KIGALI.- La matanza de unas 160 personas en un campo de refugiados tutsi congoleños en Burundi produjo hoy la consternación de la ONU y la indignación del Presidente burundés.
El Ejército de Burundi informó de que encontró los cadáveres de 159 personas tras un ataque anoche contra el campo de refugiados de Gatumba, cerca de la frontera con la RDC a la altura de Uvira, localidad congoleña al extremo norte del lago Tanganyika.
Tras visitar el escenario de la matanza, el Presidente de Burundi, el hutu Domitien Ndayizeye, dijo sobre esa versión: "Lo desmiento totalmente. Como se ha visto, son civiles, especialmente niños y mujeres, que han sido salvajemente masacrados".
Ndayizeye también afirmó que se trataba de una agresión lanzada desde la vecina República Democrática del Congo (RCD) por parte de una "coalición" y agregó que, "según los testigos, los atacantes hablaban dialectos congoleños, además del kirundi", principal idioma de Burundi.
Los muertos, además de los más de 110 heridos, recibieron no sólo balazos sino también machetazos, y algunos de los cadáveres fueron quemados, según testigos.
Se teme por las vidas de unos 30 heridos, dada la gravedad de su estado.
Acudió también al lugar de los hechos la enviada especial de la ONU para Burundi, Noureldine Satti, quien se mostró "horrorizada".
"Sólo puedo expresar mi incomprensión ante semejante barbaridad", agregó la representante de Kofi Annan, durante su visita al campo, que es administrado por la ONU.
Una portavoz de la Misión de la ONU en Burundi, Isabelle Abric, que acompañaba a Satti, dijo que "es monstruoso que hayan atacado, asesinado y quemado a mujeres y niños, no cabe más que la indignación ante esta violencia".
Ruanda considera que se trata de "un proyecto de genocidio en la zona, facilitado por la política de exclusión (de los tutsis congoleños) impulsada por muchas gentes en la RDC", según declaró Richard Sezibera, representante para los Grandes Lagos del presidente ruandés, Paul Kagame.
Sezibera dijo sospechar que los responsables de la matanza son no sólo los rebeldes burundeses de las FNL sino también miembros del antiguo ejército de Ruanda (FAR) y de las milicias "Interahamwe", considerados responsables del genocidio cometido contra los tutsis y hutus moderados de Ruanda entre abril y julio de 1994.
En este último mes, las fuerzas rebeldes de Kagame, en una ofensiva desde Uganda, lograron expulsar del país a los efectivos de las FAR y de Interahamwe, que huyeron a la RDC (entonces Zaire).
La presencia de estos elementos en la vecina RDC posteriormente motivó la participación del ejército ruandés de Kagame, entonces ministro de Defensa, en la ofensiva rebelde con que Laurent Desire Kabila logró derrocar en 1997 al presidente zaireño Mobutu Sese Seko.
También motivó la intervención ruandesa en la guerra civil congoleña, desde 1998, cuando Kagame rompió con Kabila, hasta 2002.
La RDC ha acusado a Ruanda de intervenir de nuevo, en apoyo a los soldados sublevados dirigidos por oficiales "banyamulengue" (tutsis congoleños, que desde hace varios meses se han enfrentado con unidades leales al actual presidente, Joseph Kabila, hijo de Laurent Desire).
Un informe de un grupo de expertos de la ONU, publicado la semana pasada, respaldó las acusaciones de Kabila, que Ruanda rechaza.
Los combates en la zona de Congo fronteriza con Burundi y Ruanda dieron lugar a la fuga de decenas de miles de civiles banyamulengue, que temían las represalias de las fuerzas leales a Kabila tras la sublevación de los soldados de su etnia.
Unos miles de estos refugiados llevan unos meses en el campo de Gatumba.