BRUSELAS.- Un periodista belga, que se infiltró con falsas referencias en una compañía privada responsable de la seguridad en el aeropuerto de Bruselas, consiguió introducir una bomba falsa en un avión estadounidense con destino a Nueva York y filmarlo sin ser descubierto.
La cadena de televisión comercial flamenca "VTM" emitió anoche el reportaje en el que se puede ver cómo el periodista fue contratado, siguió una formación de cuatro semanas y trabajó durante tres meses para la empresa "Securair".
También se ve cómo el hombre consiguió, a las tres semanas de empezar a trabajar allí, introducir un paquete con un teléfono móvil atado a un kilo de plastilina en una maleta destinada para un avión de la compañía aérea American Airlines.
La compañía estatal que explota el aeropuerto de Bruselas (BIAC) aseguró hoy, martes, que "el aeropuerto nacional es seguro, ya que revisiones nacionales y europeas demostraron que, con respecto a las prescripciones de seguridad, cumple con los reglamentos".
BIAC también insistió en que "no se trataba de una verdadera bomba, ya que ni un teléfono móvil ni la plastilina son objetos prohibidos".
Además, BIAC lamentó que "algunos medios de comunicación abusen de la protección de la aviación -un tema que, con razón, merece mucha preocupación- y lo usen de manera sensacionalista para atraer a más espectadores".
Por su parte, el ministro de Movilidad, Renaat Landuyt, solicitó un análisis profundo de la seguridad en los aeropuertos al constatar que "ciertas empresas encargadas de la seguridad en el aeropuerto ponen de manera demasiado flexible en la práctica los reglamentos".
Landuyt señaló que un número limitado de empresas de seguridad están reconocidas por el Ministerio del Interior, condición imprescindible para poder operar en el aeropuerto, pero que algunas subcontratan a veces a otras empresas de manera ilegal.
"Existe cierta negligencia y por eso tenemos que investigar si sólo es el caso de Securair o si también lo es de otras empresas", añadió.
Según la portavoz de la ministra de Justicia, Saar Vanderplaetsen, "la legislación belga prevé que la Seguridad del Estado examina de manera profunda las empresas privadas de seguridad que actúan en el aeropuerto y a su personal, pero no es el caso para las personas que no sean directivos".
"Hace falta que se cambie la legislación al respecto para poder permitir controles más estrictos", añadió Vanderplaetsen.
