Siete nuevas improvisaciones
Iñigo Díaz 10/1/2005
Ensamble de cámara, jazztet espontáneo, micro-orquesta creativa, cuarteto avant-garde, conjunto electroacústico mixto. Todas estas categorías sirven en momentos distintos para describir el avance de la propuesta establecida por este puñado de jazzistas chilenos. Músicos que surgidos en la "timidez" y temperatura templada del straight ahead durante los 90, pero que hoy, con buen camino recorrido, han cuestionado los preceptos de este jazz mainstream para profundizar en una estética distinta.
"Cada vez que sepan de los nombres Navarrete y Baeza, es porque algo fuerte se viene", diría Claudio Rubio, saxofonista tenor, el mejor músico de jazz del año que recién terminó, quien se unió a la dupla que conforman el contrabajista Daniel Navarrete y el baterista Andy Baeza, para presentar oficialmente el segundo álbum del tándem. Lugares, personas (2004) tiene la marca del sello Vértice, una nueva casa independiente de gusto refinado y tratamiento prolijo y apertura musical.
Entonces, la dupla Navarrete-Baeza, con Rubio, se transformó en trío. Y con la incorporación de un nuevo invitado —el estupendo baterista nacional radicado en Ciudad de México, Gabriel Puentes— completo lo que decían los afiches: + uno. El ensamble estaba completo. Y llegaba al mismo personal que hace justo un año se lanzó al vacío en la grabación de las series de improvisación libre de plataforma jazzística con que comenzó el proyecto del sello Vértice. Pero como la música es en sí irrepetible, Navarrete, Baeza, Rubio y Puentes finalmente utilizaron la excusa del lanzamiento discográfico para tocar nuevas improvisaciones. Siete más. Y un bis entre genial y ridículo: dos segundos de ruido.
Por eso suponemos que la obligación de los ejecutivos de un sello como Vértice es generar material sonoro. Sobre todo si se trata de estos experimentos tan bien logrados. Hoy existen siete improvisaciones nuevas por este conjunto que, si nos preguntan a nosotros, quisiéramos escuchar en un próximo disco fechado en 2005. Si el listado de temas de Lugares, personas ordenaba la música de la "Impro 1" a la "Impro 6", por qué no seguir engrosando el catálogo de obras con improvisaciones de la 7 a la 14. Tal y como lo hacía el multi-instrumentista Anthony Braxton, cuyo listado privado llega a números con tres dígitos, divididos en subnúmeros y letras adjuntas.
Un comienzo como el cañonazo del primer compás en el show de El Living del Alameda no puede quedar olvidado en el tiempo. Free jazz a dos baterías, con un saxofón que recordó algunos solos interminables de Archie Shepp y un contrabajo que tiene experiencia en la interpretación de obras contemporáneas en solitario. A eso, súmele acusmática producida por Baeza y sus juguetes digitales y electroacústica mixta, es decir, con el cuarteto arriba de la pelota y las bases pregrabadas como quinto hombre en escena.
Vértice no puede desperdiciar ni esta oportunidad de registrar a sus artistas en momentos creativos, ni ninguna otra. Es urgente describir una época jazzística en Chile como la que estamos presenciando. Y obligatorio para ellos. Este punto de vista, que coincide con el de todos esos nuevos adeptos al free jazz descritos antes, no es negociable.
