SAO PAULO.- El Gran Premio de Brasil, que se disputará el próximo domingo en el autódromo de Interlagos en Sao Paulo, pasará a la historia por ser el único que unió a todas las escuderías para frenar la "carrera" de un mosquito, el transmisor del dengue.
La epidemia, que hasta la semana pasada había contagiado a más de 120.000 personas en el estado de Río de Janeiro y causado la muerte a 42, según cifras oficiales, también afecta a Sao Paulo y otras grandes capitales del sudeste brasileño.
Ante la posible presencia del mosquito "Aedes aegypti", los organizadores de la tercera prueba puntuable del campeonato de Fórmula Uno han instruido a pilotos, directivos, ingenieros, técnicos y mecánicos a usar un repelente especial contra el insecto.
El promotor de la carrera, Tamas Rohonyi, envió un fax a todos los equipos la semana pasada que alerta sobre los peligros de la infección.
La Secretaría Municipal de Salud de Sao Paulo, que ha detectado 23 casos de dengue, desplazó agentes especiales a los hoteles reservados por las escuderías y al circuito ondulado de 4,325 kilómetros de extensión para detectar y acabar con focos de reproducción del mosquito.
Según los especialistas, en el caso del autódromo hay serias dificultades para prevenir el contagio. Los cerca de 100.000 neumáticos utilizados en las barreras de protección son criaderos potenciales del mosquito, así como los llamados charcos "eternos" que existen en toda el área de Interlagos.
Los organizadores han decidido cubrir con lonas los neumáticos, para evitar que las lluvias esperadas estos días queden estancadas y faciliten la propagación de larvas del "Aedes aegypti".
