SANTIAGO.- Tres minutos se demoró Universidad Católica en dejar a un lado cualquier duda. Fernando Meneses agarra una pelota desde 30 metros le da arriba, nada que hacer el portero Pérez de Everton y comenzó la fiesta.
Es que ese gol, que quedará en la historia, abrió la goleada 5-0 que terminó por entregarle la décima corona de su historia al equipo de la precordillera.
Y fue una fiesta, porque los universitarios se pasearon ante un cuadro viñamarino que al revés de Católica con esta caída debió mediar con la amargura de irse a la Primera B, junto a San Luis.
Pero la jornada estaba armada para la vuelta olímpica del cuadro de Pizzi. Y no dieron chances para quedarse con la mesa servida, porque tras el gol de Meneses vino Marcos González a los 27' y comenzó a tomarse el primer sorbo del "huemul de plata", el nuevo trofeo que entrega la ANFP al campeón.
La clave fueron estos goles de entrada, porque se soltaron rápido, comenzaron a tocar en el medio y bajo la batuta de Fernando Meneses se aproximaron sin compasión al arco del descendido cuadro viñamarino que sólo estaba en la cancha como espectador de la fiesta.
Fiesta que fue aún mayor cuando Adán Vergara aprovechó otra desinteligencia ruletera en el área para mandar el balón al fondo del arco a los 48'. Otro gol de camarín para parar cualquier reacción viñamarina.
Aparecieron los ole, el toque corto, la pleota pausada. Es que el reloj no avanzaba y los jugadores universitarios esperaban el pitazo final para darse el abrazo más apretado dél año.
Los goles de Felipe Gutiérrez a los 77' y otro de Fernando Meneses a los 81' fueron sólo una guinda para una torta que se armó con un equipo basado en jugadores formados en casa.
Llegó el pitazo de Jorge Osorio. Explosión en San Carlos de Apoquindo, lágrimas en los ojos de los jugadores, abrazos del cuerpo técnico y el grito acumulado de una hinchada que debió esperar cinco años para volver a gritar campeón.
Lo celebraron con globos azules y blancos, no con esos negros que prometieron lanzar hace dos meses cuando el equipo de Pizzi no caminaba. Es que este título se disfrutará más que otros por cómo se dio, cómo se fraguó. A muchos no se les olvidará que hace un par de semanas Católica estaba a siete puntos de un Colo Colo que no se dio cuenta que en San Carlos un camión aceleró y arrasó con todo lo que pilló en su camino.