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Tema: Crisis en el Teatro Municipal (3/11/2003)

03 de Noviembre de 2003 | 00:00 |
Naufraga el Municipal

Situación insostenible en peligro el proyecto cultural chileno más importante de las últimas décadas.

La subvención estatal no alcanza para pagar las remuneraciones de los actuales cuerpos estables y para mantener el teatro. La disminución de los aportes de la municipalidad y del Ministerio de Educación precipitó la decisiva crisis actual.


Juan Antonio Muñoz H.

No es inesperado que Andrés Rodríguez, director artístico desde 1982, y el resto de los ejecutivos de la Corporación Cultural de Santiago presentaran el martes pasado la renuncia a sus cargos. Por el contrario, es el último acto de un camino muy difícil que, desde hace años, ha debido recorrer el centro cultural chileno de mayor prestigio y eficiencia: el Teatro Municipal de Santiago.

Una trama de discusiones y huelgas plagada de malos entendidos y gobernada por un liviano conocimiento respecto de aspectos clave de la gestión en entredicho.

Acusaciones poco específicas como "falta de cuidado en el manejo financiero", denunciada por el concejal de Renovación Nacional Renato Sepúlveda, e informar que una de las razones más relevantes de la crisis es el hecho de que los trabajadores del Teatro reciban un decimotercer sueldo (ver recuadro), no hacen más que nublar la realidad del problema.

Ésta es, simplemente, que la subvención del Estado vía Municipalidad de Santiago y Ministerio de Educación resulta insuficiente para mantener el proyecto y la actividad de los cuerpos estables tal y como están hoy constituidos.

Fue en 1999 que se produjo el primer conflicto serio, que terminó felizmente después que los trabajadores hicieron notar públicamente sus diferencias con la dirección organizando atractivas tocatas para los transeúntes del centro de Santiago. No se puso límites en esto y hasta a una huelga de hambre llegaron en su intento por obtener mejoras salariales y beneficios laborales.

Posteriormente las cosas se calmaron y fue en otro espíritu que se vivió la negociación colectiva de 2001.

Este 2003, a comienzos de octubre, nuevo ruido y anuncios de huelga presagiaron la grave crisis actual. Finalmente, no se resolvió ir a paro, aduciendo que la situación estaba tan mal que una acción de fuerza sólo traería más problemas.


Crédito agotado y control

Los concejales de la municipalidad y el propio alcalde Joaquín Lavín dicen que a nivel económico el proyecto es insostenible, pero que nadie puede dejar de reconocer la calidad artística de la gestión. El problema es que lo más probable es que sea esa calidad artística la más afectada.

Así son las cosas: Hasta 2002, la Municipalidad de Santiago aportaba 2 mil 350 millones de pesos y el Ministerio de Educación, mil 250 millones. Para este año, la municipalidad rebajó su cifra a mil 900 millones y el ministerio disminuyó en un 5 por ciento, descontando el reajuste del IPC, lo que implica una reducción de 7,5 por ciento. Todo esto significa una merma de 600 millones de pesos, agregados los gastos de agua, luz, gas y aseo, que el Teatro Municipal debió asumir.

A principios de 2002, Verónica González fue llamada para tratar de sanear las deudas del Teatro Municipal, en ese momento cercanas a los 2 mil 600 millones de pesos. A través de su llegada se esperaba que entraran al teatro mil millones anuales. Los resultados de su gestión, durante 2002, alcanzaron a 800 millones, lo que permitió que se terminara con cifras en azul, con un superávit de 40 millones aproximadamente.

Este año, sin embargo, el trabajo de Verónica González consiguió apenas 100 millones; el primer semestre fue prácticamente nulo en término de donaciones, lo que se agravó con los cambios a la Ley Valdés. Se produjo una paralización total debido a la incertidumbre del nuevo texto legal.

Toda esta situación obligó a pedir, en agosto, 365 millones, y luego, en septiembre, otros 350 millones para pagar sueldos, con lo cual el Concejo municipal manifestó su disgusto. Los montos fueron aprobados. Pero en octubre hubo que solicitar otros 500 millones de pesos, otorgados previa condición de que la plana directiva del Teatro presentara su renuncia.

