En Chile, las enfermedades reumáticas inflamatorias afectan a más de 100.000 personas en la actualidad, principalmente a adultos en edad productiva, entre los 25 y 50 años, representando una de las principales causas de discapacidad laboral temprana. Ante esta situación, pacientes, médicos y representantes de diversos sectores han hecho un llamado a las autoridades para avanzar en la promulgación del cuarto decreto modificatorio de la Ley Ricarte Soto, con el objetivo de abordar este problema de salud.
En conversación con EmolTV, la doctora Elena Jarpa, reumatóloga del Hospital Naval Almirante Nef y experta en administración de salud y gestión hospitalaria, explicó que, aun cuando el país ha avanzado en ampliar las coberturas para estas patologías, se mantiene un amplio grupo de pacientes que no cuenta con las garantías necesarias para acceder a una mayor alternativa de tratamientos que mejoren su calidad de vida.
"Bueno, el escenario es que hemos avanzado. Estas enfermedades, años atrás, no tenían mayor cobertura, pero con los avances tecnológicos y la voluntad de todos, se ha podido lograr un avance importante. Las enfermedades inflamatorias reumáticas están en el GES y en la Ley Ricarte Soto, pero todavía nos falta una mayor cobertura y una mayor variedad de terapias, porque se ha visto que el 30% de los pacientes fracasan con las terapias actuales. Frente a ese grupo de pacientes, tenemos otras opciones que hoy en día no son accesibles para la mayoría, especialmente en el sistema público, pero también en el privado, donde los copagos son altos", afirmó la especialista.
La doctora Jarpa destacó la importancia de que las personas afectadas por estas patologías tengan acceso a un tratamiento oportuno, lo que les permitirá mejorar considerablemente su calidad de vida y mantenerse productivos.
"Se ha demostrado que, comparado con otras enfermedades, tratar estas patologías a tiempo permite que entren en remisión, es decir, que ‘se duerman’, y el paciente pueda tener una vida absolutamente normal", explicó. Por el contrario, la profesional indicó que si no se trata a tiempo, el paciente es más propenso a desarrollar una mayor carga de enfermedades, como problemas pulmonares o riesgos cardiovasculares, entre otros.
"Por lo tanto, acá el acceso a la cobertura es fundamental. Recordemos que el pago de estas terapias sería muy alto si no están incluidas en el cuarto decreto de ley Ricarte Soto. Tienen un pago de bolsillo muy alto", dijo la doctora Elena Jarpa.
Asimismo, subrayó que las enfermedades reumáticas inflamatorias no son exclusivas de la tercera edad, como comúnmente se cree, ya que afectan a un número importante de personas jóvenes que están en edad productiva. Con acceso a los nuevos tratamientos, estos pacientes pueden llevar una vida normal, lo que también ayudaría a reducir la presión sobre los servicios de salud, dijo la reumatóloga del Hospital Naval Almirante Nef.
"No es una enfermedad de gente mayor. Nosotros como reumatólogos vemos un muy alto porcentaje de gente joven que, felizmente, si se diagnostica a tiempo va a tener una vida normal (...) Cuando el paciente está bien tratado y entra en remisión, ese paciente ya se le va a alargar el control, entonces en vez de una vez al mes va a poder requerir vista cada tres meses, cada seis meses, disminuyendo su frecuencia de controles, descomprimiendo la demanda en estos servicios. En cambio, el paciente que está inestable en su enfermedad va a requerir controles cada vez más frecuentes", concluyó la especialista.
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