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El deshielo del Everest saca a la luz los cuerpos de quiénes murieron escalando: Equipo intenta recuperarlos

Una misión difícil, peligrosa y macabra es la que realiza un grupo singular, que arriesgando sus vidas ya han podido rescatar cinco cadáveres congelados, incluido un esqueleto.

27 de Junio de 2024 | 10:51 | AFP/ Editado por Sofía Cereceda, Emol.
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Más de 300 personas han muerto en el Everest desde que comenzaron las expediciones en la década de 1920, ocho de ellas en la última temporada.

El Mercurio
La desaparición de la nieve y el hielo en las laderas del monte Everest, consecuencia del cambio climático, está sacando a la luz los cadáveres de cientos de escaladores que murieron tratando de alcanzar el techo del mundo.

Entre los que este año escalan la cumbre más alta del Himalaya hay un equipo singular, cuyo objetivo no es alcanzar la cima de 8.849 metros sino bajar restos humanos olvidados.

Arriesgando sus vidas, ya han recuperado cinco cuerpos congelados, incluido un esqueleto, que luego llevaron hasta Katmandú, la capital de Nepal.

Dos de los cuerpos ya han sido preidentificados a la espera de "pruebas detalladas" para confirmar su identidad, dijo Rakesh Gurung, del Ministerio de Turismo de Nepal. Algunos serán incinerados.

Sin embargo, la misión de limpiar el Everest y las cumbres vecinas de Lhotse y Nuptse es difícil, peligrosa y macabra.

"Debido a los efectos del cambio climático, los cuerpos y los residuos son cada vez más visibles a medida que disminuye la capa de nieve", dice a la AFP Aditya Karki, un comandante del ejército nepalí que lidera un equipo de 12 soldados y 18 escaladores.

Una misión "extremadamente difícil"


Cabe señalar que más de 300 personas han muerto en el Everest desde que comenzaron las expediciones en la década de 1920, ocho de ellas en la última temporada.

11 horas se necesitó trabajar para recuperar un cadáver
Muchos cuerpos quedaron en el lugar, algunos ocultos por la nieve o en grietas profundas. Otros todavía son visibles con sus ropa para escalar y se han convertido en puntos de referencia para los montañeros que les han dado apodos como "Botas Verdes" o "La Bella Durmiente".

Sin embargo, ver cuerpos en la montaña tiene "un efecto psicológico", dice el mayor Aditya Karki, quien agrega que "la gente cree que está entrando en un territorio divino cuando escala montañas pero si ve cadáveres en el camino puede tener un efecto negativo".

Además, varios cadáveres se encuentran en la llamada "zona de la muerte", donde el bajo nivel de oxígeno aumenta el riesgo para la salud y puede ser fatal si se permanece allí mucho tiempo.

En ese sentido, la misión de recuperar los cuerpos es muy compleja. De hecho, para sacar uno de ellos, que estaba atrapado en el hielo se necesitó trabajar con agua caliente y un hacha durante 11 horas: "Es extremadamente difícil", dice Tshiring Jangbu Sherpa, que dirigió la expedición para recuperar ese cadáver.

"Si seguimos dejándolos atrás, nuestras montañas se convertirán en cementerios".

Aditya Karki, comandante del ejército nepalí
Y luego añade: "Sacar el cuerpo es una cosa, bajarlo es otra".

Asimismo, es difícil transportar cargas pesadas a gran altitud y un cadáver puede pesar más de 100 kilos. Pero Aditya Karki cree que el esfuerzo es necesario: "Tenemos que traerlos de regreso tanto como sea posible", dice. "Si seguimos dejándolos atrás, nuestras montañas se convertirán en cementerios", agrega.

Durante las misiones, los cuerpos a menudo se envuelven en una bolsa y luego se bajan en trineo.

Una misión muy costosa


Es importante mencionar que la recuperación de cadáveres en el Himalaya a gran altura sigue siendo una cuestión controvertida en la comunidad de alpinistas. Cuesta miles de dólares y requiere hasta ocho rescatistas por cada cuerpo.

"Debido a los efectos del cambio climático, los cuerpos y los residuos son cada vez más visibles a medida que disminuye la capa de nieve".

Aditya Karki, comandante del ejército nepalí
Asimismo existe una campaña de limpieza de residuos que tiene un presupuesto de más de 600.000 dólares y ha movilizado a 171 guías y porteadores nepaleses que recuperaron 11 toneladas de residuos.

En el camino que conduce a la cumbre se ha encontrado carpas fluorescentes, equipamiento de escalada, cilindros de gas vacíos e incluso excrementos humanos.

Sin embargo, la cordillera situada en Asia, aún hay secretos, y aún hay cuerpos que no se han podido recuperar.

El cadáver de George Mallory, un montañero británico desaparecido en 1924, fue encontrado en 1999 pero el de su compañero Andrew Irvine nunca ha sido localizado.

Tampoco se encontró su cámara fotográfica, que podría proporcionar pruebas de que ese ascenso tuvo éxito y obligaría a reescribir la historia del montañismo.
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