El Teatro tiene una deuda acumulada de 2 mil 100 millones de pesos y su capacidad de crédito bancario está copada. A esto se suma que la Municipalidad dice que el próximo año no podría aportar los 2 mil millones necesarios y que se dejarían de percibir otros 600 millones, debido a que el Ministerio de Obras Públicas determinó que a contar de enero hay que retirar la publicidad ubicada en las pasarelas de Avda. Kennedy.

Todo esto sucede cuando la gestión del Municipal es controlada tanto por una empresa consultora como por un directorio integrado por personalidades del ámbito empresarial, lo que ha incidido en una revisión constante de todos los elementos implicados y en una reducción, los últimos dos años, de los costos artísticos. El "descuido" aludido por el concejal Sepúlveda, por lo tanto, resulta sospechoso, salvo que el directorio - integrado por nombres como Ricardo Claro y Andrónico Luksic, entre otros- y la propia consultora pertenezcan al grupo de los descuidados.

Cabe señalar que rara vez se ha visto en el Municipal a los concejales involucrados, salvo a Ana María Illanes (RN), que sí mantiene una relación activa con la programación del Teatro. Los demás son Ricardo Zúñiga (PPD), Juan Recabarren (PS), Marta Larraechea (DC), Renato Sépúlveda (RN), Omar Saffie (independiente) y Carolina García de la Huerta (independiente).


Temporadas se autofinancian

Las subvenciones de la municipalidad y del Ministerio de Educación alcanzan para cubrir sólo el 70 por ciento de los sueldos del personal. El resto se obtiene de los aportes privados y de la venta en boletería. Es de ese 30 por ciento, además, de donde proviene el financiamiento de los costos directos que generan las temporadas. Andrés Rodríguez explica que "las temporadas se autofinancian íntegramente. El Estado no gasta ni un peso en cantantes ni directores. Son el público y los privados los que pagan".

Es esto lo que ha hecho que los precios de las entradas para la ópera sean tan altos, al punto de no corresponder con la realidad de Chile. Las acusaciones de "elitista" no contemplan que en la totalidad de los teatros de América Latina y de Europa el financiamiento estatal varía entre un 80 y un 95 por ciento, lo que permite que espectáculos de altísima calidad tengan precios al alcance de muchos.

Lo anterior desarma la acusación respecto de los gastos excesivos en los costos de las producciones y en artistas extranjeros.

De esta manera, el objetivo de financiar el Teatro Municipal con menos dinero parece inviable sin el cambio drástico del proyecto artístico, lo cual afectaría a los cuerpos estables. El mismo alcalde Joaquín Lavín estima que el problema no está en los ejecutivos de la Corporación, sino en la forma como está planteado el proyecto cultural, que no tendría viabilidad en el largo plazo.

La pregunta es cómo se cambia el proyecto, sin reducir la masa laboral o los sueldos. Si los aportes estatales de la actualidad no alcanzan para mantener el Teatro y pagar las remuneraciones, ¿de qué manera se pretende materializar el acuerdo de la última negociación colectiva, cuya base es un reajuste de un 3,4 por ciento sobre el IPC?

Una respuesta posible es a través de muchísimas actuaciones de elencos chilenos sobre títulos famosos y probados. Sin embargo, para esas representaciones no se podría cobrar al público el valor que hoy tienen las entradas a las funciones internacionales, de modo que los ingresos de boletería y los aportes de privados a las temporadas se verían disminuidos otra vez.

Como no hay muchas señales respecto de cuál es el proyecto que sustituiría al actual y ya que la idea avanza en el sentido de que el Teatro Municipal tienda al autofinanciamiento, lo que es prácticamente imposible, el panorama resulta inquietante en extremo•.


