MEXICO DF.- El gobierno mexicano negó el miércoles una movilización del ejército en el empobrecido estado sureño de Chiapas, lo que algunos activistas de derechos humanos habían argumentado como un posible motivo del acuartelamiento de la guerrilla zapatista.
Durante una gira por Rusia, el Presidente Vicente Fox llamó a los mexicanos a permanecer tranquilos y aseguró que no hay "nada nuevo" en relación a los acontecimientos en el sur del país.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que se alzó en armas el 1 de enero de 1994, anunció en un comunicado dado a conocer el lunes una "alerta roja general" y en otro difundido el martes explicó que adoptó la medida para realizar una consulta con sus bases para fijar "un nuevo paso en la lucha".
Llamado de la Iglesia
La Iglesia Católica en Chiapas hizo un llamado a los zapatistas y al ejército a evitar acciones bélicas.
"Niego de manera rotunda el avance o la movilización del ejército", declaró el portavoz presidencial, Rubén Aguilar. "Definitivamente, puedo responder que el ejército está en sus posiciones, que no ha avanzado, que no ha habido ninguna movilización del ejército".
Pero Aguilar también reconoció que recientemente el ejército destruyó plantaciones de marihuana en una zona que la Secretaría de Defensa atribuyó a influencia zapatista, "e inmediatamente volvió a sus posiciones".
Fox dijo en Rusia que no haría mayores comentarios sobre los zapatistas, pese al llamado que le hicieron líderes políticos opositores a dar explicaciones públicas sobre lo que está ocurriendo en Chiapas.
"A la ciudadanía lo único que le puedo decir es que esté tranquila, que no hay nada nuevo en lo que hasta hoy se ha presentado y no hay nada oficial tampoco", agregó.
El siguiente paso
En el comunicado difundido el martes, el líder rebelde subcomandante Marcos dijo que el siguiente paso de los zapatistas implica, entre otras cosas, "arriesgarse a perder lo mucho o lo poco que se ha logrado y a que se agudicen la persecución y el hostigamiento en contra de las comunidades zapatistas".
El EZLN, que había mantenido un perfil bajo en los últimos dos años, se levantó en armas en demanda de mejores condiciones para los indígenas, que en el país suman unos 13 millones y viven mayoritariamente en la pobreza.
"Es obvio que para este gobierno, el camino de las armas no es la solución a los problemas sociales del país", dijo Aguilar. "El diálogo siempre ha estado abierto de parte del gobierno, la mano siempre ha estado extendida".
El portavoz presidencial reiteró que el gobierno no tiene información de "ninguna situación que altere la normalidad" en las selvas de las montañas de Chiapas donde se encuentran los zapatistas.
