Estos elementos incluyen el bienestar y la estabilidad emocional, así como la capacidad de manejar el estrés. Sin embargo, crear relaciones significativas ya sean familiares, amistades, pareja o instituciones sociales, que brinden apoyo y compañía, también juega un rol importante para alcanzar satisfacción personal.
Pero, según explicó Dante Castillo, sociólogo de la Universidad de Santiago,
hay otros factores que componen la felicidad. La autorrealización personal y profesional, es decir "sentir que uno progresa en su carrera laboral o proyectos personales, logrando metas" y
la percepción de libertad y autonomía, "apoyada en el hecho de tomar decisiones sobre la propia vida sin demasiadas imposiciones restricciones externas o estructurales", son otros aspectos que generan satisfacción.
Asimismo, "la felicidad también se expresa en el
equilibrio entre vida familiar y trabajo, como contar con tiempo libre y descanso, sin estar atrapado en una rutina agotadora y agobiante", y por último, también
incluye la salud y bienestar físico,
"que permita disfrutar la vida con energía y sin grandes limitaciones".
A partir de este desglose de lo que es la felicidad, ¿se puede considerar que Chile es un país feliz? Al parecer lo es cada vez menos, algo que se vio reflejado este jueves luego de que el Centro de Investigación del Bienestar de la Universidad de Oxford diera a conocer
el Informe Mundial de la Felicidad elaborado en colaboración con la firma Gallup y la Red de Soluciones para el Desarrollo de la ONU,
en el que evaluó a 147 países.
El estudio empleó métricas que van más allá de los tradicionales indicadores económicos y adoptó un enfoque subjetivo, basado en la percepción personal sobre la vida, así como en la presencia de emociones positivas y negativas.
Estos seis factores clave conforman la categoría de "evaluación de la vida" y tienen un peso determinante en la clasificación de los países: el
PIB per cápita, que refleja el nivel de ingresos y desarrollo económico; la
esperanza de vida saludable, como indicador del bienestar físico; el
apoyo social, entendido como la disponibilidad de alguien en quien confiar en momentos difíciles;
la libertad para tomar decisiones sobre la propia vida; la generosidad, medida a través de donaciones y actos altruistas;
y la percepción de la corrupción en el gobierno y las instituciones. Sin embargo, el listado mostró un resultado poco alentador, ya que
ubica a Chile en el lugar 45, con
6,361 puntos sobre 10, lo
que
significó una caída de siete puntos en relación a la clasificación de 2024, cuando nuestro país se ubicaba en el puesto 38.
45 es el lugar que ocupa Chile en el ranking de la felicidad 2025.
No obstante, este dato no es el que más llama la atención
, ya que la posición que ocupa Chile en este ranking es el peor en toda su historia.
Pero, ¿qué explica la caída de siete puestos de Chile en la clasificación? Según expertos consultados por
Emol, las causas son diversas.
"Este país está muy bombardeado por la sensación de inseguridad, que probablemente tiene un aspecto objetivo. O sea, realmente hay crímenes y algunos delitos muy importantes. Y al mismo tiempo hay una
sobreexposición de las personas a ese tipo de noticias, que creo que aumenta la sensación de inseguridad", explicó Angela Boitano, académica de la Escuela de Sociología Universidad Diego Portales.
"Considero que la
inseguridad es un factor importante que influye en si uno se siente feliz o deprimido o poco optimista respecto al futuro", agregó.
"La
seguridad, es optimismo respecto de que el futuro sea un poco mejor y despertar cada mañana sintiendo que la vida me ofrece cosas buenas para mí, para mi familia, para mis seres queridos.
Y parece que no hay un momento muy propicio para esto", complementó.
Sin embargo, también indicó que este descenso también podría explicarse debido a que cada vez más existen
"modos de vida más individuales, menos comunitarios, que nos hacen sentir un poco más solos. Vivimos más solos, las familias son más chicas, también bajaron los índices de natalidad. Somos un país más viejo y tal vez menos cohesionado, y yo creo que la vida social importa".
León Pagola, doctor en Historia con magíster en Investigación Social y Desarrollo y docente de Trabajo Social de la Universidad Santo Tomás, cree que uno de los motivos principales
"es que las personas post-pandemia, a propósito del aislamiento que sufrimos todos y todas, fuimos también replicando eso en nuestras relaciones sociales".