Renuncias

Ravinet: "Es un profundo error"

Pocos recuerdan que Jaime Ravinet (DC), siendo alcalde de Santiago (dos períodos consecutivos en 1992 y 1996) fue quien decidió la jornada completa del Coro del Teatro Municipal, lo que implicó un aumento de los salarios; que fue él mismo quien aumentó las rentas del Ballet y de la Orquesta, y quien acordó el disputado beneficio del decimotercer sueldo para todos los trabajadores del Teatro, incluidos los ejecutivos, por su eficiencia, dedicación y entrega absoluta con el objetivo de llevar la cultura a todo Chile. Este último punto no se desprendió inicialmente de una negociación colectiva; fue después que empezó a formar parte de los petitorios.

El ex alcalde de Santiago Jaime Ravinet dice que "la municipalidad no puede abortar ni destruir el proyecto del Teatro Municipal, que es la principal sede de la cultura artística chilena. Los cuerpos estables del Municipal son el seleccionado nacional porque congregan a los mejores artistas del país y mantener su calidad ha sido un esfuerzo considerable".

"Entregué el Teatro Municipal endeudado y Joaquín Lavín ha tenido que endeudarlo aún más, pero detener y trancar la rueda es una gran equivocación. Lo importante es mantener la fe y buscar financiamiento en los sectores público y privado".

Agrega que pedir la renuncia de Andrés Rodríguez y su equipo "es un profundo error porque son profesionales de prestigio y calidad. Su reemplazo es prácticamente imposible. Como ex jefe comunal y ex presidente de la Corporación del Teatro Municipal hago un llamado para valorar los grandes logros que el Municipal ha tenido en todos estos años"•.


Testimonio

Artistas cobran menos por venir

El Municipal ha basado sus temporadas de ópera, ballet y conciertos en buenos artitas extranjeros y en algunas estrellas que vienen a Chile sólo por la infatigable gestión de Andrés Rodríguez, quien los persigue para convencerlos de cantar, tocar o bailar en el otro extremo del mundo.

Así lo ratifica un cantante como Leo Nucci, considerado uno de los mejores barítonos de la actualidad y que, producto de la confianza generada y del nivel del Teatro, ha venido al país en varias oportunidades, percibiendo la quinta parte de sus honorarios habituales:

"El Teatro Municipal de Santiago, con las personas que lo han dirigido hasta ahora en los últimos 20 años, es un teatro de resonancia mundial. Sin embargo, yo, al igual que tantos otros artistas de alto nivel mundial, para ir a Chile tenemos que renunciar a nuestras habituales ganancias económicas. Lo hacemos en beneficio de las ganancias artísticas y humanas que obtenemos allá".

"Los cantantes somos mercenarios y vamos donde nos pagan más. ¿Por qué vamos a Chile ganando mucho menos que en otros lugares? Porque hay una eficiencia, una seriedad y un profesionalismo que no se encuentran en otros lugares. El nivel profesional alcanzado en Santiago sólo se encuentra en el MET de New York, en la ópera de Zürich o en la Opera de Paris. Pero ya no se encuentra en Italia. Es una locura total y completa que un país que está creciendo como Chile y que ha dado un enorme salto adelante en tantos aspectos en los últimos 10 años, se arriesgue a perder el nivel alcanzado por un Teatro Municipal que hace lo que hace. La cultura es mucho más importante que una plaza o una calle".

- ¿Cómo ve el futuro del Teatro Municipal, si cambian las personas que lo dirigen?

- Creo que si el equipo directivo cambia y que si hay recortes en el personal, no habrá ninguna posibilidad de mantener el nivel de calidad alcanzado. Y se hará una cadena que repercutirá en los abonados, en las ventas y en los auspiciadores, que no tendrán confianza en el futuro. Y ello terminará en que el Teatro Municipal no tendrá ninguna presencia ni resonancia a nivel internacional. Ello es volver a un pasado milenario•.


Historia

El proyecto

El pensamiento respecto de qué tenía que llegar a ser el Teatro Municipal se gestó en 1981, bajo la alcaldía de Carlos Bombal. Fue él quien triplicó las entradas económicas del Teatro con el propósito de que Santiago tuviera un lugar artístico de excelencia, accesible al mayor número posible de personas y que permitiera el desarrollo de los artistas chilenos.

