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2003 Pop / Rock (2/1/2004)

02 de Enero de 2004 | 00:00 |
2003 Pop / Rock

Recuento de los hitos y tendencias que sacudieron al público, los rankings y la crítica musical durante los últimos doce meses.

Marisol García C. 2/1/2004


1. Todos Negros


Beyoncé.
Los primeros lugares de los rankings se tiñeron este año de oscuro, y es probable que el 2004 mantenga el tono que opacará a los más pálidos. Es desde las fuentes del rap, el soul y el R&B que está saliendo parte de lo más interesante y vendedor de este momento y es hora de que incluso los oídos acostumbrados al pop radial se interioricen en un sonido hasta ahora lejano al gusto medio chileno. Lo más estimulante es su diversidad. La ex Destiny´s Child Beyoncé trabajó un disco en extremo elegante y sofisticado en su debut súperventas Dangerously in love, un gran opus de rythm and blues con asesoría vocal de Luther Vandross y voces invitadas de Jay Z, Sean Paul y Missy Elliott. Por ventas e imagen, la hermosa afroamericana encabeza una corriente de neo-R&B donde también debe ubicarse a Mary J.Blige (Love and life), Erikah Badu (Worldwide underground) y Kelis (Tasty). Por mérito propio, el soul contemporáneo de Alicia Keys volvió a energizarse con el disco The diary of Alicia Keys, un trabajo de interpretación irreprochable, donde el enorme talento de la joven neoyorquina sobre su voz y el piano construye un álbum con futuro de clásico.

Desde la vereda del hip-hop, el año también fue pródigo en nuevas figuras, incluyendo a 50 Cent, un sobreviviente de los barrios más peligrosos de Queens, con nueve balas en el cuerpo y numerosos tajos que le dan autoridad para rapear sobre lo más duro de la sociedad neoyorquina. Su disco Get rich or die tryin´ es una imaginativa producción que parte del rap e integra timbres diversos que aluden a la calle y sus riesgos. Algo similar a lo que, desde Inglaterra, presentó Dizee Rascal en Boy in da corner, nueva estrella del así llamado garage que combina los códigos del hip-hop con la electrónica más dura y versos implacables sobre la marginación de los suburbios londinenses. La crítica inglesa le regaló el prestigioso Mercury Prize, mientras la prensa lo bautizó como “la estrella de la generación Playstation”.


Outkast.
La ciudad es dura y peligrosa, pero en los discos de Outkast uno no tiene por qué recordarlo. El ecléctico sonido del álbum doble Speakerboxxx/The Love Below fue, probablemente, lo más imaginativo y luminoso en publicarse este año, tomando el relevo de lo que, antes, trabajaron figuras como Beck o Prince. Un trabajo que sintetiza lo mejor de la música negra, con atrevimiento suficiente para integrar códigos del rock blanco. Fue éste, en rigor, dos álbumes unidos, trabajados de forma separada por los músicos Big Boi y Andre 3000. Según la crítica, “una especie de Álbum Blanco, con las canciones de Lennon y las de McCartney por separado”. Así de elogioso.

Existe una manera alternativa a los rankings para medir la importancia de una tendencia, y ésa es la influencia de un determinado sonido en el mainstream. El dúo de productores conocido como The Neptunes podrán no estar entre lo más vendedor del año, pero es innegable que su estilo es una referencia creciente para artistas tan masivos como Justin Timberlake, Britney Spears y Air (con todos los cuales han estado más o menos involucrados). Su estupendo disco The Clones es otra prueba de que el sonido negro dejó una huella comercial y también artística en el año que se va, ineludible para quien quiera repetir la hazaña en el 2004, aunque su rostro refleje la más blanca palidez.


Álbumes destacados: Beyoncé, Dangerously in love / Outkast, Speakerboxxx/The Love Below / 50 Cent, Get rich or die tryin´, The Neptunes, The Neptunes presents... Clones, Alicia Keys, The diary of Alicia Keys.



