Hace casi una década que el e-commerce irrumpió en las ciudades y transformó la forma en que las personas adquirían bienes y servicios. De hecho, si antes de la pandemia del coronavirus el comercio electrónico representaba casi el 5% del total del comercio de la Región Metropolitana, durante la crisis sanitaria la cifra llegó hasta el 16%.
Pese al crecimiento de esta tendencia de consumo, hay dos elementos claves para que el e-commerce se integre adecuadamente al funcionamiento de las ciudades, pero que no se ha tomado en consideración: el sistema de transporte de cargas y la logística de las redes de distribución.
Precisamente, este tema fue abordado por Julio Villalobos, director del Centro de Transporte y Logística (CTL) de la Universidad Andrés Bello, quien señaló que desde este centro "hace años venimos diciendo que a la hora de pensar las ciudades, hay muy poca atención a la infraestructura y la necesidad de abastecimiento que tenemos todos a la hora de consumir diariamente".
El experto indica que con la pandemia, se ha visto la relevancia que tienen las cadenas de abastecimiento y la logística "para sostener un cierto estilo de vida y el consumo de grandes poblaciones". Y considerando que Chile tiene una alta tasa de urbanización y ha aumentado el delivery, recalca que la red de abastecimiento requiere ser comprendida de mejor manera.
Sistema de logística
¿Por qué han faltado acciones tanto del sector público como privado para atender esta problemática? Villalobos cree que se debe a "lo complejo que es incorporar la logística en los modelos de desarrollo urbano y que el diseño de las ciudades ha estado más monopolizado desde el urbanismo y la mirada de la arquitectura".
Asimismo, resulta difícil porque "hay miles de cadenas de abastecimientos distintas e integrar en una comprensión territorial es un desafío mayor".
En ese sentido, destaca que el CTL desarrolló una plataforma para capturar información sobre el movimiento de cargas en las ciudades mediante un sistema de GPS, lo que les ha permitido caracterizar el territorio en términos de niveles socioeconómicos para comprender estas dinámicas.
La plataforma ha monitoreado 23 mil vehículos que hacen operación logística cada 30 segundos, donde constataron que durante la pandemia aumentó la velocidad de circulación de estos transportes, que se traduce en un aumento en la cantidad de entregas de mercaderías.
Cabe destacar que este sistema para monitorear, analizar y optimizar el movimiento de productos y servicios en zonas urbanas, próximamente se convertirá en el primer spin-off de la Universidad Andrés Bello: “Conciencia Logística”.
Por último, dentro de los próximos desafíos del CTL de la Unab, Villalobos indica que están trabajando en un proyecto con la Cámara de Comercio de Santiago para levantar un observatorio que caracterice el comercio electrónico y su impacto logístico.