Eso dio el primer impulso a logros que ya son parte de nuestra historia.

Orquesta Filarmónica. Contar con un conjunto de cien músicos permite interpretar todo el gran repertorio sinfónico y sinfónico-coral. Gracias a esto se hiceron todas las sinfonías de Mahler (salvo la Octava), todo Brahms, Bruckner, y obras como "War Requiem", de Britten; "Carmina Burana", de Orff; "Turangalyla", de Messiaen.

Coro del Teatro Municipal. Se creó el primer coro profesional de Chile para el que fue contratado como director Jorge Klastornick. Partieron 30 personas para llegar a las 70 que lo integran en la actualidad. Esto abrió fuentes de trabajo que antes eran impensables.

Ballet de Santiago. En 1981, Iván Nagy se hizo cargo del Ballet de Santiago. Fue él quien creó la base de una compañía de amplio registro, que puede abordar desde títulos clásicos como "El lago de los cisnes" hasta obras de Maurice Béjart, John Cranko y otros coreógrafos más actuales.

Estrenos de ópera. Consolidados los tres pilares anteriores, se pudo pensar en materializar los logros en nuevos títulos de ópera. Nunca antes fue posible montar las grandes óperas de Wagner. Se presentó la "Tetralogía" completa y óperas como "Pársifal" y "Los Maestros Cantores de Nürnberg". Además, "Woyzeck" (Berg), "Eugenio Oneguin" (Tchaikowsky), "Jenufa" (Janacek), aparte de obras del belcanto italiano que no se programaban desde hace muchos años, como "Los Capuletos y los Montescos", de Bellini.

Difusión. Hubo un aumento de la audiencia debido a que se multiplicaron los abonos y se crearon alternativas para que los grandes espectáculos pudieran ser vistos a precios más bajos. Los cuerpos artísticos del Municipal han itinerado de Visviri a la Antártida. El Ballet, además de hacer una gira por el Norte Grande y Punta Arenas, se ha presentado en Nueva York, Argentina, Uruguay y Paraguay. El viaje de este año al Festival de Savonlinna fue histórico y una operación financiera y artística que no significó ningún problema financiero al Teatro. Otros ejemplos son la primera temporada realizada en la Estación Mapocho, posible gracias a la Ley Valdés, que llevó a 30 mil personas; las repesentaciones de "Turandot" (2003) en Concepción, Temuco y Puerto Montt; la apertura de la sala principal al Festival Teatro a Mil y de la sala Arrau al teatro de cámara ("La señorita Julia", de Strindberg).

Desarrollo de artistas nacionales. Los cuerpos estables, una vez consolidados, comenzaron a producir intérpretes nacionales muy interesantes. Es el caso de los bailarines César Morales, quien ganó Medalla de Oro en Nueva York, y Natalia Berríos. El ciclo "Encuentro con la Ópera" ha permitido que muchos cantantes chilenos puedan probar sus posibilidades y desarrollar una destacada carrera en el país, como los casos de Miryam Singer y Cecilia Frigerio, entre muchos otros. Además, algunas figuras requeridas por los grandes teatros del mundo hicieron en el Municipal sus primeros fuegos: Cristina Gallardo-Domas, Verónica Villarroel, Marcela de Loa, Ricardo Iturra, Mariselle Martínez.

Equipo técnico. El Municipal es una gran fábrica que produce todo lo que necesita: escenografía, vestuario, utilería, zapatería, peluquería. También ha exportado producciones completas a Washington, Buenos Aires, Bogotá, Sao Paulo, Dallas y Houston.