2. Marea Rojo


Daniela Castillo.
La historia de los fenómenos discográficos de venta se cruza muchas veces con los así llamados “concursos de talentos”, desde cuando la radio se transmitía ante un público en butacas, o los símbolos juveniles salían de un programa llamado Música libre. Lo sorprendente del show de TVN Rojo, fama contra fama no es tanto su seguidilla de figuras de éxito ni sus múltiples discos de platino. Eso es parte del trato. Lo llamativo es que haya logrado imponerse a iniciativas similares que partieron con mucho más optimismo comercial y parafernalia mediática. Los chicos que este año se encerraron en casas-estudio creyendo que el ostracismo los llevaría al éxito (Protagonistas de la música, Operación triunfo) tienen derecho a sentirse estafados. Ni María Jimena, ni María José, ni Mario, ni Daniela, ni Monserrat, ni Leandro, ni – uf- Christell, necesitaron asumir el rol de ratones de laboratorio para lograr su sueño. Entrando y saliendo de Rojo con un horario más liviano que el de un oficinista, terminaron prensando en discos bien producidos un talento vocal primero aplaudido por el programa, luego por la teleaudiencia y, finalmente, por el gran público consumidor, que volvió a ser fiel con la industria tras un período de coqueteo casi exclusivo con el pirateo. La deuda ahora es con la comunidad musical, que espera de la genuina vocación de intérpretes de estos jóvenes un compromiso de mayor riesgo que los saque de un repertorio demasiado cauto, ya sea porque venía probado (las rancheras de María José Quintanilla, el pop romántico de María Jimena Pereyra) o porque limita sus voces en baladas que los hacen parecer veinte años mayores de lo que son (Mario Guerrero, Leandro Martínez). En cuanto a Christell, es esperable que el 2004 traiga una mayor promoción de los derechos del niño: ni a este infante de cinco años, ni al público que debe soportarla les hace bien tenerla lejos del silabario.

Álbumes: María José Quintanilla, México lindo y querido / María Jimena Dedicado / Leandro Martínez, Todo lo que soy / Mario Guerrero, Mario Guerrero / Daniela Castillo, Daniela Castillo, Christell, Christell / Monserrat, La chica de Rojo / Varios, Rojo, el color del amor / Varios, Rojo´n roll / Varios, Fiesta al rojo vivo / Varios, Los singles de Rojo / Varios, Rojo Navidad / Varios, México Rojo y querido / Varios, Ragga Rojo / Varios, Blanco, Azul y Rojo.

3. Guitarras retro-incendiarias


The White Stripes.
El post-grunge fue un período más bien lamentable para el rock tradicional –el de guitarras y raíz blues- principalmente por culpa de jóvenes de ropa más ancha que su capacidad intelectual. La mezcla de rock suave, metal y hip-hop que arreció con los rankings a partir de 1998 se ha batido definitivamente en retirada dejándole espacio a una nueva generación de músicos con más energía que virtud, más afecto que cálculo. Los intelectuales del rock los acusan de ser simple karaoke, de repetir moldes ya rellenados en los 60. Pero el deja vu ha sido siempre un elemento ineludible del mejor rock and roll, un género musical que nació y se desarrolló, en parte, como una forma artística de tributo.

Los focos de atención estuvieron este año en dos ciudades de Estados Unidos, dos urbes grandes y ocupadas, con gran población negra y más conflictos que sofisticación. De Detroit, los White Stripes y el disco que el 90 por ciento de las publicaciones especializadas consideró el mejor del 2003 (Elephant), blues-rock sin bajo y una deuda enorme con la tradición pop (incluyendo un cover para la melosa “I don´t know what to do with myself” de Burt Bacharach). El barrio más taquillero de Brooklyn –Williamsburg- le quitó protagonismo a Manhattan como el nuevo centro de creación artística (nada demasiado bueno ha salido nunca de la opulencia). De allí vienen bandas como The Rapture, Yeah, Yeah, Yeahs e Interpol, grupos que recuerdan respectivamente a The Cure, Siouxsie and the Banshees y Joy Division, pero no más allá de lo decoroso. Por último, una breve mención a Los Angeles, California, como cuna de algo más que surf-rock gracias a Black Rebel Motorcycle Club. En el sur, los muy aclamados texanos The Mars Volta (ex At The Drive In) fundieron rock y espectáculo en una oferta delirante. Los fanáticos de Traffic debiesen escuchar la nueva oferta de los muy hippies Kings of Leon, un grupo de hermanos (y un primo) de Nashville.

