La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la columna vertebral y la cadera; y que puede reducir la movilidad, impactando en la calidad de vida de las personas.
Si bien esta dolencia no tiene cura, un tratamiento adecuado puede ayudar a disminuir los impactos, permitiendo una vida productiva. Iván González Abarzúa, reumatólogo de la Clínica Santa María y especialista en espondilitis anquilosante, ahondó en los efectos que genera la EA en las personas.
Según explicó, la EA “genera una fusión en la columna, se juntan, se pegan todas las vértebras. El ‘espondilitis’ significa inflamación de la columna y ‘anquilosante’ que se van pegando a través del tiempo. Entonces, si uno quisiera describirla de manera más sencilla, es como una inflamación de la columna que a la larga lleva a una disminución de la movilidad, una rigidez que dificulta la calidad de vida de los pacientes”.
“Se da en pacientes jóvenes, habitualmente hombres jóvenes menores de 45 años. He visto pacientes desde los 15 años que empiezan a desarrollar esta enfermedad. Si no se realiza un tratamiento oportuno, el grado de discapacidad que se genera a largo plazo es importante”, aclaró el doctor.
Con respecto a los síntomas, Iván González Abarzúa detalló que la principal alerta es el dolor lumbar. “Tiene algunas características un poquito distintas del típico dolor de espalda”, indicó, precisando que “aparece principalmente en reposo”.
“Son dolores alternantes, que aparecen en las nalgas, en la zona lumbar. Principalmente se da en la noche. Y lo que hace difícil el diagnóstico, es que se pasa muy bien con antiinflamantorios”, añadió.
Tomando en cuenta esa premisa es que el especialista hizo un llamado a que “cualquier dolor que salga de lo habitual, que sea persistente, que no lo deje dormir, que se asocie a una persistencia en el tiempo o a un deterioro de la calidad de vida, siempre es preferible consultar”.
La importancia del diagnóstico oportuno y las barreras de acceso a los tratamientos
El reumatólogo de la Clínica Santa María y especialista en espondilitis anquilosante aprovechó la oportunidad para recalcar la importancia del diagnóstico oportuno de la enfermedad. “Los pacientes se tratan por su cuenta (…) el promedio del tiempo de demora son 10 a 12 años, desde que empiezan los síntomas hasta que llegan a consultar. Cuando llega un paciente de forma oportuna, uno tiene una oportunidad más amplia de tratamiento”.
No obstante, entre más tiempo pasa, explicó el doctor, “uno debe optar por tratamientos de más alto costo (…) y los pagos que deben hacer los pacientes son muy altos para llegar a un tratamiento ideal para controlar las manifestaciones de la enfermedad”.
El impacto en la población activa y los desafíos como país
Bajo ese escenario es que Iván González Abarzúa hizo un llamado a una mayor concientización de la enfermedad, ya que impacta principalmente a personas jóvenes, menores de 45 años, “quienes pueden llegar a tener un deterioro muy importante en su estilo de vida, en su calidad de vida, incluso llegando a jubilaciones anticipadas y pensiones de invalidez”.
“El apoyo del sistema de salud es fundamental. Afortunadamente en los últimos años, desde el punto de vista reumatológico, hemos tenido acceso a múltiples terapias para otro tipo de enfermedades, pero los pacientes con EA se han ido quedando un poco fuera del acceso de estas terapias de última generación”, mencionó.
Y está comprobado, aseguró el especialista, en que “los pacientes con un adecuado y oportuno tratamiento pueden hacer una vida normal”.
A continuación, puedes revisar la entrevista completa: