BEIJING.- El Gobierno chino reconoció que la cifra de muertos por el terremoto de 8 grados de magnitud que asoló el suroeste de China el pasado 12 de mayo superará los 80.000, lo que supone el primer reconocimiento oficial de que los más de 18.000 desaparecidos no han sobrevivido.
El viceprimer ministro Hui Liangyu fue el encargado de informar sobre esta cifra, después de que se haya confirmado la muerte de 69.181 personas y la desaparición de otras 18.498, en declaraciones recogidas hoy por el diario oficial “China Daily.”
"Un gran número de los desaparecidos pueden haber muerto,” reconoció el viceprimer ministro.
Los heridos por la peor catástrofe natural que sufrió China en tres décadas se contabilizan en 374.171, según el informe presentado por Hui ante el Legislativo chino para aprobar el presupuesto destinado a la reconstrucción del área afectada, principalmente en Sichuan y las provincias aledañas.
"El terremoto del 12 de mayo en el distrito de Wenchuan (donde se localizó el epicentro) fue el más destructivo, el que ha afectado a un área más vasta y el más difícil en cuanto a operaciones de rescate desde la creación de la República Popular en 1949,” explicó Hui.
El área afectada incluye 417 distritos, 4.656 ciudades y 47.789 pueblos (los tres niveles administrativos incluidos en provincias), que en total suman una superficie de 440.000 kilómetros cuadrados.
Un total de 46,2 millones de personas se vieron afectadas por la potente sacudida, que pudo sentirse en la capital china, Pekín, a más de mil kilómetros de distancia.
Desde el 12 de mayo se han registrado 13.685 réplicas, seis de ellas por encima de una magnitud 6 en la escala abierta de Richter, y 189 superiores a 4.
Las operaciones de rescate y ayuda han sido muy arduas, debido a que la zona afectada incluye montañas y valles, por estar situada al pie de la cordillera de los Himalayas.
Según el último recuento, 7,79 millones de viviendas se desplomaron, y otras 24,5 resultaron dañadas por el sismo, que redujo a escombros las ciudades de Beichuan y Yingxiu.
Además, el movimiento telúrico destruyó 16 carreteras principales, 6 vías de ferrocarril y paralizó el suministro de energía, agua y los servicios de telecomunicaciones en una extensa área en torno al epicentro.
Los aludes de roca y tierra causados por el temblor han provocado desastres secundarios, como la formación de 35 lagos que amenazaban con desbordarse sobre los supervivientes con la llegada del monzón.
Otros 2.473 embalses resultaron dañados por el sismo. En cuanto a los efectos económicos, un total de 6.443 empresas tuvieron que cesar sus operaciones por el terremoto, en el que murieron 44,6 millones de cabezas de ganado y aves de corral.
El Ejército de Liberación Popular (ELP) envió a la zona más de 140.000 efectivos para ayudar en las labores de rescate, mientras que otros 100.000 de las fuerzas de seguridad, bomberos, paramilitares y reservistas fueron enviados a Sichuan.
Según los últimos datos, con ese esfuerzo se pudo trasladar a 1,46 millones de supervivientes, y otros 84.017 fueron rescatados de entre los escombros.
Más de dos millones de heridos fueron tratados por los cerca de cien mil profesionales médicos desplazados al área afectada.
El principal peligro se centra ahora en la prevención de epidemias y desastres secundarios, así como la reconstrucción de la zona para garantizar que la población afectada regrese a la normalidad lo antes posible, explicó Hui en su informe.
En su año de los Juegos Olímpicos, China se está viendo afectada por continuos desastres y conflictos, como las potentes nevadas de enero, las revueltas del Tíbet en marzo, el terremoto de mayo y ahora la llegada de las lluvias, que amenazan con provocar fuertes inundaciones.