Las nuevas bandas estadounidenses de rock guardan la sangre de quien comienza y no ha saboreado aún las ganancias de una amplia rotación radial, manteniendo la credibilidad del mundo independiente y las ambiciones justas de quien se considera un artista y no un ejecutivo. Su música es ruidosa, sexual y nocturna; no cabe dentro del molde conciliador y melódico que insiste en exportar Inglaterra con grupos de chicos tímidos y frágiles (Coldplay, Travis). Es cierto que Radiohead publicó este año un gran disco (Hail to the thief). Pero hay momentos en que queremos escuchar canciones cortas, directas y llenas de dudas. No proclamas futuristas surgidas luego de una sesuda conceptualización. Para esos momentos, la oferta del 2003 ha sido generosa.

Álbumes destacados: The White Stripes, Elephant / The Strokes, Room on fire / Yeah, Yeah, Yeahs, Fever to tell / The Rapture, Echoes / Black Rebel Motorcycle Club, Take them on, on your own / The Mars Volta, De-loused in the comatorium / Kings of Leon, Youth and young manhood.

4. Amor, amor, amor


Álex Ubago.
El sentimiento eterno encontró nuevas formas de ajustarse a los rígidos cánones de la balada a través de discos más efectivos que interesantes. Hubo altos y bajos en un año que afirmó a la balada en español por sobre los intentos de exportarla en inglés al más grande mercado americano. Armando Manzanero firma las mejores canciones de 33 el buen nuevo disco de Luis Miguel, mientras Emilio Estefan confundió a Christian Castro en un disco (Amar es) que mezcló rock, salsa, balada y una carátula con una inexplicable geisha. Desde España, Alejandro Sanz se afirmó como el más simpático y cuidadoso de los nuevos cantores románticos con No es lo mismo, mientras Alex Ubago subió en los rankings de modo definitivo con el single “Sin miedo a nada”, cantado a medias con Amaia Montero del grupo La Oreja de Van Gogh (destacados también con su álbum de pop romántico Lo que te conté mientras te hacías la dormida). Se nos olvidaba que los Iglesias también son de España: Julio, el padre, lanzó este año un muy decepcionante Divorcio, mientras su hijo Enrique se ganó las mejores críticas de su carrera con 7 un álbum cantado completamente en inglés y grabado con un equipo estadounidense de primer nivel. Chayanne intentó hacer hasta hip-hop en el ecléctico Sincero y Los Nocheros se atrevieron con versos de alta cursilería en Estado natural. Pero, bueno, alguien tenía que tomar el cupo que dejó este año vacante Ricardo Arjona.

Álbumes destacados: Luis Miguel, 33 / Alejandro Sanz, No es lo mismo / Enrique Iglesias, 7 / La Oreja de Van Gogh Lo que te conté mientras te hacías la dormida / Alex Ubago, Qué pides tú.

5. Niñas, no mujeres


Kylie Minogue.
En su nuevo disco, In the zone, Britney Spears no canta: gime. Repite varias veces que quiere “sacudir su trasero”, “entrar en calor” y “tenerte debajo mío”. Hasta tiene una canción sobre la masturbación. Y aunque a veces parece la recepcionista de una hot-line, uno ni siquiera se inquieta. Es difícil que una chica que ha seguido tan obedientemente las pautas más conservadoras de la industria pop –incluyendo las seudotransgresiones que le aconseja Madonna- escandalice a nadie, y la reacción natural del auditor es más bien la risa. Britney quiere ser algo más audaz que lo que fue al comenzar su carrera, pero tampoco sabe muy bien para qué. Este año hizo un disco tan decepcionante y predecible como Madonna, quien con su American life retrocedió varios de los pasos avanzados antes con Music (2000). Las une ese fracaso –superable, por cierto- más que el famoso beso escénico.

Las cosas parecieron un poco mejores para las divas del canto británico, sin contar por cierto a ninguna de las ex-Spice Girls que seguramente este año se despidieron para siempre de la música debido a discos de pésima recepción (Mel C con Reason, Mel B con Hot y Victoria Adams de Beckham con el single Let your head go). De los álbumes recomendables, destacan Life for rent de la suave y empática Dido, y Body language, un atrevido paso de Kylie Minogue (y sus muchos asesores, por cierto) en un pop electrónico más suave, sugerente y experimental, manteniendo siempre la brújula del pop que ella calza y domina como a su envidiada figura. En Suecia, pocos repararon en la estupenda nueva publicación de Nina Persson y sus Cardigans. Y, desde Canadá -y con residencia en Berlín- la diva más inesperada tomó nombre de fruta. El disco Fatherfucker consagró a Peaches como una suerte de Iggy Pop de la era del electroclash, ese género que ensucia al tecno y lo vuelve violento. Peaches es temible pero adictiva. Madonna la adora.

