ROMA.- El ministro de Cultura italiano, Giuliano Urbani, autorizó la limpieza con agua destilada del célebre "David" de Miguel Angel, a pesar de las críticas de numerosos expertos internacionales, anunciaron este miércoles fuentes oficiales.
La limpieza de una de las obras maestras del gran artista del Renacimiento, que fue traslada para protegerla en 1873 de la plaza de la Señoría de Florencia a la Galería de la Academia en la misma ciudad, en donde millones de visitantes la admiran cada año, comenzará el 16 de septiembre y durará hasta mediados de 2004.
Los expertos quieren retirar el polvo y las huellas de grasa que se han acumulado sobre la estatua con el paso de los años, de manera que esté completamente limpia cuando se cumplan los 500 años de su creación.
"No se trata de una intervención para que la obra sea más bella, simplemente se trata de limpiarla", precisó Antonio Paolucci, director del Centro de los Museos Florentinos.
La limpieza fue decidida tras 11 años de estudios y consultas a expertos italianos e internacionales.
Para el americano James Beck, hitoriador del Arte y profesor de la prestigiosa Columbia University de Nueva York, "no hay motivos para limpiar al David".
Los especialistas del diario inglés "The Guardian" también consideran peligroso tocar la obra de Miguel Angel.
"Se trata de un patrimonio de la humanidad y nadie tiene derecho a dañarla, como ocurrió con las obras budistas destrozadas por los talibanes", escribió el diario.
Las polémicas suscitadas por el método de trabajo, en sustancia el empleo de compresas de agua destiladas, terminaron por herir la susceptibilidad de la responsable de la restauración, Agnese Parronchini, quien renunció al encargo.
Por su parte, el ministro de Cultura descartó que se vayan a emplear solventes o químicos para la limpieza y rechazó también el "lavado a seco", propuesto por los angloamericanos.
"En 1843, Aristodemo Costoli limpió la superficie del David con una solución que contenía un 50% de ácido clorídrico", recordó uno de los expertos florentinos, que precisó que así se perdieron los colores que adornaban la estatua.
"Si se limitan a limpiarle el polvo, no hay problema. Si las compresas las mojan con productos extraños, el mármol reacciona y cambia, es un peligro", comentó a la prensa Enzo Settesoldi, uno de los expertos italianos, responsable en Florencia del museo de la catedral.