FALLUJA, Irak.- Una tensa calma reinaba en Falluja en el segundo día de tregua y los médicos iraquíes dijeron que unas 600 personas, muchas de ellas civiles, han muerto.
Un portavoz militar de la coalición, por su parte, expresó que desde el primero de abril fallecieron 70 estadounidenses y 700 insurgentes.
Fuerzas adicionales de Estados Unidos han llegado al lugar, y los militares han advertido que lanzarán una nueva ofensiva en Falluja si fracasan las conversaciones que mantienen los políticos iraquíes pro-Estados Unidos y los funcionarios municipales.
El diálogo continuaba el lunes.
El brigadier general Mark Kimmitt difundió las primeras estadísticas de muertos desde que se avivó nuevamente la violencia, el 4 de abril.
"Los muertos de la coalición desde el primero de abril son cerca de 70 ... Las estadísticas que hemos recibido del enemigo son unas 10 veces más", manifestó Kimmitt en rueda de prensa.
En el principal hospital de Falluja y en cuatro clínicas de la ciudad han sido constatadas unas 600 muertes iraquíes, manifestó a la AP el director de hospitales municipales, Rafie al-Issawi.
En total, unos 880 iraquíes fallecieron, de acuerdo a un conteo realizado por la AP en base a declaraciones de funcionarios médicos iraquíes, de Estados Unidos y de la policía de Irak.
El Presidente estadounidense George W. Bush adelantó a la población de su país que podría haber más víctimas fatales.
El máximo comandante estadounidense en Irak, el teniente general Ricardo Sánchez, admitió que un batallón del ejército iraquí se negó a luchar en Falluja.
Cinturones con explosivos y secuestros
Por otra parte, el ejército estadounidense descubrió durante un control varios cinturones con explosivos, preparados para ser utilizados por atacantes suicidas.
El descubrimiento suscitó temores de una nueva estrategia empleada por los guerrilleros contra los soldados de la ocupación.
Los cinturones, que estaban junto a un cartel de cartón que decía "División Aerotransportada 82", aparecieron en un arsenal de armas escondido en una casa.
Mientras tanto, continuaron los secuestros.
Siete civiles de nacionalidad china fueron capturados por un grupo de insurgentes en la región central de Irak el domingo por la noche, de acuerdo con las autoridades de China.
El lunes, Beijing instó a los líderes iraquíes que gestionen la liberación de los secuestrados.
Durante la semana pasada, los milicianos secuestraron por lo menos 28 civiles de 11 países.
Aún se desconoce qué ha sucedido con el rehén estadounidense Thomas Hamill, cuyos captores amenazaron con matarlo si los soldados de la ocupación no se retiraban de Falluja el domingo.
Otros insurgentes prometieron liberar a tres japoneses el domingo, pero la embajada japonesa en Bagdad dijo el lunes que no habían sido puestos en libertad.
En el sur, miembros del Consejo de Gobierno iraquí dialogaban con los partidarios del clérigo chiíta Muqtada al-Sadr. Sus milicianos iniciaron la semana pasada una sangrienta revuelta y aún controlan tres ciudades: Karbala, Kufa y Najaf.
Hasta ahora no quedaba claro cuál era el objetivo de las conversaciones que se realizan en Falluja y en el sur, todas dirigidas por iraquíes y sin la presencia de funcionarios estadounidenses.
Los militares estadounidenses demandan recuperar el control, junto con la policía iraquí, de las ciudades, y que los grupos insurgentes de Faluya depongan sus armas y entreguen a los iraquíes que mataron y mutilaron a cuatro norteamericanos el 31 de marzo.
Los miembros del consejo, que han criticado duramente la ofensiva de la ocupación, buscan una forma de extender la tregua y terminar con la violencia.
A pesar de la tregua, durante la noche los guerrilleros realizaron ataques esporádicos, dijo el teniente coronel Brennan Byrne.