Álbumes destacados: Dido, Life for rent, Kylie Minogue, Body language / Peaches, Fatherfucker / The Cardigans, Long gone before daylight.

6. Aún es tiempo


David Bowie.
El club de veteranos rockeros sigue confirmándose como una entidad con sus cuotas al día y atrayentes actividades de recreación. Keith Richards tenía razón: fue un poco absurdo ver a Mick Jagger recibiendo el título de “Sir” de manos una monarquía que hizo todo lo posible por encarcelarlo hace treinta años. Pero Mick Jagger no sacó un disco este año (gracias a Dios, considerando el horrible Goddess in the doorway de 2001) y muchos de sus contemporáneos prefirieron ocuparse en el estudio que en agradar a la corona. Así, dentro del recuento del año, los nuevos discos de David Bowie, Neil Young, Nick Cave, Rod Stewart –quien giró sorpresivamente hacia los estándares de jazz-, Sting e Iggy Pop son inclusiones justas y no sólo por respeto. Un fanático de los Strokes haría bien en intentar entender de dónde es que viene todo. De hecho, las más destacadas nuevas voces jóvenes de cantautoría (Rufus Wainwright, John Mayer) hicieron que citar a Paul McCartney, Elton John o Police en las entrevistas volviera a ser cool.

Álbumes destacados: David Bowie, Reality / Iggy Pop, “Skull ring” / Nick Cave, Nocturama / Neil Young, Greendale.

7. En Español


Los Bunkers.
Un año estimulante no tanto para nuevas propuestas, sino que para la afirmación de los grandes nombres de la escena rockera latinoamericana. Café Tacuba apretó todas sus virtudes en el estupendo Cuatro caminos, volviendo al formato canción parcialmente dejado de lado en Revés/Yo soy (1999). Desde Argentina, casi no hubo figura rockera que se abstuviera de la publicación, incluyendo nuevos discos de Fito Páez, Charly García (Rock and roll yo), Luis Alberto Spinetta (Para los árboles), Babasónicos (Infame), Pedro Aznar (Mudras. Canciones de a dos), La Renga (Detonador de sueños), Los Piojos (Máquina de sangre), Las Pelotas (Esperando el milagro), La Portuaria, Attaque 77 y Los Auténticos Decadentes. En períodos de crisis, la industria no se atreve a probar con lo nuevo. Prefiere diablos conocidos que por conocer.

No es extraño, entonces, que algunas de los más exitosos trabajos de este año en Chile se hayan desarrollado desde el mundo independiente. La creciente internacionalización de Los Tetas (con dos giras largas por México y presentaciones en Perú, Bolivia y Estados Unidos) encontró un público nuevo y entusiasta para su disco Tómala!. Los discos de Solar y Némesis confirmaron que no hay que tener grandes presupuestos para entregar música estimulante. La reunión de Electrodomésticos debiese regalar uno de los buenos discos del 2004, mientras que los nuevos álbumes de Javiera & Los Imposibles, La Ley, Mecánica Popular y Los Bunkers afirman al rock y el pop chileno como una oferta de perfecta competitividad internacional. ¡Ah! Y Los Prisioneros lanzaron dos discos (Los Prisioneros y En las raras tocatas nuevas de la Rock & Pop), uno con Narea, el otro con Álvaro Henríquez. La banda más importante de los años 80 en Chile se divide ahora por hitos más pintorescos: antes y después de los micrófonos en el suelo.

Precisamente, Jorge González fue uno más de los chilenos entusiasmados con las canciones del programa televisivo "31 minutos". Es probable que se haya sentido identificado con Joe Pino o recordado a Claudio Narea con Los Hermanos Guarennes: a uno le gusta el Tangananica; al otro, el Tangananá.