"Cuando uno lee este ranking se da cuenta que muchas de las características de lo que define la felicidad o el bienestar están dadas también por compartir comidas con otros, por ejemplo, vivir con otros, conectarse con otras personas
. En resumidas cuentas está dado por las relaciones sociales que nosotros mantenemos", agregó.
Sin embargo, aseveró que
"hoy en día tenemos relaciones sociales mucho más fragmentadas por distintos factores, económicos, laborales o incluso de distancia.
Entonces, el compartir se nos vuelve más difícil para muchas personas, sobre todo los más jóvenes, mantener relaciones sociales a como las conocíamos hace 20, 30 años atrás, es casi impensado".
En esa línea sumó:
"Mantener una conversación mucho tiempo sin estar mirando los dispositivos móviles, por ejemplo, o sin estar en línea,
parece que no fuera posible. Entonces, creo que ahí
se combina el aislamiento que sufrimos en pandemia que luego se mantiene y eso se condice con que es más fácil comunicarnos a través de las pantallas y de los dispositivos más que generar estas relaciones sociales a la antigua".
Por otro lado, Claudio Riveros académico de la Universidad de Talca y PhD en Sociología, cree que es
"difícil que Chile tenga un buen puesto en este ranking. Estructuralmente en este país la gente, partiendo
desde la élite hacia la clase media, tiene una percepción pesimista de la realidad, porque ve muchas veces las crisis
, más allá de que objetivamente exista la crisis. Pero se ve permanentemente crisis".
"Es difícil que Chile tenga un buen puesto en este ranking. Estructuralmente la gente tiene una percepción pesimista de la realidad, porque ve muchas veces las crisis, más allá de que objetivamente exista la crisis. Pero se ve permanentemente crisis".
Claudio Riveros, académico de la Universidad de Talca y PhD en Sociología
En esa dirección añadió que "cuando alguien ve permanentemente crisis, genera polarización, genera toxicidad, entonces la gente claramente tiende a tener una actitud pesimista frente a eso.
Y cuando uno tiene una actitud pesimista, obviamente, cuando quiera medir la felicidad, va a ser más baja y en Chile hay una tendencia al pesimismo".
En esa línea explicó que la "gente tiende a ser pesimista porque la gente no cree en el otro". Con esto, el especialista se refiere a que "hay una
crisis de confianza en los políticos, cada vez se conocen más casos de corrupción y hay desconfianza en las instituciones y eso genera que la gente se sienta más infeliz".
También, indicó que "la crisis de confianza, genera polarización y eso significa mayor división política. Entonces, si hay mayor división política, finalmente la gente sigue incentivando el recelo frente al otro y esto va a producir que no se llegue a una situación de mayor felicidad".
Asimismo, señaló que otro factor que influye es que
"cuando hay alta desigualdad, los países no son felices", algo que según indicó existe en Chile.
Caída sostenida de los niveles de felicidad en Chile
Es importante mencionar que la
caída de nuestro país en este ranking ha sido sostenida a través del tiempo. En uno de
estos listados, Chile llegó a ser la nación más feliz de Sudamérica, y la ubicación más alta que alcanzó a nivel mundial fue el año 2017
cuando se ubicó en la posición número 20.
Sin embargo, en el 2018 bajó al lugar número 25 y el 2019 al 26. El 2020 tuvo un descenso mayor, ya que llegó a la ubicación 39 y en el 2021 a la 41. En el 2022 volvió a bajar un puesto ocupando el 42 y el 2023 subió al colocarse en la posición 35. No obstante, el 2024, nuevamente registró una caída al estar en el 38.
Pero, ¿qué es lo que explica esta caída sistemática? Boitano, aseguró que "hay muchos factores que inciden. Pero yo creo que sostenidamente
las personas reportan sentirse menos felices con su vida y considero que se relaciona también con nuestros modos de vida".
"Tenemos modos de vida muy exigentes, tal vez trabajamos muchas horas al día, quizás las personas sienten que ganan poco en relación con el esfuerzo que hacen, que se trasladan grandes distancias para llegar a sus trabajos y volver a su casa, pocos momentos de entretención", agregó.
