MANAGUA.- El gobierno de Nicaragua se abstuvo de invitar a las autoridades militares de Honduras a los actos de traspaso de mando del Ejército, previsto para el próximo domingo, informó hoy el general Omar Halleslevens, jefe saliente de la entidad armada.
En declaraciones a periodistas, el alto cargo confirmó la presencia de delegaciones de Centroamérica, Estados Unidos, Taiwan y República Dominicana, entre otras que ya anunciaron su visita.
"Hemos dado un compás de espera a Honduras hasta que se restablezca la situación" en el vecino país, dijo Halleslevens, quien el 21 de febrero entregará el cargo al general Julio César Avilés, actual jefe del Estado Mayor del Ejército.
El pasado viernes, el Mandatario Daniel Ortega anunció que su gobierno restablecerá los nexos económico-comerciales con Honduras pero mantendrá "congeladas" las relaciones políticas, suspendidas tras el derrocamiento del Presidente Manuel Zelaya, en junio pasado.
Ortega dijo que de esa forma cumple con resoluciones emitidas por el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), el Grupo de Río, la OEA y los países de la Alianza Bolivariana para las Américas, en rechazo al golpe militar en Honduras.
Los actos de traspaso de mando del Ejército de Nicaragua se realizarán en la sede de la brigada de infantería motorizada, al suroeste de la capital.
Según lo previsto, Halleslevens entregará a Ortega el bastón de mando, símbolo de la autoridad militar, y el mandatario se lo dará al general Avilés luego de prestar juramento.
Conforme la ley vigente, el presidente de Nicaragua es también el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
El Ejército de Nicaragua se fundó el 2 de septiembre de 1979, dos meses después del triunfo de la revolución que derrocó al dictador Anastasio Somoza y a su aparato militar, la Guardia Nacional.
Tras la derrota electoral del primer gobierno de Ortega, en 1990, cambió su nombre de Ejército Popular Sandinista por el de Ejército de Nicaragua e inició un proceso de profesionalización que significó subordinarse al poder civil y alejarse de estructuras partidarias.
El acto de traspaso de mando militar coincide con la fecha del asesinato del patriota nacionalista Augusto C. Sandino, que enfrentó una intervención de Estados Unidos y fue asesinado el 21 de febrero de 1934.