BUENOS AIRES.- El ex futbolista Diego Armando Maradona regresó hoy a Argentina, tras poco más de un año de ausencia forzada, con el propósito de recluirse durante unas dos semanas en un establecimiento de campo para descansar.
El máximo ídolo del fútbol argentino llegó por la noche en un vuelo procedente de Panamá al aeropuerto de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires, donde su inesperada presencia desató una verdadera conmoción entre los habituales cazadores de autógrafos.
Maradona, quien lucía anteojos oscuros, pantalones cortos, una remera azul y zapatillas blancas, fue aguardado en la terminal aérea por su nuevo representante Oldemar Barreiro Laborde, quien también se titula "asesor espiritual" del ex futbolista.
El representante indicó que el ex capitán de la selección argentina de fútbol campeona en el Mundial de México 1986 había regresado con el "único fin" de "tirarse a descansar dos semanas y mirar televisión en una estancia (establecimiento de campo)".
Maradona, quien eludió el contacto con periodistas, se fue inmediatamente con Barreiro Laborde y con otras dos personas a una confitería del primer piso de la estación aérea, donde ingirió varios sandwiches de jamón y queso y gaseosas con hielo.
Allí, luego de hablar durante unos cinco minutos por un teléfono móvil con su ex esposa, Claudia Villafañe, se prestó gustoso a firmar autógrafos y a posar para ser fotografiado junto con turistas, empleados y maleteros del aeropuerto.
El ex futbolista pudo regresar a Argentina, tras un año y diez días de ausencia, luego de que la Justicia de Buenos Aires dejó sin efecto una orden de detención por incumplimiento de sus obligaciones de asistencia familiar en una causa por paternidad.
La Justicia le atribuyó la paternidad de una niña luego de que se negara, en reiteradas ocasiones, a someterse a los correspondientes análisis de ADN y le fijó una cuota mensual alimenticia que nunca hizo efectiva, aunque Maradona dijo haber girado el dinero.
Maradona responsabilizó del incumplimiento de esa obligación a su ex representante y ex apoderado Gustavo Cóppola.
No obstante, por intermedio de su nuevo representante y de sus abogados, pagó todas las cuotas adeudadas y, de esa manera, logró que la Justicia porteña levantara la orden de detenerle apenas pusiera un pie en el país.
