MADRID.- El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, afirmó que "no hemos avanzado tan rápido como me hubiera gustado, pero por primera vez tenemos un crecimiento económico sostenible con una estabilidad económica razonable".
Lula da Silva, en una entrevista concedida al diario español "El País", hizo un balance de su gestión, tras 17 meses como presidente, y consideró que no pueden reparar "en cuatro años los errores de 500 años en Brasil", aunque se mostró optimista ya que "la tendencia natural es que cada año las cosas mejoren, y mucho".
Para el líder brasileño, la mayor decepción que se encontró cuando se hizo cargo de la presidencia fue que "la máquina pública estaba totalmente desestructurada", además de que la situación económica era "más grave" de lo que imaginaba.
Lula, de 58 años y fundador del Partido de los Trabajadores (PT), la mayor formación de izquierdas de América Latina, dijo que no siente que haya defraudado las esperanzas que suscitó con su triunfo electoral, puesto que "no hemos tenido tiempo para eso".
"Estoy convencido de la expectativa que creamos en la sociedad brasileña y de los compromisos históricos con los más pobres", pero "al mismo tiempo, soy consciente de la realidad que encontré al llegar al Gobierno", explicó.
En su referencia a la situación económica del país, aseguró que "tenemos la decisión de honrar los compromisos adquiridos", aunque "el superávit no alcanza para pagar los enormes intereses".
Sin embargo, "el 70 por ciento de nuestra deuda es con pequeños inversores brasileños. Si no asumiera el compromiso de cumplir con el pago de estos intereses, no estimularía a extranjeros y brasileños a invertir en nuestro país", lo que perjudicaría al desarrollo de la economía, explicó.
Preguntado por su lucha contra el hambre, a través de su programa "Hambre Cero", Lula subrayó que cumplirá el compromiso de que los brasileños desayunen, almuercen y cenen todos los días.
Sin embargo, señaló que es consciente de que esta "es una política de emergencia. Queremos crear las condiciones para que la economía se fortalezca y permita generar empleo".
Sobre su pérdida de popularidad, que ha caído 20 puntos, el antiguo líder sindical indicó que "si cuando me acuesto tengo la conciencia tranquila de que estoy haciendo lo que conviene, estoy satisfecho".
Para Lula, uno de los mayores errores de las anteriores administraciones, incluso en el periodo 1930-1980 en el que hubo un gran crecimiento, es que no pensaron en "el país a 30 años vista". "Sólo pensamos en Brasil cuando llega la campaña electoral. Así no puede haber ninguna política consistente", agregó.
"Hay que pensar en el Brasil de los próximos 15 o 20 años y crear una base sólida para los gobiernos que vengan en el futuro", añadió.
Sobre la posición de Brasil en el continente, Lula destacó que "lo que me gustaría para América del Sur es poner en pie una política basada en una relación de confianza entre países y gobernantes", ya que o "hacemos acuerdos entre nosotros" o "no dejaremos de ser países en vías de desarrollo".
En cuanto a las relaciones con el resto del mundo, indicó que quiere "una relación de paz y amor con Estados Unidos y la UE, pero quiero defender para mi lo que defienden para ellos. No me puedo conformar con ser pobre".
Finalmente, preguntado por sus relaciones con el Gobierno español del socialista José Luis Rodríguez Zapatero subrayó que "la perspectiva es perfeccionar lo que hemos hecho hasta ahora".
"Tenemos una relación histórica con el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) y una afinidad ideológica que nos debería permitir profundizar nuestra relación", afirmó.