En el plan de encontrar
pequeños hábitos que mejoran la calidad de vida y que implican, prácticamente, cero esfuerzo,
existe uno que se puede hacer antes de salir de la cama y que no conlleva ningún tipo de exigencia más allá de recordar hacerlo.
Tanto si eres de las personas que se levantan después de dos o tres alarmas, quienes se sienten súper activos a los pocos segundos de haberse despertado o de los que necesitan quedarse unos cuantos minutos dando vueltas en la cama, el hábito de
desperezarse podría ser mucho más importante de lo que se creía.
Presente en muchos mamíferos y conocido como pandiculación, el acto de desperezarse ni bien nos despertamos es, de hecho, un
comportamiento que se considera instintivo. Este proceso involucra el
estiramiento y contracción de los músculos después de períodos de inactividad,
ayudando así a la transición entre el sueño y la vigilia.
Desde la activación del sistema nervioso hasta la reducción de la tensión muscular
Siendo un foco de estudio para la neurociencia, l
a pandiculación activa el sistema nervioso parasimpático, promoviendo la relajación y reduciendo la tensión muscular. Y, siguiendo el estudio publicado por The Journal of Physiology, el estiramiento matutino
mejora la circulación sanguínea y estimula el flujo de oxígeno hacia los músculos y el cerebro, lo que favorece la alerta mental y la concentración. Además,
ayuda a aliviar la rigidez muscular generada por la inmovilidad nocturna,
disminuyendo el riesgo de lesiones. Pero entonces, ¿cuáles son los principales beneficios?
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Mejora la circulación: debido a que la actividad circulatoria disminuye durante la noche,
estirar los músculos favorece el retorno venoso, mejorando así la oxigenación y la eliminación de toxinas acumuladas.
- Reduce la rigidez y el dolor muscular: Permanecer en una misma posición durante horas puede generar contracturas o tensiones musculares; es por esto que
el desperezamiento permite reactivar el tono muscular de forma progresiva.
- Activa el sistema nervioso: Por otro lado, desperezarse envía señales al cerebro que indican el inicio de la vigilia. Esto favorece y habilita una transición más fluida del sueño a la actividad diurna.
- Favorece el bienestar emocional: El estiramiento libera endorfinas, neurotransmisores asociados con la sensación de placer y reducción del estrés, contribuyendo a un despertar más positivo y relajado.
¿Cómo desperezarse correctamente?
- Extender brazos y piernas simultáneamente, sintiendo cómo los músculos se alargan.
- Girar el cuello suavemente de un lado a otro para relajar la tensión cervical.
- Flexionar las rodillas y llevarlas hacia el pecho para movilizar la zona lumbar.
- Incorporarse lentamente, evitando movimientos bruscos que puedan causar mareos.