Visitas internacionales. En todos estos años son innumerables los conjuntos y artistas que nos han visitado. Como el Kirov y el Bolshoi, el Ballet de Stuttgart, la Orquesta Filarmónica de Nueva York, Les Arts Florissants, Pierre Boulez, Renata Scotto, Leo Nucci, Lucia Valentini-Terrani, Kiri Te Kanawa, Barbara Hendricks, Paata Burchuladze, Nicola Rescigno, Sylvia Sass, Pier Luigi Samaritani, Charles Dutoit, Daniel Barenboim, Wolfgang Sawallich, Beni Montresor, Hildegard Behrens, Massimo de Bernart, Agnes Baltsa, Alfredo Kraus, Plácido Domingo, Bruno Campanella, Luciana D''Intino, Ivo Pogorelich, Cristina Hoyos, Julio Bocca y Mikail Barishnikov, entre tantos•.


Opiniones

Luz Lorca, subdirectora del Ballet de Santiago: "Cualquier solución para la crisis del Teatro es mucho más válida que marginar dos, tres o cuatro personas. Por lo honrados que son, es lógico que hayan presentado su renuncia, pero por ahí no va la solución. La solución va porque se le dé realmente la importancia que tiene el teatro para el país, y que la responsabilidad se la tomen los que se la tengan que tomar. De una vez por todas el Estado tiene que hacerse cargo del Teatro.

No es justo que la municipalidad tenga que cargar con este costo. Ya destruyeron la Ley Valdés; sin el apoyo del Estado y con una ley trunca, nos matan. Yo no sería capaz de quedarme si viene alguien que no entiende y que tire por la borda todo lo que hicimos en estos 22 años".

Marcia Haydée, Célebre bailarina y ex directora del Ballet de Stuttgart y del Ballet de Santiago: "Yo nunca acepté dirigir los ballets en Sudamérica porque no tienen estabilidad para desarrollar algo serio. El único que la tiene es Chile. Creo que la solución es una subvención adecuada, pero no basta con hacer un teatro normal: tiene que ser el mejor de Sudamérica. No se puede bajar el nivel de un teatro para que las cosas funcionen. Si el alcalde acepta la renuncia del directorio, es probable que el Teatro se hunda porque no es fácil reemplazar a personas como Andrés Rodríguez, quien tiene el conocimiento artístico y comercial necesario, y que tiene las puertas abiertas para traer nombres conocidos. Quizás ayudaría que el Municipal hiciera funciones en otro teatro, para que más gente pueda ver las funciones a precios más bajos".

Renato Sepúlveda (RN), Concejal de Santiago: "Cada vez el Gobierno concurre con menos dinero para financiar el Teatro y esto es un problema que excede al Municipio, porque todos los dineros que se ponen en el Teatro Municipal no van a inversión social en la comuna. Creo que nosotros debiéramos preocuparnos mucho más de la inversión en la comuna que estar financiando el Teatro Municipal. O vamos todos y le cambiamos el letrero y le ponemos Teatro Regional, y le entregamos las llaves a la Intendencia Metropolitana, o le ponemos Teatro Nacional, y le vamos a entregar las llaves al Ministerio de la Cultura.

Es que la cultura de este país no puede depender de un municipio. Creo que el Teatro tiene que convertirse en productor de espectáculos y hacer negocios con el arte. Si trae un artista famoso, debiera sacarle valor agregado y organizar recitales en otros lugares como por ejemplo el Estadio San Carlos de Apoquindo. Yo creo que esta gente (plana ejecutiva) se tiene que ir. Si Joaquín (Lavín) hace lo que tiene que hacer y recupera los niveles presupuestarios, creo que él está haciendo algo que nadie antes se había atrevido a afrontar".

Jorge Klastornick, Maestro uruguayo director del Coro del Teatro Municipal: "Estoy muy preocupado porque soy una de las personas más antiguas en el teatro. En febrero de 2004 voy a cumpir 22 años aquí. El Municipal tiene el nivel más alto de América Latina por la calidad sostenida de sus espectáculos. Me preocupa que pueda deteriorarse, tanto por lo que representa para la cultura del país como para la cultura de Latinoamérica. No conozco a una persona más idónea que Andrés Rodríguez para estar al frente; quienes decidan qué será de
nosotros deberían ser personas que puedan apreciar lo que hacemos y que asistan frecuentemente al teatro. Los teatros de ópera del mundo tienen subvención estatal o fuertes subvenciones privadas, muy seguras y constantes. El peligro en nuestro medio es que los aportes privados son fluctuantes y no son abundantes".

