La
Sociedad Química y Minera de Chile (SQM), ha fijado su mirada en el largo plazo y en la creciente demanda de productos de alta calidad, por lo cual, ha ratificado el desarrollo de su plan de inversiones.
En específico, la empresa sigue expandiendo su capacidad de producción de carbonato e hidróxido de litio en Chile. A esto, se suma el desarrollo del proyecto Mount Holland en Western Australia, con el que proyectan producir 50 mil toneladas de hidróxido de litio.
De esta manera, la compañía pronostica alcanzar para fines del 2022 una producción cercana a las 180 mil toneladas acumuladas. Comparado con las cifras alcanzadas en 2019 (SQM produjo cerca de 62 mil toneladas), este año esperan triplicar su producción.
Inversión en tecnología
Con el propósito de alcanzar altos niveles de productividad y eficiencia, SQM ha invertido cientos de millones en el desarrollo de tecnología propia, lo cual ha dado resultados en el trabajo que vienen impulsando hace 25 años, en término de elaboración de productos químicos refinados, de alta pureza y con tratamiento sostenible.
La propuesta de valor de SQM no solo está vinculada a la producción de litio de calidad, sino también a la inversión en innovaciones tecnológicas aplicadas a esta industria.
Actualmente, SQM es el productor de litio con la huella de carbono más baja del mundo, y ya están trabajando para alcanzar la carbono-neutralidad para el 2030.
Aporte a Chile
El litio, al igual que todos los minerales, pertenece al Estado de Chile. SQM, en particular, tiene un acuerdo operacional de cooperación público-privada, para producir y comercializar las reservas de litio del Salar de Atacama.
Durante el 2022 se cumplen 25 años de esta alianza entre el Estado y SQM, en los que esta última ha sido responsable de generar las inversiones, la investigación, el desarrollo y la operación productiva del litio.
Para este año, los aportes directos al Estado por parte de SQM serán cercanos al 60% del margen bruto del negocio, con lo que el país podrá financiar diversas políticas públicas.
El rol del Litio en Chile y el mundo
Los teléfonos inteligentes, los notebooks y las baterías de los autos eléctricos contienen litio. Si bien su porcentaje es bajo (por ejemplo, 2% en el caso de los vehículos), son esenciales para su funcionamiento. Su importancia radica en que almacena energía de forma limpia, liviana y eficiente para el uso de estas tecnologías.
Además, el litio está presente en algunos fármacos que ayudan a estabilizar el ánimo, pero también se encuentra en la elaboración de vidrios, cementos, grasas lubricantes y aparatos de aire acondicionado, entre otros usos.
Para el 2022, se prevé que la demanda de litio sea en torno a las 650 mil toneladas. Según proyecciones de la industria, en 2025 ese número podría llegar a 1 millón de toneladas, e incluso, hacia 2030, la cifra podría superar los 2 millones.
El aumento de la demanda de litio, se debe al cambio tecnológico que está viviendo el mercado automotriz, dado que serán reemplazados los vehículos a combustión interna por los eléctricos. Sólo entre 2020 y 2021, la venta de autos eléctricos a nivel mundial se duplicó y llegó a los 6,7 millones de unidades.
En ese contexto, en 2021 Chile exportó US$883 millones de litio. No obstante, la cifra está por debajo de los registros que mostró la industria del vino (US$1.618 millones), las cerezas (USD$1.807 millones), el hierro (USD$2.441 millones), los salmones (USD$4.857 millones); y se aleja bastante del cobre, que alcanzó más de USD$53 mil millones durante el año pasado.
