ROMA.- El cardenal Joseph Ratzinger es el jerarca más poderoso del Vaticano desde la muerte del Papa y, además, se lo nombra una y otra vez como un posible sucesor. Sin embargo, el alemán de 77 años tiene otros objetivos en la vida.
"Espero impacientemente el momento en el que pueda dedicarme a escribir libros", dijo ya hace un par de años. Pero ahora, como decano del Colegio Cardenalicio, deberá centrarse en otra tarea: tiene que dirigir el cónclave en el que se elegirá al sucesor de Juan Pablo II.
En cuestiones de fe tan conservador como el fallecido Papa, fue el principal asesor teológico de Juan Pablo II. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe se reunía con él semanalmente. Entre ellos hablaban alemán. "Nos damos la mano, después nos sentamos a la mesa y luego sigue un intercambio personal que todavía no tiene que ver con religión", contaba el eclesiástico bávaro acerca de su trato con el pontífice.
"Desde Martín Lutero, ningún alemán ha influido tanto en la Iglesia católica como Joseph Ratzinger", opinó hace años un vaticanólogo. La comparación puede resultar sorprendente, ya que el ex arzobispo de Múnich y Freising es de todo menos un rebelde.
Bajo la dirección de Ratzinger, quien desde su nombramiento en 1981 imprimió un decisivo carácter tradicionalista al pontificado, la Congregación para la Doctrina de la Fe siguió un curso marcadamente conservador. Por ello, el catedrático de Teología Dogmática recibió una y otra vez críticas de dentro y fuera de la Iglesia.
Los vaticanólogos afirman que cada decisión del Papa pasaba la mesa de Ratzinger, ya se tratara de la condena a la Teología de la Liberación en América Latina o el rotundo "no" a la ordenación sacerdotal de las mujeres. Bajo el mandato del alemán se redactó también el nuevo Catecismo, en vigor desde 1992.
En su propio país, Alemania, llenó muchas páginas en los periódicos debido a la disputa entre Roma y la Iglesia local por los consultorios de asesoramiento a mujeres embarazadas. Ratzinger exigió la salida de la Iglesia católica de la red estatal de asesoramiento sobre el aborto y finalmente lo consiguió.
Joseph Ratzinger, quien en 1951 fue ordenado sacerdote junto con su hermano Georg en la catedral de Freising, comenzó su carrera eclesiástica como perito (consultor) durante el Concilio Vaticano II en la década de los 60.
Fue profesor de Teología en la Universidad de Freising, cerca de Múnich, y después en las de Bonn, Muenster, Tubinga y Ratisbona. En 1977 fue nombrado obispo de Múnich-Freising y un año después creado cardenal por el papa Pablo
Desde su llamada al Vaticano, fue considerado uno de los principales favoritos para suceder a Juan Pablo II y ahora se le atribuye la función de "gran elector", es decir, que los candidatos propuestos por él tienen verdaderas posibilidades de salir elegidos.
Y una vez sea elegido el próximo Papa, Ratzinger, como decano, será el en cargado de mirar al candidato a los ojos y preguntarle en latín: "¿Aceptas tu elección canónica como papa?".