El Lago Ness (en la imagen) alcanza 230 metros de profundidad.
AFP
Durante décadas, la
leyenda del monstruo del Lago Ness ha cautivado a muchas personas e incluso ha servido de inspiración para historias de ficción como las películas "Mi mascota es un monstruo" (2007) y "El secreto del Lago Ness" (2008). Pero más allá del misterio que rodea a esta criatura,
muchos científicos han dedicado su vida a obtener pruebas concluyentes sobre su existencia.
Recientemente, mientras realizaban pruebas con un sumergible robótico, un equipo de científicos del Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido (NOC) encontró una
antigua cámara trampa a 180 metros de profundidad en el lago escocés. El hallazgo se produjo cuando parte del amarre que mantenía a la cámara en su lugar, se enganchó con la hélice del vehículo.
Se trata de un dispositivo que, según los expertos, fue
instalado en la década de 1970 por el profesor Roy Mackal, de la Universidad de Chicago, como parte de una de las muchas
expediciones destinadas a capturar imágenes de la supuesta criatura marina.
A pesar de haber pasado más de
50 años sumergida, la cámara fotográfica
fue encontrada en buenas condiciones gracias a su carcasa impermeable, lo que
permitió revelar la película que contenía en su interior. Cuando los científicos procesaron las imágenes,
esperaban encontrar indicios de Nessie, pero lo que descubrieron fue aún más sorpresivo para todos.
Lejos de capturar una criatura aterradora y desconocida
, las antiguas imágenes mostraban formaciones naturales del fondo del lago y sombras que, bajo ciertas condiciones de luz y movimiento,
podrían haber sido interpretadas erróneamente como la silueta de un ser vivo. Esto sugiere que
muchas de las supuestas apariciones del monstruo podrían haber sido producto de ilusiones ópticas y la disposición geológica del lecho lacustre.
Cabe recordar que
la foto más famosa tomada del supuesto monstruo fue tomada en 1934 y por mucho tiempo se consideró la prueba más concreta de su existencia. Sin embargo, en 1994, antes de morir, una de las personas involucradas en la histórica foto, confesó que
se trataba de un fraude.
Adrian Shine, fundador del Proyecto Loch Ness en la década de 1970 y experto en la historia de la búsqueda de Nessie, ayudó a identificar la cámara trampa como una de las seis que fueron colocadas en el lago durante esa época, tres de las cuales se perdieron en una tormenta.
"Era una ingeniosa cámara trampa que consistía en una cámara Instamatic de cuerda con un cubo de flash incorporado, lo que permitía tomar cuatro fotos al recoger un sedal", afirmó Shine, según publicó el NOC en su página web.
La cámara encontrada en el Lago Ness estaba en buenas condiciones gracias a que contaba con una carcasa protectora. Crédito: NOC (captura).El descubrimiento de este antiguo equipo no solo resolvió el misterio de su paradero, sino que también puso en duda muchas de las pruebas visuales que se tuvieron durante la década de los 90 sobre esta "enorme alimaña".
La cámara, la película y la carcasa que las protegía fueron entregadas al Centro Lago Ness, en Drumnadrochit (Escocia), para ser exhibida. "Somos los guardianes de esta historia única y, además de invertir en crear una experiencia inolvidable para los visitantes, estamos comprometidos a ayudar a continuar la búsqueda y desvelar los misterios que yacen bajo las aguas del famoso lago", sostuvo Nagina Ishaq, directora general del Centro Lago Ness.
Mientras tanto,
la comunidad científica aún utiliza tecnología avanzada para estudiar el lago. Sam Smith, del grupo de sistemas robóticos autónomos del NOC, destacó que la profundidad del Lago Ness, que alcanza los 230 metros, es un
entorno ideal para probar equipamiento submarino antes de desplegarlo en océanos más profundos.
"El océano cubre el 70% de la superficie de la Tierra, pero aún hay mucho que no sabemos sobre él, la vida que hay en él, cómo ambos interactúan con nuestra atmósfera y cómo el cambio climático impactará esas relaciones", explicó Smith.
"Por eso, el trabajo que realizamos aquí, desarrollando la tecnología que nos ayuda a comprender mejor el océano, es crucial", agregó.
Así que, quién sabe,
quizás sea una de estas naves en el subsuelo marino
la que ponga fin al misterio sobre el famoso monstruo del Lago Ness.