La situación la relata en sus memorias tituladas "Brooke Sields no se permite envejecer: una reflexión sobre el envejecimiento como mujer"
que se publicarán el 14 de enero.
En el libro, la también modelo cuenta que su "maravilloso"
ginecólogo inicialmente le recomendó una
reducción de labios vaginales, después de que ella se quejara de haber experimentado molestias, sangrado y rozaduras desde la adolescencia debido a su longitud.
"Por supuesto, el seguro no lo cubre porque se considera cosmético, lo cual es muy interesante", explicó la actriz de 59 años a Us Weekly. Y explicó: "La última vez que lo comprobé, no quería ser una estrella porno".
Después de que Shields se sometiera a la intervención, acudió a un chequeo con su cirujano de Beverly Hills. Allí, el médico le informó "orgullosamente" que
había agregado "un pequeño pliegue" sin que ella diera su consentimiento.
Según explicó la estrella de "La laguna azul", el facultativo le había practicado un
rejuvenecimiento vaginal, que, por definición, se trata de procedimiento quirúrgico para
disminuir el diámetro promedio de la vagina. Por supuesto que la actriz quedó perpleja ante la que consideró una
"irreversible invasión" y la comparó con
una "violación de algún tipo".
"No había ninguna necesidad de que fuera más apretada o más pequeña o más firme o más joven, especialmente allí", indicó.
Y si bien reveló que le contó este episodio a su esposo Chris Henchy hace mucho tiempo, de alguna manera se sentía avergonzada por lo ocurrido. Sin embargo, decidió "compartir esta información muy íntima" con sus lectores a pesar de que era "demasiado gráfica o simplemente demasiado extensa" con un fin.
"Si queremos cambiar la forma en que abordamos y hablamos sobre la salud de las mujeres, entonces
debemos abordar los problemas incómodos pero muy reales. La vergüenza ya no es una opción", reflexionó.
Esta no es la primera vez que Shields se refiere a situaciones traumáticas de su pasado. En el documental sobre su vida, "Pretty Baby", estrenado en 2023,
la actriz contó por primera vez en público que fue violada cuando tenía 20 años, por un importante ejecutivo de Hollywood.
La modelo no menciona el nombre de su atacante, pero cuenta diversos detalles que coinciden con las cientos de denuncias que desencadenó el movimiento #MeToo y revelan un modus operandi de los hombres poderosos de la industria del entretenimiento de los Estados Unidos.
Según su relato, se encontró con aquel sujeto, a quien ya conocía, poco tiempo después de haberse graduado en la universidad. La reunión fue en el bar de un hotel, y el motivo era definir la presencia de la actriz en una nueva película. Una vez finalizado el encuentro, le ofreció subir a su habitación para pedir un taxi que la llevara a su casa. Allí la violó.
"Tenía miedo de ahogarme o algo así.
No luché mucho, estaba absolutamente paralizada. Pensé que mi 'no' debería haber sido suficiente. Solo pensaba: 'Intenta sobrevivir y salir de esto'", rememoró.
Tras el ataque, Shields llamó por teléfono a un amigo que trabajaba en seguridad, y luego de contarle lo sucedido, él le dijo que había sido víctima de una violación. "No estoy lista para creerlo", fue la única frase que ella logró pronunciar.
En la entrevista con The Hollywood Reporter explicó: "No sabía si alguna vez iba a mencionar esto.
Me ha llevado muchos años de terapia incluso poder hablar de ello. Definitivamente, he trabajado muy duro y he aprendido a procesarlo. Y llegué a un punto, y hemos llegado a un punto como sociedad, en el que podemos hablar de estas cosas mucho más abiertamente".
"No tenía idea de que iba a decirlo. Pero espero, como madre de dos niñas, que solo con escuchar mi incidente sientan que puedo convertirme en una defensora. Porque esto es algo que sucede todos los días, y no debería estar sucediendo", agregó.
Desde mediados de 2024, además de su rol de actriz, Shields ejerce el rol de presidenta de la Actors Equity Association, el sindicato que representa a los actores, directores y técnicos teatrales de los Estados Unidos.