NUEVA YORK.- La digitalización de importantes colecciones de libros se ha convertido en un nuevo campo de batalla entre Yahoo y Google por liderar el mercado de internet, tras el anuncio de ambas empresas de ambiciosos planes en el sector.
Yahoo, junto con Adobe, Hewlett-Pakcard y una serie de universidades y otras organizaciones, se lanzaron hoy al ruedo con la creación de la Alianza Abierta de Contenido (OCA, en inglés).
Este grupo pretende digitalizar el contenido de una serie de libros cuyos derechos de autor han caducado, son de dominio público o bien han sido facilitados por sus escritores.
El material para digitalizar será facilitado en un principio por las bibliotecas de las universidades de California, Toronto, el Archivo Nacional inglés, O’Reilly Media y el Archivo Europeo.
Aunque desde hace muchos años una serie de bibliotecas llevan a cabo procesos de digitalización de datos, esta etapa permitirá a los internautas ir directamente a Yahoo y otros sitios similares para ver los contenidos de esta nueva biblioteca virtual.
La OCA se suma así al trabajo que realiza Google desde hace meses, consistente en digitalizar libros que no sólo son de dominio público o sus derechos de autor han caducado, sino también los que tienen la autorización de sus editores para que se pueda mostrar sus contenidos en la red.
Diferentes propuestas
Pese a que en principio se trata de dos iniciativas similares, las diferencias son grandes, entre ellas la restricción que hace Google a la búsqueda del contenido en su propio sitio, mientras que la colección de OCA estará también disponible para otros lugares de búsqueda, incluido el mismo Google.
Esta última compañía ya comenzó la tarea de digitalización, pero más que nada de libros impresos en circulación y con derechos de autor, lo que le ha traído más de un dolor de cabeza.
Esto ocurre porque Google digitaliza primero la totalidad de un libro y luego obtiene la autorización de su editor para hacer público sólo una parte de él.
La empresa ha optado por este camino, pues está convencida de que no viola los derechos de autor por tratarse de un "uso justo", término legal que en EE.UU. se refiere al derecho de cada persona a acceder y hacer uso de la información.
Para mantenerse dentro de la ley, Google permite que se vean sólo extractos de un libro, que deberían, si no satisfacer las necesidades de los usuarios, al menos interesarlos lo suficiente como para comprar la obra en cuestión.
De ahí que en el sitio de Google aparezcan anuncios publicitarios, cuyos ingresos van a parar en gran medida a los editores que permiten la reproducción parcial de sus obras.
Pero el asunto ha tenido más de una complicación debido a las quejas de algunos editores por la digitalización completa de las obras, aunque al final se muestre sólo parte de ellas, motivo por el que Google ha suspendido este trabajo hasta el 1 de noviembre próximo.
La decisión fue tomada para dar tiempo a los editores a confeccionar listas de libros que no desean que aparezcan en internet.
La OCA pretende, por su parte, evitar estos líos legales mediante la digitalización de libros que no tienen derecho de autor o que cuentan con autorización expresa del creador, algo que hace más fácil su tarea pero también limita el número de obras disponibles.
Sea cual sea el camino escogido, los que impulsan estas bibliotecas virtuales señalan que es fundamental la participación en el proceso de bibliotecas "reales", pues estiman que si únicamente se incluyera el trabajo que actualmente está en imprenta o a la venta, se conseguiría tan sólo un 15 por ciento de los libros existentes en el mundo.
Los expertos consideran que más que la obtención de grandes beneficios, el sistema es un paso muy importante para ganar presencia en la red.