Maximiano Valdés, Director titular de la Orquesta Filarmónica y de la Orquesta del Principado de Asturias. "Estas cosas hay que tomarlas con la cabeza fría y sentarse a analizar la situación de modo de no producir traumas. Lo que hay que preguntarse es si el país puede seguir manteniendo un teatro de estas características y, al mismo tiempo, si debe ser financiado por la municipalidad, por donaciones privadas y la venta de abonos solamente, o debiera pasar a ser un teatro de características nacionales como es la Opera de París y el Covent Garden, donde los aportes fiscales son mucho mayores.

Sería absurdo pensar en aislarse porque perderíamos todo, hay que mantener el contacto con el mercado internacional. Creo que los cuerpos estables, la orquesta sobre todo, no puede prescindir de sus músicos. De modo que la orquesta tiene que quedar y solucionar sus problemas.

Respecto del coro es una institución de gran nivel y me parece que no hay otra cosa que hacer que apuntalarlo y hacer todo lo posible porque Jorge Klastornick se quede en el teatro. Es una persona insustituible hoy. Yo no puedo creer que las autoridades del país vayan a dejar que el teatro se hunda. No quiero cerrar esta conversación sin mencionar al equipo que ha dirigido el Teatro en estos veinte años y que ha encabezado Andrés Rodríguez. Todos los músicos chilenos que hemos participado en la vida artística del Teatro Municipal les debemos gratitud y cariño".

Cristián Navarrete, presidente de la Federación de Sindicatos del Teatro (Fedarte): "Nosotros no avalamos una medida de esta magnitud (la renuncia), cuando no hay un proyecto real detrás. Se ha dicho en el Concejo que el proyecto artístico del teatro es inviable, pero ¿cuál es el proyecto que se propone? No hay una alternativa clara, bien definida al respecto. Es una solución de parche, porque no resuelve el problema del teatro. Lo único que se dice es que para solucionar los problemas económicos del teatro se va a despedir a esta gente. Una decisión de esa magnitud es un ahorro de cincuenta millones y el déficit del teatro es de casi 2 mil millones.

La responsabilidad de esta crisis es de la directiva de la Corporación Cultural y no de los directores del teatro; esa directiva está compuesta por empresarios y por gente ajena al quehacer cultural-artístico del país. Para nosotros, Andrés Rodríguez y toda la plana no son santos de nuestra corte, pero la renuncia no resuelve el tema de fondo. ¿Por qué el Estado no hace un aporte fijo?


Falta de información:
Directorio del Municipal, inconsulto ante la crisis


Poco o nada conocen los directores sobre los entretelones que tienen a la entidad en ascuas debido a la renuncia del director artístico Andrés Rodríguez y la falta de financiamiento.


Roberto Schiattino

La reunión que sostendrán el miércoles los directores del Teatro Municipal con el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, se avizora crucial para el futuro de uno de los principales patrimonios culturales del país. Los primeros debieran ser informados ese día sobre los acontecimientos recientes y podría salir humo blanco. Hasta ahora, la mayoría de los directores se encuentra inconsultos frente a la crisis por falta de financiamiento, agravada por la renuncia del director artístico desde 1982, Andrés Rodríguez, la semana pasada.

Él no se fue solo, sino que también presentaron sus renuncias todos los integrantes de la Corporación Cultural de Santiago: Verónica González, directora de gestión y proyectos; Andrés Pinto, director de cuerpos estables, y Gustavo Rivera, director gerente.