"Tenemos modos de vida muy exigentes, tal vez trabajamos muchas horas al día, quizás las personas sienten que ganan poco en relación con el esfuerzo que hacen, que se trasladan grandes distancias para llegar a sus trabajos y volver a su casa, pocos momentos de entretención".
Angela Boitano, académica de la Escuela de Sociología UDP
Pagola coincidió con Boitano y estableció que
"es difícil pensar en un solo factor, siempre los hechos relacionados a la sociedad son multicausales".
En esa línea afirmó que
"yo creo que la pérdida de confianza en el resto de la sociedad o al interior de la sociedad es muy importante para explicar esto. En los últimos años hemos visto que la sociedad chilena ha perdido la confianza no solamente en las instituciones, sino que también en las personas como tal".
"Tal vez los hechos de violencia, de corrupción, entre otros hechos, han mellado un poco la percepción de que el que está al otro lado de la mesa puede ser una persona respetable, buena, y por tanto
tendemos a refugiarnos en nuestros propios cercanos más que en poder entender al resto de la sociedad. Es decir, nos volvimos una sociedad más atomizada con el tiempo, más fragmentada también", complementó.
"
Entonces si no tenemos relaciones interpersonales, no tenemos la capacidad de confianza, de compartir con otros, y es muy probable que a la larga, esos niveles de satisfacción, de bienestar, vayan disminuyendo paulatinamente y con ello también la sensación de felicidad, porque si no podemos conversar con el otro, si no podemos confiar en el otro, probablemente nos quedamos encerrados, atrapados en nosotros mismos", sumó.
Y luego aseveró que lo anterior da una sensación de aislamiento y esto "empieza a
repercutir en nuestra propia salud mental, y con esto también empieza a repercutir en la manera que nos sentimos dentro de una sociedad. Entonces al sentirnos más aislados, como si a nadie le importara lo que nos pasara
, también te vuelves más insensible y también te vuelves más infeliz a la larga".
Por otra parte, Dante Castillo, sociólogo de la Universidad de Santiago, indicó que "la tendencia a la baja en el ranking de felicidad, se puede
asociar a un aumento de las expectativas y de las exigencias de bienestar que expresa la ciudadanía. La baja en esta escala de medición no necesariamente es un síntoma de infelicidad, sino que un aumento en la exigencia por mayores consumos materiales y culturales".
¿Chile es un país infeliz?
Frente a este panorama, hay expertos que coinciden en que
Chile es un país infeliz, un tema que debería ser de preocupación, considerando que cada año, nuestra nación presenta mayores niveles de infelicidad. Sin embargo, Pagola, señaló que más que infeliz, nuestro país es "desconfiado".
"
Chile es un país más infeliz que antes y parece que cada día es más infeliz. Y
yo me preocuparía de un país en el que cada vez las personas sientan que son más infelices", expresó la académica de la escuela de Sociología de la UDP.
De esta manera, indicó que la medida de las
40 horas laborales y la reforma de pensiones son iniciativas que apuntan a un mayor bienestar de las personas. "Creo que esas dos cosas podrían ser medidas estructurales que apuntan a que las
personas mejoren su relación con la vida y su percepción acerca de cómo viven", aseveró.
Por su parte, Riveros, postuló: "
Yo creo que Chile no es un país feliz. Considero que hay elementos que son estructurales, que hacen que sea difícil que Chile llegue a ser un país feliz y segundo existen proyectos políticos o económicos que no van a generar mayor felicidad".
Con esto se refiere a que en el ámbito económico l
a lógica del individualismo predomina a nivel mundial y señaló que "cuando yo tengo una lógica económica que incentiva el individualismo, la felicidad va a bajar. ¿Y cómo pruebo eso?
Los países que son más felices, a excepción de México, tienen estado de bienestar y más allá de que mucha élite económica diga que no es bueno el estado de bienestar, objetivamente
podemos decir que este estado tiende a que la gente sea más feliz".
Según, argumentó, lo anterior se explica ya que
"hay apoyo social, esperanza de vida saludable. Entonces esos índices suben inmediatamente" y luego se refirió a lo que sucede en Chile, asegurando que "obviamente no hay un estado de bienestar, por lo que el apoyo social es muy bajo. Finalmente nadie tiene confianza. Y sin confianza no puede haber gran felicidad".
