ROMA.- Por primera vez en 140 años, el número dos del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, asistió a la ceremonia oficial este lunes para conmemorar la toma de Puerta Pía de Roma, el 20 de septiembre de 1870, que significó el fin del Estado pontificio y la unificación de Italia.
"Hemos venido a este homenaje para cumplir un gesto simbólico y confirmar que Roma es la capital indiscutible de Italia y también la sede del sucesor de Pedro", declaró Bertone, secretario de Estado de la Santa Sede.
La ceremonia fue realizada en el lugar donde hace 140 años las fuerzas que luchaban por la unificación italiana, los famosos "bersaglieri", conocidos por el sombrero de ala ancha decorado con plumas de urogallo, abrieron una brecha en la antigua muralla Aureliana e irrumpieron en el Estado pontificio.
La batalla fue un éxito militar que marcó la anexión de Roma al Reino de Italia y el fin del Estado pontificio.Bertone estaba acompañado por el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, quien "rindió homenaje a Roma, más que nunca capital de un Estado democrático, que se transforma permaneciendo sólidamente unitario", dijo.
Para el alcalde de Roma, Gianni Alemanno, recordar la toma de Porta Pía ha permitido de "asociar el amor a la patria y las virtudes republicanas con la cultura católica".
El alcalde rechazó las iniciativas del movimiento populista Liga Norte a favor de la federalización de Italia, que "apuntan a debilitar el papel de Roma como capital". En 1970, con ocasión de los 100 años de la toma de Porta Pía, el papa Pablo VI celebró una misa en honor de ese momento histórico, que calificó de "providencial" para la Iglesia ya que la despojó del "poder temporal".
Al margen de la ceremonia de este lunes, una decena de simpatizantes del Partido Radical protestaron contra la presencia del Vaticano en el acto. La palabra dada al enviado papal al acto "es un insulto a Italia, a la libertad y a la democracia", declaró Mario Staderini, secretario nacional del PR.
La llamada "Unificación de Italia" fue un complejo proceso histórico que se desarrolló a lo largo del siglo XIX y llevó a la unión de los diversos Estados en que estaba dividida la península itálica, en su mayor parte vinculados a dinastías consideradas "no italianas" como los Habsburgo o los Borbón.