La delicada situación del Municipal no es desconocida para los directores ni para nadie, ya que las subvenciones del municipio y del Ministerio de Educación vienen disminuyendo año a año, lo que hacía y hace casi insostenible el proyecto que encabeza Rodríguez y que convierte a este teatro -y en esto hay coincidencia- en uno de los más importantes de América Latina, con un programa de altísimo nivel: Estamos bastante sorprendidos de que esto haya reventado ahora, porque el problema viene desde hace tiempo, admite uno de los directores. Recalca, eso sí, que no considera oportuno hacer declaraciones hasta que nos den un informe completo sobre el tema.

Otro integrante del directorio, el abogado Enrique Barros, señala desde Estados Unidos que no ha sido informado de nada. A diferencia de veces anteriores, en esta oportunidad no le han llegado e-mails con los antecedentes sobre lo que está ocurriendo con el Municipal.

Máximo Pacheco dice que ha seguido esta situación a través de la prensa. Por eso, llamó al alcalde Lavín la semana pasada - cuando el edil estaba en Lima- y éste quedó de informarlo. Hasta que ello ocurra, este director no hará declaraciones. Tampoco lo hará Ricardo Claro, quien prefiere esperar la reunión de este miércoles.

El directorio lo completan los empresarios Andrónico Luksic, Alan Mackenzie, Alfonso Swett y Mikel Uriarte; la cantante Carmen Luisa Letelier, y la presidenta de los Amigos del Teatro Municipal, María Cecilia Domínguez. Ella tampoco ha recibido mayores datos, ya que estuvo fuera de Chile para la última reunión.

En todo caso, mi posición es respaldar a la actual plana ejecutiva, sostiene, y destaca que Rodríguez es conocido en el extranjero porque ha hecho un teatro de lujo. Admite que obviamente hay que hacer cambios; la cosa no está color de rosa.

Sobre las modificaciones que debieran realizarse para subsanar la crisis, los que, señalan, pasan indefectiblemente por inyectar más recursos, los directores parecen estar en dos líneas. Una es exigir más fondos al municipio, y otra, pedirlos al Ejecutivo. Internacionalmente, sostienen, los gobiernos subvencionan a este tipo de entidades para que el público pueda acceder a espectáculos de alto nivel.

Esto es muy difícil para una sola municipalidad. El Estado debiera subvencionar más y, tal vez, las municipalidades con más recursos también debieran aportar, plantea María Cecilia Domínguez.

Otro de los directores consultados dice que lo que está en juego es qué espera la sociedad del Teatro Municipal. Si se quiere el programa de Rodríguez, indica, el Estado tendrá que aportar más recursos. Si no, concluye, no hay otra solución posible que rebajar el programa.

Aunque en el municipio no se desconoce la calidad artística de la gestión encabezada por su director, sí se considera que el proyecto es insostenible, aún cuando cuenta con aportes de privados.

Lo que se haga o deje de hacer con el Teatro dependerá de la reunión que sostendrán los directores con Lavín. Así sabrán si Rodríguez y los otros integrantes de la Comisión renunciaron por iniciativa propia o la medida emanó de la autoridad municipal.


Situación insostenible

La reducción de los aportes de la Municipalidad de Santiago y el Ministerio de Educación, sumado al escaso apoyo de fondos privados durante este año ha hecho insostenible el funcionamiento del principal recinto cultural del país. En total, estos descuentos se tradujeron en 600 millones de pesos menos para el Teatro Municipal.

La incorporación de Verónica González como directora de gestión y proyectos ayudó a subsanar en parte el déficit, obteniendo una entrada de 800 millones durante 2002.

Sin embargo, este año sólo se consiguieron otros 100 millones, de pesos y el estado de cosas colapsó con la paralización generalizada, en gran parte a consecuencia de las modificaciones a la Ley Valdés (Ley de Donaciones Culturales) y la incertidumbre que ello provocó en los cuerpos estables del teatro.

En agosto de este año, el espacio cultural solicitó al Concejo Municipal la suma de 365 millones de pesos; en septiembre, otros 350 millones; y en octubre, 500 millones. Aunque esos montos han sido aprobados, la entidad edilicia aceleró la renuncia de la plana directiva, que encabezaba hasta hace una semana Andrés Rodríguez.

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