Álbumes recomendados: Café Tacuba, Cuatro caminos / Charly García Rock and roll yo / Luis Alberto Spinetta, Para los árboles / Babasónicos, Infame / Némesis, Hip-hop heroes / Los Bunkers, La Culpa / La Ley, Libertad / Varios, 31 minutos.


8. En Francés

Brasil no lo hizo nada de mal con nuevos álbumes de gente tan recomendable como Adriana Calcanhotto (Cantada), Maria Rita Mariano (Maria Rita) y el trío identificado como Tribalistas (Arnaldo Antunes, Carlinhos Brown y Marisa Monte). Pero el fuerte de la cantautoría joven parece haberse concentrado este año muy lejos, en Francia, donde personajes tan inesperados como una ex-top model (Carla Bruni) y el yerno de Marcello Mastroianni (Benjamin Biolay) animaron el resurgimiento de aquel molde de “chanson française” que hasta hoy se asociaba a Brassens o Gilbert Becaud, en los lejanos años 60. Vuelve así la figura del cantor que domina la total producción de su obra, desde los versos a las orquestaciones, manteniendo un pie en la tradición de cabarets y poesía, y otro en los códigos contemporáneos de la electrónica y el pop en inglés. Una muy estimulante combinación que comienza a exportarse en parte como una proclama política: los europeos no están de ánimo para escuchar música facturada en Estados Unidos.

Álbumes recomendados: Benjamin Biolay, Négatif / Carla Bruni, Quelqu´un m´a dit / Yann Tiersen, Good Bye Lenin! / Keren Ann, Not going anywhere / Thomas Fersen, Le Bal des oiseaux / Cali, L´amour parfait / Henri Salvador, Ma chére et tendre.


9. Industria: la torta se hace más pequeña

Durante el año que se fue comenzaron a incubarse profundos movimientos comerciales que se harán más significativos durante el 2004. Por lo pronto, ante la evidente crisis que para las compañías discográficas ha significado el aumento mundial de la piratería y la descarga de archivos de audio MP3 desde Internet, los dos frentes de ataque han sido engorrosos y de resultados lentos. El primero, el judicial, no es aún el escudo protector con el que las disqueras pensaron contar. Al menos en Estados Unidos, no se he logrado la resolución judicial final que establezca como una actividad inconstitucional descargar archivos de audio para uso doméstico. El regreso de Napster como un sistema de pago no ha sido todo lo atractivo que para los cibernautas sigue siendo contar con sus canciones favoritas de modo gratuito a través de sistemas como Kazaa, Imesh o Soulseek. En España, en tanto, las disqueras perdieron el juicio que pretendía ilegalizar la copia doméstica de CDs. El tribunal consideró que, en la medida que no involucre lucro, “quemar” discos es algo perfectamente aceptable. Por eso, cada vez más discos incluyen el sistema “Copy control” que impide trampas.

Y el canibalismo comercial continúa con el reciente anuncio de la muy probable fusión de Sony y BMG (que tiene aún trabas judiciales que superar para concretarse). De producirse, el grueso de la música del mundo quedaría a cargo de apenas cuatro multinacionales. Y la reducción de los distribuidores nunca ha sido una muy buena noticia para el arte de pretensiones algo más que comerciales.

En apenas tres años, las compañías disqueras que controlan el total del mercado han pasado de seis a cuatro, y es probable que el margen independiente se convierta pronto en un modo de supervivencia y no de alternativa.

10. Adiós para siempre


Eduardo Gato Alquinta.
Un último recuerdo para quienes se fueron este año, desde el inolvidable Gato Alquinta y Jaime Vivanco de Fulano y Congreso (enero), hasta las estrellas de Cuba Compay Segundo (julio), Celia Cruz (julio) y Rubén González (diciembre). Desde el soul, las de Nina Simone (abril) y Barry White (julio) fueron pérdidas dolorosas. Así como las del gran Johnny Cash (septiembre), el joven y atormentado Elliott Smith (octubre), Maurice Gibb de los Bee Gees (enero), y Warren Zevon (septiembre). En Argentina, la muerte a los 39 años de María Gabriela Epumer, guitarrista de Charly García, fue un golpe inesperado.

Finalmente, el último del año, la llamada “canción cebolla” fue la remecida. Ramón Aguilera partía de este mundo, con el respetuoso aplauso del público, como él siempre había anunciado.

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