BEIJING.- El Ministerio chino de Asuntos Exteriores creó el pasado mes de julio un Departamento de Seguridad Exterior, cuya función principal es vigilar la situación internacional y las amenazas que acechan a los ciudadanos chinos en el extranjero, informaron hoy a EFE fuentes oficiales.
"Teniendo en cuenta el aumento de los factores de riesgo no tradicionales en el mundo actual, el Ministerio decidió crear este departamento en julio de 2004", declaró a EFE un portavoz de la entidad pública.
Aunque existe otro departamento consular, será este nuevo equipo el encargado de vigilar los nuevos retos no tradicionales a la seguridad, que pueden incluir el terrorismo, las epidemias o las amenazas a sus ciudadanos en el extranjero.
"Debemos estudiar la situación cambiante y adaptar nuestros servicios", agregó el funcionario, quien no quiso especificar de qué modo China protegerá, en la práctica, a sus ciudadanos en el extranjero.
En torno a un millón de ciudadanos chinos, la mitad de ellos trabajadores y el resto estudiantes, viven fuera de su país, una cifra muy superior a la registrada hace dos décadas, antes del inicio de la reforma y apertura en el país.
Las autoridades chinas animan a sus ciudadanos a viajar de forma legal, como emigrantes, turistas o por negocios, aunque existen canales controlados para gestionar el flujo de viajeros desde y hacia China.
El aumento de ciudadanos chinos en el extranjero ha traído, sin embargo, consecuencias no deseadas, y cada vez son más los chinos que sufren accidentes, la criminalidad, el terrorismo e incluso discriminación en otros países.
En lo que va de año, más de 70 ciudadanos chinos han muerto o resultado heridos en diez episodios diferentes en varios países, que van desde Francia a Afganistán, pasando por EEUU, Gran Bretaña, Irak, Pakistán o Sudáfrica.
El episodio más violento ocurrió en Afganistán, cuando una veintena de hombres armados atacó a los trabajadores chinos que dormían en la obra que estaban construyendo, dejando once muertos y cuatro heridos.
Otro caso que tuvo mucha resonancia en China fue la paliza propiciada a una mujer de negocios de Tianjin por un guardia de la frontera de EEUU en las cataratas del Niágara, lo que provocó una llamada del ministro de Asuntos Exteriores chino, Li Zhaoxing, a su homólogo norteamericano, Colin Powell.
El último episodio ocurrido en la ciudad de Elche el pasado 16 de septiembre contra empresarios chinos del calzado ha revivido la preocupación de las autoridades chinas por la seguridad de sus ciudadanos, y un grupo de hombres de negocios protestó hoy mismo ante la Embajada española en Beijing por el suceso.
China ha pedido a España que se identifique y se castigue a los pirómanos y atacantes, mientras las fuerzas del orden han redoblado en Elche su vigilancia para que no se repitan los sucesos.