Fernando González no se guardó la rabia en el tropiezo ante Mayer.
SANTIAGO/PARIS.- Puede haber sido la molestia en el codo o los partidos en el cuerpo que traía su rival en la arcilla parisina. La cuestión es que el chileno Fernando González (16° de la ATP) vio esfumarse su sueño de ganar Roland Garros en la primera ronda, tras caer ante el alemán Florian Mayer (75°).
El partido se definió en favor del germano luego de dos horas y 25 minutos de entretenido juego, con un marcador de 6-7(6), 6-1, 6-0 y 7-6(5) que reflejó fielmente lo que sucedió en la cancha 6.
Según la visión de su técnico, el argentino Horacio de la Peña, y por lo realizado en el Rochusclub de Düsseldorf en el segundo título de Chile en la Copa del Mundo por Equipos, González llegaba con una consistencia como para pelear el título. El mismo se había incluido en el grupo de los favoritos cuando se realizó el sorteo del cuadro.
Pero en la cancha todo fue distinto. Si bien el chileno pudo quedarse con el primer set tras concretar la cuarta posibilidad que se le presentó en ese snetido, luego el cambio fue demasiado drástico. En la cancha hubo sólo un jugador, Mayer, dispuesto a dar la sorpresa y con la mente (y su juego) puesta en el primer escollo más que en la segunda ronda.
Mayer arrasó en las siguientes mangas (27 y 18 minutos, respectivamente) gracias a su concentración y al poder de finiquito en las oportunidades que tuvo para quebrar el servicio del chileno.
Y también el germano le endosó la responsabilidad a González de sacar el partido adelante.
El chileno despertó, arriesgó, y producto de ello es que colocó en el rectángulo 26 tiros ganadores, pero también realizó 15 errores no forzados. Gracias a eso el sudamericano quebró en el sexto juego y parecía encaminarse a la obtención del cuarto set, pero Mayer devolvió la
gracia en el noveno y llegaron al tie break. Ahí González perdió toda consistencia, siguió equivocándose, discutiendo y hasta enfrentándose con el público, lo que derivó en una dolorosa derrota.
Y en un doloroso adiós.