en estos momentos puede ser un factor de trastorno de ansiedad en los niños.
El psiquiatra recomienda cuidarse y no dejar de lado las relaciones con otros y con amigos. "Los dos ámbitos fundamentales en la vida del trabajo y del amor se ven afectados cuando hay ansiedad", advierte.
Por último, explica que para "evitar que nuestros pensamientos se invadan continuamente", se debe tener la capacidad de poder tener un
desvío de atención hacia temas que no sean relacionados a la pandemia y poder retomar "los desarrollos que cada uno tiene".
Como ejemplo, Rossel cree que el ejercicio físico es de mucha ayuda. "
Yoga, pilates o ejercicios aeróbicos, todo esto evita que el cuerpo entre en un estado de aumento de presión que no sale por ninguna parte", indica. Además, cree que el meditar o el mindfullnes, o la atención al momento presente, es útil en estos días.