MÜNICH- El excéntrico diseñador de moda alemán Rudolph Moshammer murió a manos de un joven prostituto iraquí, informó hoy la policía de Münich.
El iraquí, un solicitante de asilo político de 25 años, confesó ser autor del crimen que sacudió al mundillo de los ricos y famosos de Münich, del cual Moshammer era una de las figuras insignia.
El homicida fue detenido en la noche del sábado merced a la declaración de un testigo, que lo había visto subirse al coche de Moshammer en las inmediaciones de la estación ferroviaria de Münich, donde muchachos jóvenes suelen ofrecer favores sexuales.
Según la información policial, el detenido alegó que había estrangulado a Moshammer con un cable de teléfono en medio de una pelea por unos 2.000 euros (2.600 dólares) que el modisto al parecer se negaba a pagarle.
La fiscalía librará orden de arresto contra el iraquí, que trabajaba como cocinero en un restaurante de Münich y quien ya había sido investigado dos años atrás por una supuesta violación.
La policía constató mediante un análisis genético que las huellas de ADN halladas en el cable telefónico concordaban codetenido, que guardaba en su banco de datos de la investigación anterior.
La fiscalía considera que el homicida fue movido por la codicia. Confesó que tenía graves problemas económicos y se quejó de que ’’no podía darse ningún lujo, mientras que otros vivían en la opulencia’’, precisaron los investigadores.
Moshammer fue hallado muerto el viernes en su casa en Münich, estrangulado y con un cable de teléfono en torno al cuello. Tenía 64 años. Esa noche, como muchas otras, había salido en su Rolls Royce negro en busca de una compañía pasajera, prescindiendo de los servicios de su guardaespaldas y su chofer.
El diseñador, una de las personalidades más extravagantes de la alta sociedad muniquesa, tenía entre sus clientes a nombres conocidos de la política, la economía y la cultura como Arnold Schwarzenegger, José Carreras o Richard Chamberlain.
Era asiduo invitado de fiestas de la farándula y talk-shows televisivos, y solía aperecer en público en compañía de su pequeña perrita yorkshire Daisy.
Su muerte desató una ola de simpatía popular. Miles de flores y decenas de velas fueron colocadas a las puertas de su famosa tienda del centro de Münich ’’Carnaval de Venise’’.
Centenares de personas llamaron a la policía ofreciéndose para hacerse cargo de la perrita, hasta que la policía comunicó que será cuidada por el chofer del modisto.
Moshammer, con su inconfundible pelo teñido de negro y cardado emulando al rey Luis II de Baviera, era respetado por su labor en favor de los sin techo. Provenía de una familia muy humilde y se abrió camino como modisto en los años de la posguerra. Su propio padre murió en una residencia para personas sin techo.
Junto con su madre, Else, que falleció en 1993, Moshammer solía donar importantes sumaa las asociaciones de sin techo y en el invierno se lo veía recorrer los puentes de la ciudad repartiendo ropa de abrigo y comida.
El diseñador ha corrido suerte parecida a la del modisto italiano Gianni Versace, que fue baleado en su casa de Miami en 1988 por un callboy homosexual que posteriormente se suicidó.