"Hay q
ue reconocer que los estados de bienestar, como se entendieron antiguamente, son estados complejos porque, en definitiva, va a llegar un momento en que, como se dice popularmente, no va a haber plata. Es muy difícil. Pero aun así, yo tiendo a pensar que esos estados son mejores que los estados que son de proyectos solamente libertarios o individualistas.
O sea, no hay ningún estado pro-libertario, o con mayor grado de libertad, económica que esté bien en la lista. De hecho, Estados Unidos bajó", agregó.
Y luego sumó: "Entonces, yo creo que
con mayor política social, yo creo que se va a ir avanzando mayor en solidaridad, en mayor compromiso de generosidad con el otro, apoyo social. Pero si usted no tiene esas políticas, es muy difícil".
"Yo no creo que Chile sea más infeliz, creo que Chile es más desconfiado, que es distinto".
León Pagola, doctor en Historia
Por su parte, Pagola manifestó que
"yo no creo que Chile sea más infeliz, creo que Chile es más desconfiado, que es distinto".
"Yo creo que la desconfianza que hoy ronda nuestro país a propósito de los crímenes o de la delincuencia, de cuello y corbata, es lo que nos hace tener una percepción más de inseguridad, más que de no ser felices. Entonces, me parece que nuestro país, más que ser infeliz o menos feliz, yo creo que es más desconfiado".
¿Cómo tener mayores niveles de felicidad?
Para poder revertir esta situación, Boitano plantea que hay
políticas que podrían mejorarse pero para eso se necesita un estado más fuerte. Estas apuntan a mejorar la estructura tributaria y disminuir los niveles de desigualdad social.
La especialista cree "que
la estructura tributaria de los países que tienen un estado de bienestar más sólido siempre supone pagar más impuestos. En Chile es el gran tema. Las personas nunca quieren pagar más impuestos.
Y yo creo que no querer pagar más impuestos supone siempre un estado más débil que tiene mucho menos posibilidades de hacer políticas públicas justas porque el mercado no puede regular la inequidad, sino que el estado hace eso".
Además, señaló que
"Chile es un país que reporta enormes niveles de desigualdad social. Y eso, yo creo que contribuye a esta sensación de malestar que tiene que ver con que trabajo, gano poco, pero además hay otros que ganan mucho más que yo haciendo lo mismo o menos. Entonces hay muchos factores que explican el malestar y creo que hay políticas públicas que podrían mejorar eso sustancialmente, pero para eso se necesita un estado más fuerte".
Pagola considera que para aumentar los niveles de felicidad en nuestro país,
"lo importante es recuperar la confianza primero entre la ciudadanía, creo que eso es lo principal, porque si de base no contamos con la confianza de las personas en sus instituciones, por tanto en quienes los gobiernan, en las empresas privadas, no tenemos confianza tampoco en las personas que están envueltas en todo esto y tampoco generamos una confianza hacia abajo, es decir, cada uno empieza a velar por su propio núcleo familiar y empezamos a desconfiar del resto de la sociedad, así como desconfiamos de todas estas instituciones o del sector privado".
"Cuando empezamos a recuperar los distintos niveles de confianza, empezamos a recomponer también las relaciones humanas y sociales con quienes nos rodean y con quienes compartimos día a día".
León Pagola, doctor en Historia
"
Es poco probable que cualquier remedio o política pueda subsanar aquello y por tanto nos vamos convirtiendo en una sociedad más atomizada, más fragmentada, que en realidad no busca ya tanto el bienestar colectivo, sino que vela simplemente por sus propios intereses", añadió.
Sin embargo postuló que "
cuando empezamos a recuperar los distintos niveles de confianza, empezamos a recomponer también las relaciones humanas y sociales con quienes nos rodean y con quienes compartimos día a día. A partir de ahí, yo creo que empezamos a sentirnos más felices, porque también sentimos que hay un apoyo detrás, que no solamente está dado por nuestro círculo cercano o por nosotros mismos, en un sentido de autosuficiencia, sino que también tenemos más personas en quien poder descansar o en quien poder apoyarnos a lo largo de los años".