Con los colores de la bandera estadounidense, tejidos emblemáticos como el "denim", creaciones de diseñadores patrios y expresiones de multiculturalidad, las celebridades rindieron tributo este lunes a Estados Unidos en el retorno de la gala del Metropolitan Museum of Art (Met) de Nueva York.
La Met Gala, que habitualmente se celebra el primer lunes de mayo y en 2020 fue cancelada debido a la pandemia, fue pospuesta este año a septiembre para coincidir con el fin de la Semana de la Moda de Nueva York, lo que ha permitido aprovechar la vuelta de los famosos a la ciudad, que es parte de su normalidad.
Su temática siempre se inspira en la próxima exhibición del Instituto de Moda del Met y a veces es difícil de entender, como ocurrió con el estilo "camp" elegido hace un par de años, pero en este caso no había duda de que se buscaba un homenaje a la patria: "In America: A Lexicon of Fashion" (En EE.UU.: un glosario de la moda).
La inauguración ya fue totalmente estadounidense, con una banda musical -típica del fútbol americano- que llegó armando jolgorio desde la calle y cuyos miembros, vestidos de rojo, azul y blanco, subieron corriendo las escaleras en las que se despliega la alfombra -no roja, sino blanca- y donde posan los invitados.
Anna Wintour, la influyente editora de Vogue y organizadora de la gala, que se ha retransmitido por primera vez por internet, llegó temprano y explicó que la exhibición del Met será "diversa, inclusiva y sostenible" para "simbolizar que EE.UU. está hecho de muchas culturas", algo que también se reflejó en la fiesta.
Se vio en "looks" como el de la tenista Naomi Osaka, una de las anfitrionas de la noche, que reflejó sus raíces haitianas y japonesas en su colorido conjunto de Louis Vuitton, pero también en el de la cantante de Blondie, Debbie Harry, que combinó un corpiño vaquero con falda de rayas rojas y blancas de Zac Posen.
Imán para las estrellas, la gala atrajo a Kim Kardashian, aunque solo se supo que se trataba de ella por su figura, ya que iba enfundada en una malla negra de los pies a la cabeza; el extremo opuesto a su hermanastra Kendall Jenner, que llevó un vestido completamente transparente y con brillantes.
Aparición espectacular fue la de Billie Eilish, que se distanció de su imagen rebelde y 'punk' para presentarse como una Marilyn Monroe moderna -o una Holiday Barbie, en sus palabras- con un vestido de color melocotón de profundo escote y cola larga de Oscar de la Renta. "He crecido mucho en los dos últimos años. Siempre quise hacer esto pero no tenía la confianza, estaba asustada y no me sentía cómoda en mi piel. Era el momento", dijo la cantante.
En esta "party in the USA" tuvo cabida la reivindicación y el ejemplo más claro lo dio la congresista de origen puertorriqueño Alexandria Ocasio-Cortez, que lució en la espalda el mensaje "Tax the rich" (Cobren impuestos a los ricos) en esta gala cuya entrada cuesta unos 35.000 dólares.
También destacó la celebración de la comunidad LGBTQ, con Lil Nas X, rapero abiertamente homosexual, llegando "a lo Lady Gaga" y quitándose capas para revelar tres conjuntos; Ben Platts vestido de "cowboy gay" y Daniel Levy luciendo en su pecho un alegato por el matrimonio igualitario.
Entre las parejas más esperadas estuvieron Justin y Hailey Bieber, pero también las hubo inesperadas, como la formada por el actor Adrien Brody y la diseñadora Georgina Chapman, ex mujer del productor condenado por violación Harvey Weinstein.
Jennifer López, que llegó sin Ben Affleck pero luego se reunió con él, parecía recién llegada del Lejano Oeste con un vestido marrón brillante con sugerente corte en el muslo, una estola de pelo y un sombrero tejano obra del diseñador emblemático de la moda estadounidense Ralph Lauren.
Hubo más representación latina: el colombiano Maluma, con "look" tejano en cuero rojo, acudió acompañado de la mismísima Donatella Versace; Camila Cabello y Shawn Mendes se coordinaron con una imagen "Studio 54" firmada por Michael Kors, y la española Rosalía se inspiró en el mantón de Manila de la mano de Rick Owens.