BEIJING.- El Gobierno chino advirtió hoy a las autoridades de Taiwán que considera una "provocación" la convocatoria de un referéndum de independencia coincidiendo con las elecciones de marzo próximo en la isla, y pidió a Estados Unidos que mantenga su oposición a cualquier medida unilateral.
"China reitera su más firme oposición a la celebración de un plebiscito, ya que representa el primer paso para la independencia de la isla", afirmó hoy, domingo, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán, departamento adscrito al Consejo de Estado (Ejecutivo).
A la hora de convocar el referéndum de independencia, el presidente taiwanés, Chen Shui-bian, se apoya en la amenaza que representan los 496 misiles chinos apuntando contra la isla, que es un Estado de hecho, pero no de derecho.
En cambio, según Beijing, "Chen actúa contra los intereses del pueblo taiwanés y la voluntad de la comunidad internacional. El líder taiwanés enarbola palabras como paz y democracia para camuflar sus ambiciones secesionistas".
"Esta medida atenta contra la paz y estabilidad regionales y afectará a las relaciones futuras", subrayó, aunque obvió cualquier referencia al uso de la fuerza.
Además, el Gobierno chino demandó hoy a Estados Unidos, por enésima vez, que mantenga su oposición a cualquier medida unilateral que promueva la independencia de Taiwán.
"China espera que Estados Unidos cumpla con sus promesas y se oponga al independentismo taiwanés", señaló hoy Kong Quan, portavoz del ministerio chino de Asuntos Exteriores.
Aunque el Gobierno norteamericano se ha manifestado en contra del polémico referéndum, la administración Bush no ha abandonado sus planes de vender ocho submarinos a Taiwán, considerada una mera isla rebelde por Beijing.
El representante de la diplomacia china recordó que "el presidente norteamericano, George W. Bush, se ha mostrado siempre contrario a cualquier medida unilateral que cambie el "statu quo" en el Estrecho de Taiwán".
A pesar de las críticas de la oposición, el primer ministro taiwanés, Yu Shyi-kun, inició ayer los preparativos para celebrar el primer referéndum en la historia de la isla, convocado en defensa de una supuesta amenaza bélica de China.
La oposición, que califica esta votación popular de ilegal, indicó que la Ley de Referéndum sólo permite la convocatoria de plebiscitos defensivos en el caso de que exista un peligro inminente para la seguridad nacional.
Las dos preguntas incluidas en la consulta aluden a la compra de nuevos equipos anti-misiles para hacer frente a un hipotético ataque chino y a la puesta en marcha de una negociación, de igual a igual, con las autoridades chinas.
Con el objetivo de contentar a Washington, el presidente chino cambió una de las preguntas incluidas en el plebiscito, que a finales de noviembre exigía la retirada de todos los misiles chinos que apuntan contra la isla.
El ex presidente chino Jiang Zemin, actual jefe de la Comisión Militar Central (CMC, máximo órgano castrense), aseguró esta semana que "China defiende la reunificación pacífica, pero no tolerará, en ningún caso, la independencia de la isla ’rebelde’ de Taiwán".
Por su parte, el jefe del Alto Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Richard Myers, reiteró el viernes, en la última jornada de su visita oficial a Beijing, el compromiso histórico de su país con la defensa de Taiwán frente a una agresión exterior.
El Gobierno taiwanés considera que los misiles colocados estratégicamente en la costa oriental de China -provincias de Fujian y Cantón- constituyen una grave amenaza para la paz y estabilidad del Estrecho de Formosa.
En este sentido, el primer ministro taiwanés reiteró recientemente la determinación de su Gobierno de gastar unos 20.000 millones de dólares en armamento en los próximos diez años.
Mientras China ha exigido tradicionalmente a Estados Unidos una oposición más explícita a la independencia de Taiwán, Washington ha criticado el uso de la coerción diplomática por parte de Beijing como medio de solucionar el conflicto en el Estrecho de Taiwán.
Estados Unidos, que no reconoció a la China comunista hasta 1979, tras 30 años de enemistad enconada, es el mayor suministrador de armas a Taiwán y su principal aliado en la arena internacional.
Tras 50 años de hegemonía del Kuomintang, la victoria del pro independentista Chen Shui-bian en las elecciones presidenciales taiwanesas de mayo del 2000 trastocó los planes de Beijing, que confiaba en reunificar pacíficamente la "madre patria" antes del 2010.
La división entre la República Popular China y la República de Taiwán data de 1949, cuando el Gobierno nacionalista del generalísimo Chiang Kai-Chek se traslada a la isla de Formosa tras ser derrotado por el Ejército Rojo de Mao Zedong, que instauró un Estado comunista en la China continental.