Las malditas rodillas no dejan tranquilo a González.
AFP
SANTIAGO.- Fernando González no logra afirmarse. Peor aún, se desploma. Este lunes cuando comenzaba su participación en el Abierto de los Estados Unidos, último Grand Slam de la temporada, sólo duró una hora y 20 minutos antes de retirarse por lesión.
El chileno dijo adiós al torneo que se disputa en Nueva York, por evidentes molestias en las rodillas, cuando caía ante el croata Ivan Dodig (146°) por 6-7(2), 6-1 y 1-0.
En el primer set se vio a un González enfocado. Si bien su tenis no fue muy regular, le bastó con su saque para mandar todo al tiebreak y ahí imponer su jerarquía para llevarse el desempate por 7-2.
De ahí en más todo fue negativo. Cuando el oriundo de La Reina perdía por 4-1 en el segundo parcial, pidió la asistencia del kinesiólogo por primera vez para atenderse las rodillas, parte del cuerpo que lo ha tenido a maltraer desde Roland Garros.
Dodig no levantó mucho su nivel, pero era evidente que González no se movía con naturalidad y eso le bastó para sellar el segundo acto.
Así, cuando el croata le quebró en la tercera manga, el mejor tenista de Chile rápidamente le anunció al árbitro, con evidente enfado, que no seguía. Su travesía en Nueva York había terminado en desastre.
Con la derrota, el nacional no logró defender los 360 puntos que consiguió el año pasado en Flushing Meadows por haber llegado a cuartos de final. Con esa pérdida, González descenderá hasta alrededor del puesto 45 del ranking de la ATP.
Y más allá de la caída en la clasificación, lo que preocupa es que luego de más de tres meses de para, la tendinitis rotuliana que afecta al chileno no mejora. Cada vez que entra a una cancha de tenis parece que el dolor en las rodillas es mayor.
