En el arco de Unión Española, Luis Marín se consolidó para llegar a la selección.
El Mercurio
SANTIAGO.- Dicen que corría 2002 cuando Luis Marín, hoy portero de Unión Española, bajó del Cerro Los Pláceres para probarse en Santiago Wanderers.
Llamó la atención de los preparadores, pero no de la directiva caturra que no quiso entrar en gastos y pagar los 400 mil pesos que costaba tener al arquero con la camiseta verde.
Debían cancelar esa suma a la Asociación Valparaíso de fútbol amateur.
No quisieron en el puerto desembolsar y Marín buscó otros rumbos. Fue a Colo Colo donde no corrió mejor suerte. Tuvo pocas opciones, aunque el veedor Marcelino Espina, padre de Marcelo, lo recomendó en Audax Italiano.
En el cuadro de La Florida estuvo cuatro años para emigrar a Lota Schwager, donde comenzó a marcar su futuro con titularidad y buenas actuaciones. En 2008 llegó a Unión Española donde ha logrado consolidarse y hoy ser parte de la nómina de Marcelo Bielsa para enfrentar a Venezuela.
"A Juanito Olivares, (técnico en Wanderers) lo recuerdo con mucho cariño. Siempre se la jugó para que me pudiese quedar en Wanderers y cumplir con el sueño de defender sus colores, pero la dirigencia de ese tiempo no ‘estaba ni ahí’ conmigo”, rememora, reconociendo que “mi familia es toda wanderina y yo también. Tenía mucha expectativa, pero las cosas no se dieron”, dijo a El Mercurio de Valparaíso.
Respecto de lo difícil que ha sido su trayectoria y lo tarde que logró consolidarse en un club de Primera División, el oriundo del cerro Los Placeres advierte que "quizás me faltó un poco más de suerte para haberme mostrado antes, pero la verdad es que no me arrepiento de mis decisiones".
