SANTIAGO.- La Universidad Católica consiguió dar el primer paso en la final del Torneo Clausura ante la Universidad de Chile, al imponerse por 1-0 en el partido de ida disputado en el Estadio Nacional, ventaja que deberá refrendar en la revancha del próximo jueves.
Los cruzados cumplieron una sólida actuación en las labores de quite, anulando por largos pasajes el fútbol colectivo del conjunto azul, lo que les facilitó la tarea para llevarse los tres puntos, gracias a un tanto de penal convertido por Eduardo Rubio.
Clave en la UC resultó el rendimiento de su última línea, en especial la marca de Jaime Rubilar que prácticamente esfumó la presencia de Marcelo Salas de la cancha, además del eficiente cometido de Jorge Ormeño en la mitad de la cancha.
Los azules, que nunca pudieron tener en Cristián Canío o Esteban Valencia al motor que necesitaban, sólo tuvieron las riendas del partido al iniciarse el segundo tiempo y en algunos pasajes de los últimos minutos, pero siempre le costó mucho traspasar el territorio rival.
Para la UC fue lo contrario, ya que tanto Darío Conca como Francisco Arrué, fueron efectivos creadores de fútbol y permitieron mantener un fútbol fluido, pese a que las escaladas de Fuenzalida y Pérez por las bandas nunca fueron productivas.
La UC tuvo dos chances claras en la primera etapa, con un remate de distancia de Arrué que, tras dar en el travesaño y golpear en los pies de Herrera, quedó detenido en la misma línea de gol. Poco después, el portero de la "U" atajó tres remates de Fuenzalida en un mano a mano.
Los ánimos se caldearon durante la primera fracción, cuando el argentino Julio César Moreyra entró con todo contra Conca, quien terminó con la cabeza sangrando y debió jugar todo el partido con un vistoso vendaje en la cabeza. Poco después, el propio argentino dejó sangrando en el labio a Jorge Quinteros. Tan cerca quedó Moreyra de la expulsión, que el propio Héctor Pinto lo reemplazó en el descanso.
Al reiniciarse el cotejo, llegaron las mejores opciones para la "U". Un remate de distancia de Rivarola y un balón que Ibarra luchaba por derecha, pero que terminó apagando un cruce de Zenteno, fueron los avisos del conjunto laico en los primeros minutos.
Pero pronto los católicos recuperaron la manija y Quinteros casi abre la cuenta a los 58', cuando le trabaron un remate entrando al área chica tras gran jugada de Rubio por izquierda.
La polémica volvería a instalarse en el césped ñuñoíno a los 66', cuando Pablo Pozo cobró una mano casi en la misma línea del área de la "U". Segundos después, tras consultar con el juez de línea, cambió su decisión y cobró el penal para los católicos, provocando los nuevos alegatos de las huestes azules.
Eduardo Rubio tomó la responsabilidad y, ejecutando hacia su derecha a media altura, logró batir la estirada de Herrera que había intuido de buena forma la intención del atacante. Fue el 1-0 en 66 minutos.
El gol provocó inmediata reacción en las bancas. Pinto sacó a Salas y apostó a los cabezazos de Olivera, mientras que Pellicer renovó energías con ingresos de Luis Ignacio Quinteros y Osorio.
Más cerca estuvo la "U" del empate en la recta final, especialmente cuando Olivera se escapó solo inclinándose hacia la izquierda y su remate cruzado fue bien detenido por Buljubasich. A los 84', el portero de la UC volvió a atajar con tranquilidad un remate de Cancino tras gran jugada de Rivarola.
La UC manejó con calma los minutos restantes y casi aumenta la cuenta con un disparo elevado de Luis Ignacio Quinteros, pero el marcador acabó finalmente con el estrecho 1-0 que, si bien causa la alegría en la parcialidad cruzada, no define para nada una final que volverá a tener un vibrante capítulo el próximo jueves en el Estadio Nacional.
