SANTIAGO.- La selección chilena cumplió con dificultades su última práctica previa al encuentro definitorio del tercer clasificado por el Grupo C, ante Costa Rica, en el estadio Modelo de Tacna.
El entrenamiento, desarrollado en el estadio Carlos Dittborn de Arica, careció de los mínimos márgenes de seguridad y el elenco nacional terminó saliendo del coloso mundialista en medio de algunas pedradas arrojadas por los hinchas.
Esto conspiró contra el anuncio de la formación para el duelo de mañana (18.30 horas), que iba a hacer Juvenal Olmos. El estratega nacional difirió la comunicación para las 20.30 horas de hoy, en la concentración.
El autobús que transportaba al equipo chileno fue apedreado por hinchas locales luego que los jugadores se retiraran rápidamente a raíz de la invasión de niños que querían pedir un autógrafo a sus ídolos.
La energía de los pequeños desbordó la seguridad dispuesta por Carabineros y la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), así como también la paciencia de los propios integrantes del plantel que salieron del coliseo deportivo velozmente.
Este hecho molestó a algunos aficionados que, en una violenta reacción, apedrearon el autobús de los jugadores y sólo la intervención de un contingente policial impidió que la situación se agravara aún más.
En los futbolístico, el técnico Juvenal Olmos, mostró tres modificaciones para el compromiso de mañana frente a Costa Rica. Luis Jiménez y los recuperados Cristián Álvarez y Mark González, quienes fueron dados de alta este lunes por el doctor Fernando Radice, ingresarían mañana.
"Tenemos una buena cantidad de jugadores en el plantel y espero que muchos de ellos nos den la clasificación a la próxima ronda", dijo Olmos.
"Lo más probable es que arranque desde el minuto uno con Jiménez y una serie de jugadores que ya se los voy a comentar, porque voy a conversar primero con ellos", agregó.