Nicole van Baal F.
A pesar de cantar –tal como se había señalado previamente- un repertorio centrado en composiciones pertenecientes a su último álbum
Cita con Ángeles, Silvio Rodríguez cautivó anoche a sus seguidores, en el segundo de los tres conciertos programados en el Estadio Víctor Jara.
El trovador cubano se presentó acompañado por su pareja, la flautista Niurka González, el percusionista Óliver Valdés y el Trío Trovarroco. Este conjunto de cuerdas está integrado por el concertista en guitarra Rachid López, el contrabajista César Bacaró y el instrumentista Maikel Elizarde, a cargo del tres cubano.
En la primera parte de su presentación, Rodríguez cantó temas que en su mayoría eran desconocidos para el público, pero que fueron escuchados con mucho respeto e interés. Entre estos destacan "Camelot", "Qué sé yo", "Letra de piel", "Leyenda de los dos amantes" y "Alabanzas".
Durante toda la velada, el cantautor conversó con la gente, explicando el origen y significado de casi todas sus canciones. Así, después de una larga introducción, interpretó el clásico "El Papalote" y posteriormente mostró una composición inédita que formará parte de su próximo disco. También le dedicó un son cubano al fallecido Compay Segundo.
Tuvieron que irse los músicos que lo acompañaban para que los asistentes pudiesen finalmente disfrutar del Silvio que todos ellos esperaban, aquél que acompañado sólo de su guitarra es capaz de erizar los pelos cantando temas sencillos, pero profundos en cuanto a contenido, como "Adónde van", "Playa Girón", "Te doy una canción", "Óleo de una mujer con sombrero" y "Ojalá". Piezas antológicas de la trova cubana que fueron coreadas por las cinco mil personas que se encontraban en el recinto.
En medio de una ovación, Rodríguez se retiró del escenario en lo que sería el primer bis de un total de tres. Posteriormente vino "Cita con ángeles", cuyos versos hablan acerca de la violencia, la guerra y los asesinatos, además de tener un párrafo dedicado a nuestro país ("Y el mismo ángel que allá en Chile vio bombardear al Presidente"), que por supuesto fue recibido con mucho agrado por parte de los asistentes.
"Seamos un tilín mejores y mucho menos egoístas", terminó diciendo Rodríguez antes de su segunda partida en medio de fuertes aplausos y aclamaciones del tipo "Silvio, amigo el pueblo está contigo".
Luego de agradecer el cariño y la fidelidad de sus seguidores, el músico regresó una vez más para interpretar "Pequeña Serenata Diurna", tras lo cual parecía que el concierto llegaba finalmente a su término. No fue así, porque las luces no se encendían y por ende el público no dejaba de gritar y exigir el retorno del artista. Después de varios minutos, el trovador reapareció en compañía de su grupo, con quienes tocó la desconocida "Verónica del mar" (
Cita con Ángeles). Este último número de la noche dejó un poco desilusionada a la concurrencia que esperaba que el trovador terminara su actuación con alguno de sus grandes éxitos de antaño.